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Solidificar nuestros recuerdos inmateriales: esta es la premisa que se ha propuesto el estudio creativo Requena con su LOVE Project, en el que mediante análisis de los latidos del corazón, las ondas cerebrales y la modulación de la voz de las personas diseñan objetos cotidianos que narran historias.
«Damos forma a los recuerdos mediante el uso experimental de tecnologías digitales. El buen diseño siempre debería contar una historia.» Esta es la carta de presentación del Estudio Requena, pionero en la escultura y el diseño por medio de la impresión 3D. Su fundador es el brasileño Guto Requena, que se propone con su trabajo combinar el diseño industrial, la experiencia humana y el arte utilizando nuevas formas de creación como es la impresión 3D.
Guto Requena se ha caracterizado a lo largo de su carrera por su intento de materializar lo inmaterial, de dotar de sentimientos a los objetos inanimados. En un proyecto anterior de 2012, realizó unas sillas también por impresión 3D cuyo diseño respondía a los sonidos o ruidos captados previamente con teléfonos en las calles de Sao Paulo.
Con LOVE Project se proponía salvar los recuerdos, concretamente los que corresponden a historias de amor, materializándolas en objetos: el cuerpo y las emociones esculpen los diseños, gracias a una novedosa tecnología que registra una serie de parámetros mientras las personas hablan sobre sus experiencias amorosas y plasman esa información en el resultado final. La actividad cerebral, el ritmo cardíaco y la modulación de la voz del ser humano mientras transmite su testimonio personal son captados por sensores colocados sobre el cuerpo y transformados en órdenes computacionales que dibujan formas y texturas que después pueden «imprimirse» en diferentes materiales como vidrio, ABS o metal.
La historia de amor debe ser verdadera: de esa forma, las inflexiones en la voz, la variación en la velocidad de los latidos del corazón y la actividad cerebral resultante serán un testimonio verídico de las emociones de quien habla. Estos parámetros, medidos y transformados en datos digitales, guían el crecimiento de las partículas en un software paramétrico 3D. El sensor de voz controla la velocidad de las partículas; el ritmo cardíaco, su grosor, y las ondas cerebrales son las responsables de que se unan o repelan unas a otras.
Así se crea un diseño que después puede plasmarse en un objeto mediante una impresora 3D. Este producto, que puede ser un frutero, una lámpara o un florero, estaría impregnado de la carga emocional del sujeto que proporcionó la narración, de forma que fuese único, irreemplazable y cargado de sentido.
Este valor personal del objeto, opinan desde el estudio, favorecerá una vida más larga de éstos de forma que el diseño sea sostenible. Además, al incluir al usuario en el proceso de creación, buscan democratizar el uso de la tecnología digital. Para continuar este objetivo, en 2015 el Estudio Requena planea crear una aplicación móvil para que los usuarios puedan hacer sus propios diseños desde sus smartphones, que después podrían convertir en realidad con una impresora 3D.
La tecnología más puntera, creatividad y experiencias humanas se dan la mano en este proyecto interdisciplinar del Estudio Requena para llevar el diseño un paso más allá y crear productos únicos, con un significado personal para cada usuario.