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En cuestiones de interiorismo las últimas tendencias se imponen, y este 2015 buscamos conseguir espacios diáfanos, llenos de luz. En este sentido los espejos son totalmente necesarios. Con ellos ganas interés visual y todo lo que se refleja en un espejo cobra protagonismo. Si te alejas de las propuestas clásicas, es decir marcos rectangulares en colores opacos, logras un interesante modelo decorativo.
Los que más se verán esta temporada en interiorismo serán los Espejos de Sol que tienen su origen en los años 50. Las tendencias retro tienen cabida en casi cualquier estilo decorativo, desde el vintage al más moderno. Además las variaciones actuales hacen de este espejo un recurso imprescindible en cualquier casa.
Aunque ciertamente casi cualquier espejo vintage, ya sea biselado de marco barroco o veneciano es perfecto para cualquier hogar y también serán un «must» en decoración de interiores.
Los espejos nacen de una necesidad humana de vernos y no solo estética, por lo que siempre han estado presentes en el hogar. Aunque más allá de esta utilidad son un básico en decoración, dotan de luz -natural o artificial- los interiores más apagados y según el uso que le demos o el espacio que tengamos para ellos ayudan, a través de efectos visuales, a otorgar a las estancias: amplitud, luminosidad, profundidad o continuidad.
Lo principal es que los espejos reflejen vida o elementos decorativos, con ello conseguiremos dotar de profundidad a las salas que carezcan de ella, un recurso muy utilizado es colocarlos frente a las puertas, al abrirse, se reflejará en él el resto de la casa. Frente a la ventana conseguiremos reflejar el paisaje exterior y se expandirá la luz natural, con lo que conseguiremos el efecto óptico de un espacio abierto.
Para ampliar los espacios, lo principal es incluir en estancias pequeñas un de grandes dimensiones, con ello «duplicamos» su tamaño. Al colocar el espejo debemos tener en cuenta que para que este tenga el efecto deseado debe cubrir de arriba a abajo. También es interesante colocarlo frente a una pared decorada, con ello expandiremos el espacio y evitaremos la sensación de frialdad.
En pasillos y hall lo ideal es escogerlos sin molduras, para que tenga un efecto «más impactante» a la vista. Los bordes también son importantes, los biselados dan un toque elegante y sobrio.
Jugando con combinaciones estéticas, y aportando algún que otro detalle como fotos o dibujos antiguos enmarcados el conjunto será perfecto, creará un espacio romántico lleno de encanto y delicadeza.