Situada en la Plaza del General Vara del Rey, una de las zonas más castizas de la capital madrileña. Flanqueada por las calles Ribera de Curtidores y Carlos Arniches hay una pequeña tienda de decoración y mobiliario vintage, un lugar diferente -cada vez hay menos-, un lugar en el que el tiempo se ha detenido, entre antigüedades y viejos tesoros nos encontramos con La Europea.
Lo que la diferencia de otras grandes tiendas de antigüedades es que sus dueñas, Eugenia, Sylvie y Sonia, viajan por todo el mundo para traer hasta su tienda mobiliario retro, objetos de decoración, cuadros, espejos, sillas, sillones, textiles y tapizados de distintos orígenes y estilos, adecuados para darle un toque diferente, elegante y vintage a toda tu casa. Incluso muebles de jardín y piezas de arquitectura.
Se mueven por las almonedas, los anticuarios, las mejores subastas e incluso en casas de pueblo, en las que a veces encuentran auténticos tesoros, esos muebles en los que el tiempo ha dejado su huella y los ha embellecido.
En La Europea podemos encontrar muebles de principio del siglo XX, algunos en tonos madera, azul celeste o blanco,colores tan de moda en interiorismo en esta temporada, lámparas de estilo fernandino en hierro forjado de los años 50, mesas de billar, también de los años 50. Mobiliario con inspiración industrial, o juegos de butacas del siglo XIX.
Los objetos de decoración son totalmente originales, tienen una buena colección de cojines, candelabros, vasos, vajillas y jarrones. Un stock que van modificando continuamente, para conseguir todo lo que necesites, de hecho se ofrecen a buscar aquello que no tienen y quieres, solo tienes que preguntar.
Las mejores revistas de decoración han guardado un hueco entre sus páginas para recomendar muchos de los productos de La Europea.
Tienen un catálogo muy extenso que puedes consultar en su web. Todos sus productos, desde muebles y hasta los más pequeños objetos de decoración, tienen un aire muy ecléctico y especial que darán ese toque distinto a tu hogar.
Color, vida, historia y delicadeza todo ello se respira en La Europea, gracias a unos productos escogidos con mimo y el buen ojo de sus dueñas que ya contaban con una larga trayectoria en el mundo de las antigüedades.
