A pesar de que el arte efímero engloba un concepto muy subjetivo, pareciera que Antoni Tàpies hubiera querido indagar en ello a través de sus matéricas obras. Sin embargo, se caracteriza por haber sido uno de los más importantes artistas representantes del informalismo, así como de los más destacados de España de la segunda mitad del siglo XX.

¿Quién fue Antoni Tàpies?

Antoni Tàpies fue pintor, ilustrador, escultor, artista gráfico y teórico del arte español de la segunda mitad del siglo XX. A nivel mundial, es de los máximos exponentes del informalismo. Sin lugar a dudas, creador de un lenguaje propio dentro de las vanguardias de su tiempo.

El día 13 de diciembre del año 1923 nacería Antoni Tàpies i Puig en Barcelona, España. La Guerra Civil española irrumpió su adolescencia, acompañada de una enfermedad con la que tuvo que luchar durante dos años. Se trató de tisis (llamada también tuberculosis), la cual padeció cuando tenía alrededor de 18 años. Mientras se recuperaba, se interesó tanto por el dibujo que lo ejecutó.

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Obra de Antoni Tàpies, actualmente en la Fundación Tàpies. Dominio público vía Flickr.

Esta enfermedad causó alucinaciones en él, por lo que estuvo internado en el sanatorio Puig d’Olena, donde encontró refugio no solo en la música como Wagner, sino también en la literatura, especialmente en Nietzsche, Thomas Mann e Ibsen, así como también al dibujo y la pintura, especialmente al realizar copias de Pablo Picasso y Vincent Van Gogh.

En 1944 inició sus estudios de Derecho en su ciudad natal; sin embargo, no estuvo más de dos años, pues decidió dedicarse de forma exclusiva al arte. Como pintor, fue completamente autodidacta, fueron muy pocas las clases de pintura a las que asistió.

Antoni Tàpies: el artista autodidacta

A pesar de su manera autodidacta de introducirse al mundo del arte, lo logró. Su hacer y hacer diversas obras lo convirtieron en artista, y pronto comenzaría a concurrir a las clandestinas reuniones de Els Blaus (llamados Los azules, formados en el año 1946). Este era un grupo iconoclasta de escritores y artistas catalanes.

Este grupo de artistas fueron los que fomentaron el movimiento conocido como Dau al Set (Séptima cara del lado de 1948 – 1953) estrechamente relacionado con el Dadaísmo y el Surrealismo. Fue este el periodo en el que se produjo una homónima revista en la que salieron 54 números entre los años mencionados.

Familia de Antoni Tàpies

Su padre era abogado, llamado Josep Tàpies i Mestres, mientras que su madre era hija de catalanistas políticos, llamada Maria Puig i Guerra. Gracias a la profesión de su padre no solo vivió en un entorno político, sino que propició un ambiente liberal durante su infancia.

Entre sus padres existía siempre una confrontación religiosa entre el catolicismo ortodoxo de su madre, y el anticlericalismo de su padre, lo que le llevó a una búsqueda personal a una espiritualidad nueva, al menos para él. De esta manera encontró en las religiones orientales y la filosofía el budismo zen con el que se quedaría.

Influencias artísticas de Antoni Tàpies

Algunos de los artistas que influenciaron los primeros trabajos plásticos de Antoni Tàpies fueron Paul Klee, Max Ernst y Joan Miró, así como también Nietzsche, la filosofía occidental y el budismo, tanto como la misma Cataluña.

El padre del Arte Informal

En el Saló d’Octubre de Barcelona (muy controvertido en ese entonces), fue el lugar que dio a luz por primera vez la obra de Tàpies. Prontamente su trabajo comenzó a mostrar un estilo cada vez más personal, el cual se relacionaba estrechamente con el matiérisme –arte matérico-, también llamado Art Informel. Este era un movimiento artístico cuyo centro fundamental era la creación artística a través de los materiales.

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Cuerpo, 1991. Dominio público vía Flickr.

El enfoque del arte matérico o arte informal era fundamentado por la riqueza de las texturas que proporcionaban diversos materiales. Sin embargo, el objetivo principal era explorar las cualidades transformadoras de la materia en sí misma.

El artista adoptó como materiales elementales para la creación de su obra, piedra, tierra y trozos de detritus, los cuales evocaban no solo masa, sino solidez a sus creaciones de gran tamaño.

Exposición individual por primera vez

Las Galerías Laietanes de Barcelona fue donde se mostró la primera indivial de Antoni Tàpies, la cual además fue incluida en la International de Pittsburgh, actualmente Carnegie International. Durante el mismo año en el que esto ocurrió, el gobierno francés le concedió al artista una beca que le permitiría estar durante todo un año en París.

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Escultura de Antoni Tàpies, actualmente en la Fundación Tàpies. Dominio público vía Flickr.

En Nueva York también tuvo una primera exposición, la cual dio lugar en la galería de Martha Jackson en 1953. Un año más tarde, esta misma organizaría otra exposición de la obra de Tàpies en diversas galerías de Estados Unidos.

Exposiciones que se expanden

Antoni Tàpies no solo expuso su obra en su país, sino que además comenzó a expandirse durante las décadas de los 50’ y 60’ tanto en Estados Unidos, como Europa, Japón y Sudamérica.

Más tarde, La práctica del arte la desarrolló como una colección de escritos en 1966. Tres años más tarde publicó Frègoli, un libro en colaboración con el poeta catalán Joan Brossa. En 1970 un segundo libro junto a Nocturm matinal (Noche Matinal). Dos años más tarde recibió el Premio Rubens de Siegen en Alemania Occidental.

El estilo propio de Tàpies

A pesar de que la formación de Antoni Tàpies fue en gran medida autodidacta, fue un hombre de una cultura muy extensa, no solo por amar la filosofía especialmente de Nietzsche y el existencialismo alemán, así como la música de Schönberg, Wagner y el jazz; sino también la buena literatura, en especial a Fiódor Dostoyevski.

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7 de noviembre, 1971. Dominio público vía Wikimedia Commons.

Al mismo tiempo que pasaba buen tiempo en torno a su educación propia, en gran medida por placer propio, defendía la cultura catalana. Admiraba en gran medida al escritor, teólogo y filósofo español del siglo XII Ramon Llull, de quien además realizó entre 1973 y 1985 un libro de grabados.

No podía faltar, sin duda, su gran interés por Antoni Gaudí, e incluso obras literarias y poéticas como las de Edgar Allan Poe y Stéphane Mallarmé. Entre tanto, admiraba también el arte en sí mismo, y la filosofía oriental. De todo esto y más Tàpies se apropia para crear su característico lenguaje propio.

El informalismo en la obra de Tàpies

La pintura metérica es una denominación que se encuentra dentro del informalismo, es precisamente donde se sitúa la obra de Antoni Tàpies, conocida también como art brut. La característica principal de ésta es la máxificación técnica y el uso de los materiales heterogéneos.

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Calcetín de Antoni Tàpies. La escultura fue un proyecto para la Sala Oval del Palacio Nacional de Barcelona en 1991. Sin embargo, no se llevó a cabo hasta 18 años después en la Fundación Tápies en Barcelona. Dominio público vía Wikimedia Commons.

Estos materiales suelen ser, en muchos casos, de desecho o reciclados, los cuales son mezclados con otros materiales tradicionales con la intención de buscar un lenguaje nuevo de expresión artística.

Las obras más representativas del artista son aquellas que muestran la aplicación de mixtura de materiales diversos, en cuya composición adquieren consistencia de paredes o muros. A estas, Tàpies le añade elementos distintos a partir de signos que destacan el carácter expresivo de la obra, lo que asemeja sutilmente al grafiti.

El escultor

El artista español también realizó esculturas diversas, iniciando con técnicas del assemblage, pasando en los años 70’ a usar otros materiales como la terracota, y más tarde el bronce, aunque siempre siguiendo los lineamientos de su pintura.

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Homenaje a Picasso, 1983. Dominio público vía Wikimedia Commons.

Empleó técnicas mixtas a partir de materiales reciclados e incluso de desecho. Una de las que más destaca es Homenaje a Picasso (1983), ubicado en el Parque de la Ciudadela en Barcelona, así como también la instalación Nube y Silla (1989) situado en la Fundación Tàpies.

La iconografía en la obra de Antoni Tàpies

La iconografía que Tàpies muestra en su obra está representada por signos diversos como asteriscos, cruces, números, letras, figuras geométricas y más. Estos elementos contienen para el artista significados alegóricos relativos a su mundo interior. En ellos, evoca temas trascendentales tales como la vida y la propia muerte, la soledad e incluso la sexualidad.

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1, 2, 3. 1991. Dominio público vía Flickr.

Cada figura representada en sus obras puede llegar a tener significados en concreto. Por ejemplo, cuando se representan las letras T y A, hacen alusión a las iniciales de su nombre, e incluso por el suyo y el de su esposa Teresa. Por otro lado, la M representa a las líneas que se hace en nuestra mano, lo que para el artista remite a la muerte; mientras que la X representa tanto incógnita, como misterio.

El artista español falleció cuando tenía 88 años de edad, en su domicilio en Barcelona, España, el 6 de febrero del 2012.