Con disciplina no se nace; el autocontrol se hace y requiere de esfuerzo y constancia. Para tener unos abdominales de hierro primero debe tenerse una constancia del mismo material. Las técnicas que nos ofrece Freeletics para conseguirlo son tan sencillas que hasta un niño podrá hacerlas (literalmente).

Puedes conseguir casi cualquier cosa si te mantienes firme. Probablemente ya lo sepas muy bien. Pero también es posible que seas consciente que mantenerse firme en algo suele ser la parte más difícil. ¿Qué ocurre con tus rutinas cuando la vida se vuelve ajetreada y empiezan a surgir obstáculos uno tras otro?

Sólo hay que ver el cambio de horarios y rutina que se ha producido al finalizar el estado de alarma. Mientras duró el confinamiento, muchos optaron por el deporte en casa aprovechando cualquier recurso a mano. Cualquier cartón de leche se transformaba en mancuerna. Pero nos han levantado las restricciones y, para la mayoría, la normalidad ha irrumpido de manera abrumadora. Es más importante que nunca mantener la disciplina y las costumbres. Nos ayudará a tener la mente (y el cuerpo) en mejor forma.

5  actividades para mejorar la autodisciplina

1. Aumentar el autocontrol mediante la práctica repetida

Las investigaciones han demostrado que, de media, resistimos dos de cada cinco impulsos a los que nos enfrentamos diariamente (Muraven et al., 1999); en otras palabras, pasamos más de la mitad de las horas que estamos despiertos intentando resistir nuestros deseos e impulsos. Cuando no nos resistimos a ellos, las estadísticas sugieren que actuamos hasta en un 70% de esos deseos; pero cuando nos resistimos, podemos reducir esa cifra hasta un 17%.

Practicando el autocontrol, podemos aumentar nuestra fuerza de voluntad del mismo modo que aumentamos nuestra forma física haciendo ejercicio. Citando las cifras de Muraven y sus colegas, podemos mejorar nuestra autodisciplina con tan sólo dos semanas de práctica constante. Así que aquí tienes una hoja de trabajo que te ayuda a ir paso a paso, realizando pequeños actos de autocontrol en tu vida cotidiana.

2. Luz roja: ¡la ira!

Este es un ejercicio que los padres y profesores pueden utilizar con los niños a los que les resulta difícil controlar su ira. Ofrece una pequeña descripción de cómo la ira empieza siendo pequeña y crece hasta hacerse más grande, a menudo más difícil de controlar. Se invita a los niños a dibujar cómo creen que es su ira en ambos escenarios.

La última página muestra una señal roja de «Stop». Las instrucciones piden al niño que piense en las señales de advertencia que indican que su ira está creciendo.

Esto les ayuda a entender cuándo deben hacer una pausa y practicar el autocontrol antes de que la situación se les vaya de las manos. Algunos ejemplos son: «Empiezo a sudar», «Quiero tirar algo» y «Mi voz se vuelve más fuerte».

3. Intenciones de aplicación

Como ya hemos comentado, las intenciones de ejecución (enfoques de planificación «si-entonces») pueden ser un método concreto y eficaz para conectar sus comportamientos con los resultados deseados. En otras palabras, acortan la distancia entre las intenciones y las acciones, dejándonos con más recursos mentales para evitar las distracciones y los objetivos en competencia (Gollwitzer, 1999; Achtziger et al., 2008).

Utiliza este ejercicio para aprender más sobre la teoría que hay detrás de las afirmaciones «si-entonces», y luego aclara lo que quieres conseguir: tu intención. A medida que sigas los pasos, planificarás cuándo, dónde y cómo empezarás a actuar hacia tu objetivo, así como la forma de superar los obstáculos: «Si ocurre X, entonces haré Y».

4. Detectar el autocontrol

En este ejercicio infantil, los niños pueden leer y pensar en algunos ejemplos de autodisciplina y su opuesto. Hay ocho recuadros en la parte inferior de la página para que los niños los recorten, con ejemplos como

«Te sientes triste, así que escribes en tu diario», «Te sientes disgustado, así que gritas fuerte» y «Te sientes enfadado, así que le gritas a tu amigo».

Encima hay una tabla más grande con dos columnas: «Esto es autocontrol» y «Esto NO es autocontrol». Se pide a los niños que recorten los ejemplos y los coloquen donde consideren que deben estar en las dos columnas. Está diseñado para ayudar a los niños a tomar conciencia de cómo se ve y se siente la autodisciplina, para que puedan empezar a mejorar su propia capacidad.

5. Las esferas del control personal

Si creemos que nuestra capacidad de autocontrol es ilimitada, podemos motivarnos para practicar más fuerza de voluntad incluso cuando nuestros recursos mentales se agoten. Pero eso no justifica que perdamos tiempo y energía intentando controlar factores que no podemos, como las catástrofes naturales o el comportamiento de otra persona: esto puede acabar teniendo efectos perjudiciales para nuestra salud mental (Wenzlaff y Wegner, 2000). Quien mucho abarca, poco aprieta… Y a veces hay que priorizarse uno mismo.

En resumidas cuentas: quien algo quiere, algo le cuesta. La disciplina es como un músculo más y hay que entrenarlo. No te voy a mentir, a veces será duro. Querrás tirar la toalla y será en esos momentos donde no deberás hacerlo. Poco a poco. Yes, you can.