«Mr Frank» un restaurante con nombre propio

Lo último en gastronomía es producir sensaciones, más allá del «simple» placer gastronómico. La idea de los restaurantes más modernos es conseguir crear sensaciones globales; unir la cocina a la decoración, el ambiente e incluso la iluminación, un conjunto de características que consiguen evocar emociones en los paladares más exigentes.

Mr Frank, es el primer restaurante del grupo Frank Food Management. Su dueño Paco Ramos ha viajado desde el 96 por medio mundo, ha pasado por Suiza, Bélgica, Italia, Grecia, las Islas del Caribe, varias ciudades de América del Sur, Chicago, New York, Atlanta y Miami. Y años más tarde vuelve a Madrid para abrir su propio restaurante, con una lección bien aprendida: la gastronomía actual requiere mucho más que un buen plato, los nuevos clientes piden vivir experiencias dentro de un local, exigen un trato humano, cercano y una atmósfera en la que quedarse recogido sea un placer.

Una de las cosas que más llama la atención al entrar a este restaurante es su distribución, dos espacios y dos ambientes totalmente distintos. La parte baja, una cueva típica madrileña, un estilo rústico con paredes de ladrillo visto cuya combinación crea un diseño acogedor, al más puro estilo castizo.

Su iluminación sorprende por ser natural -dentro de la cueva varias ventanas dan a la calle-. La madera de sus mesas tienen unos 150 años, originarias de la antigua maternidad de O’donnell, podrían contar miles de historias de los nacimientos de muchos madrileños. Una vieja cava madrileña, íntima e ideal para tomarse unas copas. Sus sillas muestras una mezcla de estilos, el escandinavo, sillas formales, blancas y funcionesles y el vintage, sillas de hierro forjado pintadas en tonos azulados.

La parte de arriba se caracteriza por su diseño hogareño, y los objetos que de diversos sitios se han ido rescatando como piezas de auténtico valor coleccionista. Una estética low cost (realmente estudiada) inunda el entorno, todo acorde a las últimas tendencias en decoración; mostachos del Sr Frank, madera ajada y con historia, sillas variadas en tonos blancos y neutros, una informalidad vintage muy propia de los locales modernos. Un espacio que lleva a otro nivel el estilo vintage en interiorismo.

Los techos y las escaleras que separan los dos ambientes nada tienen que ver con con las estéticas o estilos que rigen las dos plantas. La lámparas que cuelgan del techo de estilo azteca se caracterizan por ser de colores vivos, llamativos. Se llaman Pet Lamp, son completamente artesanales, se realizan sobre botellas de plástico y se revisten de un material téxtil multicolor . Y unas cabezas de toros de mimbre visten los huecos vacíos de las paredes de las escaleras.

Toda una combinación de estilos muy apropiados, que consiguen crear ambientes especiales y con encanto en la capital.