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Ya es otoño y los tonos grisáceos se imponen en un cielo lleno de nubes. Los suelos decorados en marrón por las piñas y las castañas. Los arboles teñidos del rojo amarillento de las hojas a punto de caer. El color se impone en otoño y nos ayuda a prepararnos para el verdadero invierno.
Para muchos se trata de la época más bonita del año, en la que sacamos por fin las verdaderas prendas del frío, los edredones, las alfombras y las plaids, con las que nos pasamos largas horas muertas en el sofá.
Pero esta preparación para el frío no solo tiene que ver sacar esas cálidas prendas de invierno, sino que tenemos que devolverle la calidez a nuestra casa, por eso es muy importante el tono y el color que utilices en esta época del año. El color puede ayudarte a conseguir efectos los emocionales que desees, por eso este otoño recurre a tonos cálidos. Azul, amarillo y verde, predominan sobre el resto de colores, eso si, combinándolos con beiges y tonos grises o naranjas.
Existe una variedad de colores que jamás fallan. Colores que asociamos a ciertas etapas o estaciones del año, nunca varían y son un acierto seguro. Estos son los tonos que evocan paisajes naturales, verdes, ocres, marrones y pajizos en casi todas sus tonalidades (aunque optaremos por las más apagadas). Con ellos queremos conseguir cierto aire nostálgico que nos recuerde nuestros orígenes.
Continua la tendencia «vintage» en tonos pastel, para elementos decorativos buscando estancias románticas y femeninas.
Este año hemos sido testigos de cómo los tonos neutros han tomado protagonismo, quizás por su perfecta combinación con tonos más vibrantes. Son ideales si los queremos usar de base, podemos pintar paredes, los muebles, los elementos más grandes, para luego cambiar ciertos accesorios según la época del año.
Si hay una serie que triunfó durante el 2014, como una tendencia especial son los colores masculinos. Los hemos visto en piezas de mobiliario, butacas, sofás, pero sobretodo en textiles, colchas,mantas, cojines. Resultan totalmente elegantes y acogedores.
El tono klein, el dazzling, tan en auge ahora mismo, tiende a crear espacios íntimos y sofisticados. Si los eliges ten cuidado porque los tonos azulados hacen que las habitaciones creen el efecto óptico de ser más pequeñas. Deben ir en espacios con mucha luminosidad y combinados con maderas claras o lacadas aportan una sensación muy confortable.
Lo mismo ocurre con los tonos grises, básicamente masculinos, son ideales cuando se combinan con tonos delicados como pastel, el azul agua o el rosa orquídea. La mezcla de este otoño apuesta por tonos casi neutros, con colores pálidos lo que consigue una elegancia atemporal.
Ésta es la apuesta de la temporada 2014-2015, ¿cuáles son para ti los colores del otoño?