Café Murillo, mezcla de un café antiguo y un brunch Francés 

Junto a la Puerta de Murillo del legendario Museo del Prado se encuentra Murillo Café. Un nombre con el que consiguen rendir tributo a uno de los grandes artistas españoles: Bartolomé Esteban Murillo.

Este tradicional café data de 1927 lo que convierte a este sitio en uno de esos lugares que cuentan con el encanto de las historias del centro Madrid. Reinagurado y regentado por Eliza Arcaya y Johanna Müller-Klingspor, Murillo Café cuenta con una pequeña carta en la que ofrecen un menú de tapas tradicionales y platos ligeros preparados al grill. Una carta que va desde desayunos, hasta comidas, pasando por el Brunch y una selección, nada despreciable, de vinos locales.

La reforma a convertido este antiguo Café en un espacio en el que se mezclan ambientes, rescatando viejos tesoros escondidos y combinándolos con el estilo de un moderno bristró francés, algo que nos recuerda un poco al estilo de los mejores cafés de la Gran Manzana: Nueva York.

Mantiene los suelos recuperados de baldosa hidráulica, que en tan pocos sitios se pueden ver. A este estilo decorativo vintage se le unen las paredes de ladrillo visto original, las sillas clásicas recuperadas del Café Murillo del siglo pasado, las mesas de mármol -también recuperadas-. E incluso la barra rinde tributo al primer Café, pues también fue rescatada de ese baúl de los recuerdos del que han salido las grandes piezas que decoran todo el local.

Las sillas y taburetes en cuero desgastado van en sintonía con el estilo de toda la decoración del local. Un clásico con una ambiente romántico y equilibrado. En el que se mezclan decoración actual, con cierta tendencia nórdica y la decoración más vintage.

El comedor se diferencia de la barra por una estética algo más clásica enmarcada en tonos neutros, en una escala de blancos y grises, con breves pinceladas en madera oscura. La presencia de plantas de ornamentación en todo el local ayudan a crear un espacio nada recargado y con gran presencia campestre.

Una selección excelente de mobiliario, maderas y tonos, así como pequeños detalles, crean un ambiente confortable y acogedor. Además de una mezcla de contrastes que cada día vemos en los restaurante y bares, o tascas, más de moda de la capital madrileña se da de otra forma en Murillo Café con un cierto toque hogareño, que se agradece en una época en la que todos los restaurantes priman la estética y la funcionalidad a las sensaciones que producen en los clientes sus locales.