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Gracias a los avances científicos realizados por el Instituto de Análisis de Arte Renacentista y liderados por el ingeniero Pascal Cotte, se encontraron descubrimientos sin precedentes sobre la Gioconda, una de las obras de arte más famosas y visitadas del mundo
Leonardo Da Vinci, catalogado como uno de los más grandes genios que ha tenido la humanidad, sembró una serie de misterios en una de sus pinturas más conocidas y enigmáticas, La Mona Lisa.
500 años después de su creación, en el año 2004, como una petición del Museo de Louvre al Instituto de Análisis de Arte Renacentista, el ingeniero Pascal Cotte digitalizó la Mona Lisa utilizando una cámara multiespectral que diseñó e inventó con el propósito de escanear a profundidad una réplica de la pintura para descifrar todas las etapas de su creación.
A través de dicho proceso y después de dieciocho años de constante análisis, se descubrió que debajo de la Mona Lisa habían otros retratos previos que en conjunto conforman un total de tres proyectos sucesivos. Se cree que uno pudiera corresponder a una madre idealizada, otro a una inteligente mujer florentina y el tercero a la remanencia de un amor prohibido.
A través de un conjunto de imágenes científicas de muy alta definición llamado L.A.M (Layer Amplification Method), del estudio de los mapas geográficos dibujados por el artista y de las dos sanguinas de Da Vinci publicadas por Carlo Pedretti, se descubrió que el paisaje que aparece detrás de la Gioconda en realidad existe, dando paso a la reconstrucción del recorrido de Leonardo por las montañas de Pisa, Italia. Al digitalizar la pintura se encontró una torre que aparece del lado izquierdo, que ahora se sabe corresponde a la Torre de Caprona, misma que sigue de pie.
En una expedición guiada por el experto científico e investigador especializado en las pinturas de Leonardo da Vinci, Sylvain Thieurmel, se localizó el punto exacto en el Fuerte de Verruca desde el que se puede apreciar dicha torre inmersa en el paisaje del Valle del Arno. Fue precisamente en este lugar donde el artista realizó el bosquejo de lo que constituiría el paisaje que se logra apreciar en el retrato.
La investigación sobre dicho recorrido realizado por Da Vinci llevó posteriormente al descubrimiento de una cueva ubicada en Uliveto Terme, al pie del monte Verruca, en la cual se encontró una majestuosa roca que permanece intacta mejor conocida como «La Nonna», misma que se puede apreciar en otra de sus pinturas: La Virgen de las Rocas.
Posteriormente, Sylvain Thieurmel viajó a Vinci, acompañado por el experto en historia local, Nicola Baronti. Se cree que en dicho sitio creció el joven genio junto con su madre Caterina. Allí descubrieron que en uno de los muros de piedra de la capilla ubicada frente a su casa nativa, había un relieve decorativo entrelazado similar a un nudo al que Leonardo estuvo expuesto durante su infancia. Este “nudo” después se haría tangible en el decorado del cuello de la vestimenta de la Mona Lisa. Se considera que para el pintor fue una forma de hacer alusión a su lugar de origen mediante su arte.
Es así como la ciencia y el arte se entremezclan en la actualidad, permitiendo que las nuevas tecnologías descifren los misterios que esconde esta enigmática obra de arte.