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El happening como movimiento artístico, como palabra inglesa significa suceso, acontecimiento u ocurrencia, que se configura a partir de experiencias que parten de la participación e improvisación de un número de personas en conjunto, como acto de provocación.
El acto de organizar determinada acción colectiva fingía como una suerte de happening con la finalidad de dejar en el abandono al sujeto como entes pasivos para liberarlos a partir de la emotividad expresiva, al mismo tiempo que se representase en colectividad. Sin embargo, podría confundirse esto con la misma acción artística, aunque la diferencia es que el primero se basa en la improvisación, el segundo no.
Inicios del happening
Los inicios del happening datan de los años 50’ en Estados Unidos con Allan Kaprow, cuando este realizó una gran instalación de la que surgiría una suerte de gran festividad. En 1957 él mismo ejecuta un improvisado pícnic artístico, siendo él quién introdujera el término.
Más tarde, en la revista estudiantil de Rutgers University llamada Antologist se recoge en un artículo el término en 1958, generalizándose el empleo de la misma, a medida que se expandía en otros países. Sin embargo, es en 1959 que el novelista Jack Kerouac bautiza al mismo Kaprow llamándole el hombre happening al observar su muestra 18 Happening in 6 Parts en la Reuben Gallery.
Antecedentes del happening como movimiento artístico
A pesar de que mencionemos un inicio casi tácito a partir de las puestas en escena de Allan Kaprow, existen referentes que ocurrían tras él, y que de una forma u otra le inspiraron no solo a él, sino a otros artistas que más tarde desarrollaron happening e incluso performances que volcaron hacia otras formas de mirar el arte.
El movimiento de vanguardia Dadá ya venía presentando muestras que nos comenzaron a acercar a lo que más tarde sería el happening, especialmente cuando en 1917 el artista francés Marcel Duchamp decidió enviar un urinario blanco, como si de una escultura se tratase, a la Sociedad de Artistas Independientes de Estados Unidos para incluirlo en la exposición anual. Pero no fue una escultura hecha por él, se trató de un simple urinario que compró, tituló Fuente, y firmó con el seudónimo “R.Mutt”.
Más tarde, la fotógrafa estadounidense Martha Holmes sacó fotografías de Jackson Pollock (máximo representante del expresionismo abstracto), mostrándonos las peculiares técnicas del artista para ejecutar su obra. En 1949 se venía gestando, desde un público tras un papel de prensa (las fotografías fueron publicadas en la revista Life), el acto performático del artista, pero que al compartirlo al público, podríamos llamar, incluso, happening.
Características del happening
El happening se caracteriza por ser una suerte de hacer arte, pero que va en contra del arte mismo. Todo artista que desarrolle happening, lo mostrará como un acto que se muestra contra toda institucionalidad artista. Los museos, galerías, templos, libros de historia del arte, grandes salas teatrales, encierran al arte en un circuito único, mientras que el happening sale a manifestarse en contra de toda institución. Otras de las características fundamentales son las siguientes:
- Aspectos provocativos.
- Arte de acción.
- Funciona en colectivo.
- Pretende agudizar la conciencia crítica del público.
- Manifestación artística múltiple.
- Se suelen presentar en lugares públicos.
- Existe la improvisación.
- Intenta esbozar un retrato de la sociedad.
- La finalidad es ampliar la visión y la experiencia del público.
Diferencia entre el happening y la performance
Tanto el happening, como la performance, surgieron más o menos a la par, tomando en consideraciones que los antecedentes forman parte de ambas prácticas artísticas. Sin embargo, hay una delgada línea que las diferencia, pero que al mismo tiempo son de gran importancia para entender que cada una de ellas posee finalidades diferentes.
La performance, por un lado, se conforma bajo la tutela de un performer (el artista que realiza la performance) que dirige y comanda el acto, posibilitando todo tipo de posibilidades, en tanto a la realización performática, de ese acto escénico que no es “escénico”, e incluso desde lo biográfico, donde quizás podríamos aludir e incluir a Marina Abramovic, quién vinculó gran parte de su obra a partir de una gran proximidad hacia sí misma.
Mientras que, por otro lado, el happening convoca a la actuación del público en el espacio como parte de la acción. Todos participan de manera libre; en este caso, la obra en sí misa son todos los participantes, como un máximo juego del acto improvisado.
A pesar de que la performance llega a ser también una suerte de juego, se entrecruza con lo ceremonial del acto del performer. Mientras que el happening se caracteriza por la efímera acción colectiva, la performance busca, a partir de su actuación igualmente efímera, busca un estado en particular, el estado del mundo actual lo busca deconstruir.
En efecto, ambos se relacionan con lo efímero, pero el performance lo hace de manera individual (no colectivo como el happening), que aunque al mismo tiempo pareciera ser colectiva, sucede en la mismidad del sujeto; es él quien dirige sugestivamente la acción. Mientras que el happening es completamente colectivo, en el que no necesariamente actúa de manera directa quién ejecuta el acto en sí mismo. Se trata de una invitación directa al público a intervenir en el mismo happening.
Artistas como referentes importantes del happening
Mencionaremos concretamente tres artistas fundamentales para entender un poco más qué es el happening como movimiento artístico, y un grupo conformado en Japón que tuvo como referencia algunos de los que consideramos ser antecedentes de tal movimiento.
Allan Kaprow, 1927 – 2006
Allan Kaprow fue un artista estadounidense, conocido mundialmente por haber introducido los conceptos de performances, tras haber ayudado a con el desarrollo de diversas instalaciones artísticas, así como el happening a finales de los años 50’.
Fue Kaprow el primero en desarrollar diversos happenings, se le conoce haber realizado al menos doscientos de ellos, los cuales fueron evolucionando a través de los años. Asimismo, fue incluyendo e influenciando en el fluxus, la instalación artística, y más tarde la performance.
Fue alumno del reconocido John Cage, con quién estudiaba composición. A este también se le atribuye la introducción del fluxus. Los trabajos que realizó Kaprow, apuntaban a la integración del arte y la vida. El trabajo que le llevó a la introducción del happening 18 happening in 6 parts, aunque también otros tantos fueron importantes.
Fluids es otro de ellos, realizado por vez primera en 1967, reinterpretado más tarde en la Night of the Museums in Frankfurt como parte del Playing the City, dejando una gran referencia histórica para el happening. Consistió en la construcción de una escultura minimalista al aire libre por parte de un grupo de voluntarios.
La escultura consistía en la disposición de muchos bloques de hielo formando paredes que lentamente se irían derritiendo una vez fuera culminada. El papel más importante se jugó con la participación del trabajo en conjunto. El público se convirtió en el accionante de la obra, mostrando la línea delgada que limita entre el arte y la vida.
Yves Klein, 1928 – 1962
Fue Yves Klein un artista francés neodadaísta, fundador, además, del Nuevo Realismo, una de las tantas tendencias artísticas que surgieron en los años 60’, de las cuales muchas de ellas, como el happening, buscaban unir la vida y el arte.
Su obra, en general, es casi de forma exclusiva monocroma, aunque al final emplea un solo color, el azul llamado hoy día Azul Klein Internacional (IKB). Al mismo tiempo, realizó diversas acciones artísticas, como pintar de azul cuerpos desnudos de mujeres, e incluso estampar lluvia en un lienzo mientras conducía a 110 kilómetros por hora.
Usó mujeres desnudas como “pinceles humanos” para hacer sus pinturas de Antropometría, las cuales se produjeron como actuaciones elaboradas frente a una audiencia. Klein, con corbata de lazo y traje, conducía a las mujeres mientras se cubrían con pintura e imprimían sus cuerpos, mientras los músicos tocaban su Monotone Symphony, una sola nota tocada durante veinte minutos, seguida de veinte minutos de silencio.
En efecto, se trata de una acción que se juega entre el happening y la performance, porque hubo un público que no podía participar, ya que se trató de un público “seleccionado” (las mujeres) para cumplir la acción. Pero tampoco el mismo artista participó de manera directa, como sí lo hace un performance.
Grupo Gutai de Japón, 1955
Mientras el happening se estaba gestando en Estados Unidos, también se estaba manifestando en otros países como España, Holanda, Alemania y Holanda. Sin embargo, como ejemplo se ha citado también al grupo Gutai en Japón, que desde 1955 estaban realizando arte en acción, o el llamado hoy happening.
Los artistas principales que pertenecían al grupo fueron Jiro Yoshihara, Shozo Shimamoto, Sadamasa Motonaga, Katusuo Shiraga, Saburo Murakami, Akira Ganayama, Seichi Sato y Atsuko Tanaka. La experiencia de la Bomba Atómica dio inicios a la formación de este grupo, en el que rechazaban el capitalismo consumista, mostrándolo a partir de las irónicas acciones que realizaban.
Jiro Yoshihara fue quién escribió en 1956 el Manifiesto Gutai, en el que anima a la transformación de la pintura en un medio de improvisación, convirtiéndose pioneros no solo en el happening, sino en performance e incluso body art. La finalidad era crear lo que no se habría creado antes, rompiendo al mismo tiempo las fronteras del arte.
Spencer Tunick, 1961
Spencer Tunick, de origen judío, es un fotógrafo estadounidense, especializando concretamente en la realización de fotografías de personas en masas, pero desnudas, con finalidades artísticas. Generalmente, las personas son ubicadas en lugares urbanos, pero conocidos, puestas como una suerte de instalaciones.
Este gran trabajo fotográfico lo inició en 1992 al capturar imágenes de personas en algunas calles de Nueva York. Sin lugar a dudas, su popularidad avanzó rápidamente, logrando realizar tal trabajo en distintos estados de Norteamérica, viajando próximamente a distintos países como Brujas, Buenos Aires, Londres, Montreal, Lyon, Caracas, Bogotá, Barcelona, Melbourne, México, Santiago, Viena, São Paulo, e incluso Viena.
Progresivamente la cantidad de personas era mayor en las ciudades a las que asistió, hasta el año 2007 al romper el récord en Ciudad de México, donde participaron 19.000 personas, siendo cada una de ellas voluntarias, recibiendo solamente una foto autografiada por él.
Ahora, con todo lo antes explicado, ¿nos podemos cuestionar si es o no un happening? A pesar de que el fotógrafo tiene en mente romper otra gran cantidad de prejuicios a partir de su puesta en escena, y al mismo tiempo sin esperar encasillarse como un artista del happening a través de la fotografía, son sus modelos los que generan tal actividad.
Todos ellos, en conjunto, crean de forma improvisada (considerando que no saben qué les espera al desnudarse junto a miles de personas que, sin conocerse, se despojan de sus ropas) el happening cumpliendo el acto en masas. Más allá de las controversias creadas, y de todos los intentos de censuras, ha logrado exponer su trabajo en grandes museos y galerías de todas las ciudades que ha recorrido.
Aún hoy, sigue explorando en torno a cuerpos desnudos, incluyendo la pintura corporal, especialmente en su trabajo a orillas del Mar Muerto en Israel en 2021.