Hace poco os hablabamos de Ai WeiWei, un artista social y comprometido con la cultura y la sociedad de China. Hoy os queremos enseñar el trabajo de uno de sus referentes; Marcel Duchamp uno de los artistas más adaptables a cualquier corriente de la historia del arte.
Marcel Duchamp, aunque fue un gran ajedrecista, se le recuerda principalmente por su trabajo artístico. Su obra tuvo gran calado en la evolución del movimiento pop del siglo XX. Pues igual que éste abomino la sedimentación simbólica en las obras artísticas como consecuencia del paso del tiempo, dando especial hincapié a lo contemporáneo y lo fugaz.
Nace en 1887 en Blainville – Crevón, hijo del alcalde de ese pequeño pueblo, era el tercero de seis hermanos. Se crió en una familia de artistas, sus dos hermanos mayores también (Raymond Duchamp-Villon y Jacques Villon) enfocaron su profesión al arte, puede que debido a la gran influencia que ejerció su abuelo sobre ellos, y es que tras una vida como agente marítimo, se retiró para dedicarse en cuerpo y alma a sus dos pasiones: el grabado y la pintura, llegando, incluso, a presentar algunas de sus obras en la Exposición Universal de París de 1878.
Se convirtió es uno de esos artistas formados en los cafés de barrio, sin necesidad de una escuela estricta y es que a veces la pura voluntad de crear convierte trabajos en verdaderas obras artísticas de gran calado histórico. Su hermano Jacques Villon ya había alcanzado cierta fama como pintor de carteles en Paris cuando Marcel intentó imitar su técnica y estilo en sus primeros dibujos.
Con la temprana edad de 14 años, el verano de 1902, pintó sus primeros óleos con cierta influencia impresionista, en ellos se mostraba paísajes de Blainville. Realizó varios trabajos más en esa época (en acuarela aguada, monotipo o lápiz) con un único tema que se reflejaría en cada uno de ellos; su hermana Suzanne, dos años menor que él.
En 1904 Duchamp se traslada a Montmatre, un lugar que llevaba 50 años albergando a la mejor comunidad artística de París. Al poco de inscribirse en una escuela privada abandono sus estudios y se convirtió en un artista de libreta en mano que iba aprendiendo el arte de dibujar con escenas de la vida cotidiana. Tras su servicio militar cerca de Ruan, volvió a París para dedicarse al dibujo humorístico, que tan de moda estaba en aquel momento. En 1907 seleccionan sus dibujos para el Salon des Artistes Humoristes, un año más tarde se expondrían en Salon d’Automne.
Durante los años siguientes Marcel pintó con un estilo fauvista similar al de Mattise y con ciertas influencias de Cézanne. Aunque sus obras respiraban de un talento innato, Duchamp no tuvo una gran colección de cuadros, pues empezaba a verse en él ese afán por experimentar.
En 1911 vemos ese carácter innovador y experimental del que hemos hablado, y es que esos años fueron claves para la revolución artística, Picasso y Braque, Alfred Jarry, Apollinaire o el arte abstracto de Kandinsky, cualquier mente abierta, como la de Marcel Duchamp, se hubiera visto en la necesidad de crear un arte diferente, una forma visionaria de trabajar. Según Tomkins el cuadro por excelencia que marca el inicio de su etapa cubista es Sonata.
Fruto de esa sed de ideas, ese mismo se propuso representar la actividad intelectual de una partida de ajedrez, lo que acabo convirtiéndose en el cuadro Retrato de jugadores de ajedrez. Aunque no destaca por su técnica si lo hace por ese intento novedoso de representar estados mentales, en detrimento de una imagen puramente retinaría.
A partir del momento, en el que crea su primera obra totalmente innovadora, cada una de las obras del artista son totalmente distintas, nunca se detuvo en una de ellas, simplemente pasaba a otro trabajo.
Empieza a interesarse por la plasmación pictórica de la idea de movimiento. Su primer trabajo en esta línea es Joven triste en un tren, un simple esbozo de las posibilidades que podría tener. Su siguiente trabajo, sería uno de los más rompedores Desnudo bajando una escalera, de este pinto dos versiones. Sorprendió por ser un tema que se consideraba clasista y muy manido,basado en reglas preestablecidas, al que, suponían, no se podría sacar nada nuevo. Consiguió mostrar la idea de movimiento a través de líneas e imágenes superpuestas, y así crear en la mente del espectador la idea de movimiento y desnudez, aunando cubismo y futurismo.
Fue en su época Dadá donde realizó algunas de sus obras más famosas. En los ready-made, introducía la cotidianidad y les daba la categoría de obra artística, en ellos había una fuerte crítica a la institucionalidad y el fetichismo por las obras de arte, lo que provocó verdaderas tensiones entre los artistas, incluso de aquellos que pertencían al círculo surrealista.
Aunque no consideraba como ready-made a Rueda de una bicicleta sobre un taburete, ni a Portabotellas, aunque retrospectivamente podríamos decir que si lo son. El primero que consideró un ready- made auténtico es el de In Advance of the Broken Arm, una pala quitanieves colgada al techo mediante un hilo. Poco después crearía Pulled at 4 Pins.
Sin duda Marcel Duchamp es uno de esos artistas que aunque nunca centraran su labor en una corriente, o estilo concreto, han pasado a formar parte de la historia del arte, por esa necesidad de innovar y mostrar al mundo cosas totalmente novedosas.
