Contenidos
La pintura Milk Paint es una receta tradicional modernizada, ecológica, fácil de usar y versátil, y promete convertirse en una preferida de los amantes de la decoración y el DIY.
Aunque la pintura de leche es una receta tradicional que lleva empleándose desde la Antigüedad, había sido olvidada en favor de productos más duraderos debido a lo rápido que se estropea. Sin embargo, la bloguera Marian Parsons, autora del proyecto Miss Mustard Seed, ha desarrollado una línea propia que la recupera y revisa convirtiéndola en un nuevo objeto de deseo para todos los amantes de la decoración y la restauración. Lanzada al mercado en 2012, su Milk Paint incluye una paleta variada de colores frescos y actualizados, y también comercializan ceras, imprimadores y otros accesorios.
Más de 300 puntos de venta en Estados Unidos, Canadá, Europa, Australia, Dubái y Malasia distribuyen este producto por todo el mundo, y también es posible adquirirlo online. La restauradora y decoradora Chus Cano, propietaria del taller El Sabor de lo Antiguo, ha sido la pionera en traer este producto a nuestro país. Ella ya ha utilizado la Milk Paint en uno de los capítulos de su programa Reciclarte, que se emite actualmente en Canal Decasa, y pronto la encontraremos disponible en su tienda.
La Milk Paint es biodegradable, natural y libre de productos químicos. Prácticamente inodora, es elaborada en Canadá por la Homestead House Paint Company, una compañía especializada en la producción de pinturas no tóxicas con décadas de experiencia. Viene en paquete pequeño, fácil de almacenar y de conservar en buen estado, y consiste en un polvo que después se mezcla con agua para dar lugar a la pintura. Cada paquete contiene 250 gramos de producto y puede cubrir aproximadamente entre 5 y 7 metros de superficie, por lo que da mucho de sí.
Hecha con un 100% de ingredientes naturales (caseína de leche, arcilla, piedra caliza, tiza y pigmentos naturales), no resulta tóxica y puede aplicarse sin necesidad de imprimación previa sobre superficies muy porosas. Para otras superficies más problemáticas en las que queramos garantizar la adhesión, Miss Mustard Seed comercializa también un blending agent, un producto específico para fijar la pintura.
En función de la cantidad de agua que empleemos, el resultado final tendrá mayor o menor cobertura, un color más intenso o más pálido, tapará por completo o dejará ver el grano, la textura o la veta de la superficie… También existe la posibilidad de variar el aspecto final de la pintura aplicando ceras, barnices o aceites en función del acabado que deseemos y la finalidad concreta que busquemos para la superficie pintada.
La enorme versatilidad de la Milk Paint, su facilidad de elaboración y aplicación y la posibilidad de conseguir muchos efectos diferentes (craquelado, descascarillado, mate, satinado…) la hacen idónea para ser empleada en restauración y decoración, incluso para los amateurs que se animen con el DIY.
Los pasos que se deben seguir son sencillos: se mezclan los polvos Milk Paint con agua tibia a partes iguales, se bate bien, y tras dejarlo reposar de 5 a 10 minutos para que se espese, se aplica con brocha, rodillo o spray directamente sobre la pieza lijada con suavidad previamente (o imprimada con el agente adherente que hemos mencionado anteriormente, si es necesario).
Miss Mustard Seed ha compartido en su canal de Youtube una serie de vídeo tutoriales explicando la manera de utilizar la Milk Paint, y en su página web específica para este producto también comparte ideas para explorar las posibilidades de esta pintura. Natural, en una gama de colores bonitos y modernos (y con nombres tan evocadores como «arabesque», «tricycle» o «dried lavender»), fácil de usar y versátil; la Milk Paint tiene todas las papeletas para convertirse en nuestra preferida.