Contenidos
Fotógrafo y cineasta. William Klein es uno de los artistas más transgresores. Ganó su primera cámara en una partida de póker. Siempre buscando retratar una realidad cruel y cruda e ignorando los cánones establecidos, este neoyorquino se ha ganado su hueco en la Historia de la fotografía.
William Klein nació el 19 de abril de 1928 en la Ciudad de Nueva York, donde creció y estudió. Es hijo de unos inmigrantes judíos pobres. Mientras el resto de su familia, en la que abundaban los abogados, disfrutaba de una buena posición económica, el negocio de ropa de su padre se hundió por la crisis que ya se empezaba a notar en 1928. Su padre perdió todo su dinero en el Crash de Wall Strret. Los problemas económicos de sus padres contrastaban con la comodidad financiera de la que disfrutaba su familia. Su tío Louis era uno de los abogados más reconocidos en el mundo de entretenimiento. Entre sus clientes desfilaban nombres como Charlie Chaplin, Salvador Dalí y Mae West.
En la década de los 30, mientras estudiaba, Klein sufrió el antisemitismo por parte de compañeros de colegio y de otros chicos en la calle del barrio irlandés en el que vivía con su familia. Era un judío que vivía en un barrio antisemita. En el arte encontró un refugio a sus problemas y la manera de escapar de sus tormentos. Por eso también se sintió alejado de la cultura de masas. Le gustaban las artes y las humanidades y sus amigos le consideraban un chico brillante y sarcástico. Desde los 12 años su segundo hogar era el Museo de Arte Moderno, Moma, lugar que visitaba con frecuencia. De hecho, faltaba en clase para visitar el museo y para jugar al billar. También le gustaba el cine, donde veía películas de Fritz Lang y Eisenstein. Adelantándose 3 años, a los 14 entró en la universidad. Asistió a la City College de la Universidad de la Ciudad Nueva York y estudió sociología. En 1945, un año después de graduarse, con 18 años, se enroló en el ejército. Paso dos años en el Ejército de los Estados Unidos, enviado a Alemania y a Francia para hacer de operador de radio. A su vuelta trabajó como dibujante gráfico e ilustrador de la revista Stars and Stripes.
En 1948 dejó los Estados Unidos y viajó a Francia para ingresar en la Sorbona, París, para estudiar Historia del Arte. Allí, en 1949 estudió un breve de tiempo con el pintor francés André Lhote y el cubista francés Fernand Léger. El cubista animaba a sus estudiantes a rebelarse contra lo establecido. Les inculcaba el espíritu inconformista y el rechazo a los valores burgueses. Además, Léger contaba a sus alumnos que las galerías y talleres estaban obsoletos, por lo que debían de salir a trabajar en las calles. El segundo día en París se encontró con la que sería su mujer, Jeanne Florin, una modelo belga. Iba en bicicleta cuando, como dijo él mismo, encontró a la mujer más guapa que había visto en su vida. Aprovechó para preguntarle por unas direcciones y la invitó a salir. En 1950 se casó con Jeanne Florin. Entoces William Klein decidió permanecer en Francia y continuar su trabajo en la capital. Su trabajo era abstracto y arquitectónico. Le influyeron Mondrian y la Bauhaus, pero también las artes gráficas y el artista multidisciplinar Max Bill. Esas influencias llevaron a Klein a crear murales, que llamaron la atención del arquitecto Angelo Mangiarotti.
A principios de los 50 William trabajó en Italia. En 1951 expuso en el Teatro Piccolo de Milán y pintó una serie de murales abstractos par los arquitectos del país. En 1952 y 1953 vuelve a exponer en Milán en la galería Del Milione. Mangiarotti le comisiona para que pinte murales en unos paneles giratorios. Es entonces cuando comienza a colaborar con la revista italiana de arquitectura Domus. En 1952 fotografió algunas de sus pinturas de forma borrosa con impresión de movimiento. Esas imágenes se usaron en la portada de Domus. Mientras trabajaba para esta revista, Klein colaboró con Angelo Mangiarotti en muchos proyectos. Usó la fotografía para reinventar la forma de hacerla. Por ello sus imágenes no pasaron desapercibidas. Estaban fuera de foco, eran borrosas, tenían mucho contraste puesto que muchas veces los negativos fueron sobreexpuestos, tenían los amplios ángulos y las películas tenían grano grueso. De esta forma se le conoció como el fotógrafo anti-fotógrafo.
El pintor y fotógrafo húngaro László Moholy Nagy y el diseñador y pintor, también húngaro, György Kepes le influyeron en esta etapa, así que William Klein comenzó a experimentar con yuxtaposición de la pintura abstracta y la fotografía. William comenzó a interesarse por el arte cinético. En París, en un espectáculo de escultura cinética de Klein, Alexander Liberman quedó impresionado por su escultura y sus fotografías. Alexander Liberman era pintor y director de la revista Vogue de América e invitó a William Klein a Nueva York para hablar sobre un trabajo.
En 1954 vuelve de visita a Estados Unidos. Allí, Liberman le preguntó qué era lo que realmente quería hacer. William quería fotografiar Nueva York pero de una forma distinta. Quería hacer un diario fotográfico. Había estado viviendo en Europa durante 6 años y ahora que volvía a su ciudad natal, Nueva York le resultaba un lugar extraño. A Liberman no le pareció una mala idea, así que aceptó y Vogue se encargaría de financiar el proyecto, que podría ser un especial de la revista de moda, e incluso contrató a Klein como fotógrafo de moda para la revista.
William comenzó su trabajo retratando la ciudad de Nueva York. Para esta labor se comparó con un etnógrafo que, según sus palabras, “tratando neoyorquinos como un explorador trataría zulúes, buscando la instantánea más cruda, el grado cero de la fotografía”. El resultado, «Life Is Good & Good For You In New York «, no fue bien recibido. La popular revista de moda tomaba su trabajo como vulgar y agresivo. Como nadie quería publicar las fotos, reunió todas las imágenes en el libro “New York 1954-55”, pero muchos pensaba que era un fotógrafo incompetente que no encontraría a nadie que lo publicara en todo el país. Klein llevó el trabajo a París, donde la postura sobre sus fotos no era muy diferente. De todas formas logró encontrar un editor francés, Chris Marker, de ediciones Seuil. En Seuil confiaron en él y lo publicaron en 1956 se volvió a reeditar en 1995. En Italia “New York” también fue publicado en 1956. El famoso director de cine Federico Fellini vio su trabajo sobre la otra cara de Nueva York y decidió contratar a William como ayudante para la película «Las noches de Cabiria«. Ese mismo año ganó el Premio Nadar. Mientras, su libro de fotografías no llegó a Estados Unidos hasta 40 años después.Este no fue el único libro de fotografía que llevó a cabo. También publicó “Roma” en 1960, y “Moscú” y “Tokio”, el segundo después de que un editor japonés le invitara a hacerlo, en 1964.
Desde 1955 a 1965 William Klein trabajó para Vogue haciendo fotografías de moda. Prefería fotografiar a las modelos en las calles. No estaba interesado en la moda, así que lo tomó como una oportunidad para practicar y analizar la fotografía a través de nuevas técnicas, como el uso del gran angular o las largas exposiciones combinadas con el flash, entre otras muchas. Esto abrió nuevas puertas a la fotografía de moda. Trabajar en Vogue también le ayudó a financiar sus películas y trabajos fotográficos. En 1963 nació su hijo, Pierre.
En 1965 dejó de lado la fotografía hasta la década de los 80 para dedicarse al cine. Ha realizado varios documentales como: su primera película y una de las primeras cintas Pop “Broadway by light” (1958), “Who are you Polly Maggoo?” (1966), la considerada por algunos la mayor sátira antiestadounidense “Mr. Freedom”, “Muhammad Ali the greatest” y “The little Richard story” (1979) y “The Messiah” (1999). Ha dirigido numerosos cortos y películas documentales, además de haber producido más de 250 anuncios de televisión y en los 60 produjo varias películas para la televisión francesa. Sus populares ángulos y técnicas también los ha empleado en la grabación de sus cintas. En los 80 recuperó en interés por la fotografía. En este periodo sus fotos se caracterizan por el uso del gran angular y los primeros planos. La Asociación alemana de fotografía le dio el Premio de Cultura en 1988. En los 90 continuó su trabajo combinando la pintura y la fotografía.
Su trabajo ha sido reconocido internacionalmente y se le han concedido distintos premios. En 1990 se le otorgó el premio Hasselblad. También fue galardonado con el premio agfa-bayer/hugo erfurt. Se han preparado retrospectivas de sus películas en Japón y Nueva York. Llevó a cabo su proyecto «In & out of fashion«, que mezclaba los distintos medios; fotografías, dibujos y películas que salió a la luz en Londres, París y Nueva York a la vez con distintos espectáculos. Ha expuesto sus trabajos en Italia, Rusia, Estados Unidos y Londres, entre otros sitios. En 1997 volvió a fotografiar la ciudad neoyorquina, además de tener espectáculos en Barcelona y París. Dos años después se le concedió la Medalla del siglo de parte de la Sociedad fotográfica de Londres. En 2003 lanzó su libro “Paris+Klein”. En el 2005 recibió el premio PhotoEspaña. Su mujer murió en 2005 y él, en la actualidad, vive y trabaja en París.