El Museo Thyssen de Madrid ofrece la primera retrospectiva de la artista americana en España, en ella podremos encontrar las obras de Georgia O’ Keeffe, considerada una de las iniciadoras del Modernismo estadounidense.
Entre su inmensa producción encontramos pinturas dedicadas sobre todo a la naturaleza, especialmente a las flores, pero también huesos, granjas, montañas, vistas desde aviones, así como paisajes urbanos, con rascacielos como fondo, y en sus últimos años alfarería, debido a la pérdida de visión.

La temprana vocación de O’Keeffe

Nacida en 1887 en Wisconsin, pronto descubrió su vocación como  artista. A los doce años, mientras aprendía el funcionamiento de las flores en el colegio, se dio cuenta de la belleza que transmitían, y  comenzó a dibujarlas.

Sus padres decidieron apuntarla a clases particulares, donde dominó la técnica de la acuarela, y prosiguió formándose en la Escuela de Arte de Chicago, la cual abandonó a causa de su encorsetamiento creativo; muy crítica siempre con la copia y la falta de creatividad en el Arte, siempre buscó su propio camino.

Sus primeros pasos en el mundo del Arte

Intentando huir de la copia y apoyada por su profesor Arthur Wesley Dow que buscaba un arte basado en la interpretación personal, comienza a alejarse de la reproducción automática de los clásicos y empieza a experimentar con el carboncillo y la abstracción. Con estas primeras producciones consigue un gran éxito.


El galerista y fotógrafo Alfred Stieglitz expone la obra de O’Keeffe en su galería 291, punto de encuentro para artistas emergentes en la Quinta Avenida, entusiasmando a público y crítica. Stieglitz la retrataría en numerosas ocasiones y, más tarde, se convertiría en su marido y mecenas.


Durante esta etapa compagina su vida en Texas y constantes viajes a Nueva York, ciudad que conquista a la artista, mudándose en 1918. Comienzan a aparecer los rascacielos en sus obras: una gran verticalidad que combina también con algunas pinceladas de naturaleza que son visibles a través de los edificios, como en su obra Calle de Nueva York con la luna, en el que la artista revela una gran precisión en la reproducción de los detalles de estos edificios.

Una artista nómada

A lo largo de su vida Georgia viajó por todo el Mundo; adquirió un Ford A en 1929 y comenzó a moverse, primero por EEUU, para luego viajar al extranjero en numerosas ocasiones, incluyendo dos visitas a España. Podemos ver la influencia de estos viajes en sus pinturas: diferentes paisajes, colores, plantas y flores, que nos hablan de todos los lugares por los que pasó la artista.


Pero sin lugar a dudas el lugar que marcó profundamente su obra fue Nuevo México. Debido a las cada vez mayores fricciones con su marido, comenzó a pasar largas temporadas en este lugar, donde encontró una fuente de inspiración.

La mezcla de tradiciones y culturas de la zona, influyó de forma determinante en su estilo, y finalmente se estableció definitivamente en 1949. La temática de esta época se centra en producciones en acuarela de cruces, paisajes desérticos, ranchos e iglesias y cráneos de animales. Una de sus obras más conocidas durante este período es Cráneo de vaca: rojo, blanco y azul, en ella se representa, mediante la temática del cráneo y los colores, el espíritu estadounidense.


Las vistas desde los aviones en sus frecuentes viajes fue otra vía de inspiración; encontramos pinturas suyas representando el firmamento y las nubes, como por ejemplo Ladder to the moon, pintura que representa una escalera hacia la Luna.

La Abstracción y los colores en su obra

Para Georgia la pintura debe desprenderse de todo lo artificioso hasta encontrar la esencia pura de los objetos representados, se centra en formas y colores que expresan sus emociones, sobre todo en sus producciones en acuarela y óleo.

Arte Abstracto: esquematismo y desnaturalización

pintura
Amapolas, narcisos, estramonios ….series de flores que mediante la abstracción encuentran su forma original. Muchas veces estas pinturas se han comparado con los órganos sexuales femeninos, pero la artista siempre ha negado este paralelismo.

Encontramos diferentes formatos en estas series de flores: desde grandes cuadros en los que se amplia hasta el límite el detalle de la flor, hasta composiciones más abiertas.

Reconocimiento de su obra

Desde su primera exposición en la Galería 291 contó con el apoyo de la crítica y el público y rápidamente se convirtió en una artista reconocida. Fue una de las primeras mujeres en exponer en el MoMa, en 1946.
Durante su vida recibió varios galardones, como la Medalla Presidencial de la Libertad en 1977 y la Medalla Nacional de las Artes, concedida por el presidente Ronald Reagan.

Después de su muerte, en 1986, se creó la Fundación Georgia O’Keeffe para perpetuar su obra.

Su obra Jimson Weed, fue vendida en 2014 por 44.4 millones de dólares, la mayor cifra alcanzada por una obra de una artista femenina en una subasta.

Imágenes: Museo Thyssen, Georgia O’Keeffe Foundation