Contenidos
Eligió el nombre de Lebrel como homenaje a sus mascotas, dos galgos, y por el carácter de serenidad y elegancia que transmite su imagen. Nacido en Valencia en 1980, desde muy joven ha sentido interés por lo artístico y el trabajo manual. Su padre era todo un manitas que le inculcó el gusto por el «hazlo tú mismo», que Fernando ha desarrollado a lo largo de su vida: a través del oficio de fontanero, con el que complementa económicamente su trabajo de diseñador; y con la labor artesanal que imprime en cada uno de sus productos.
Aunque pensó en estudiar Bellas Artes, este joven diseñador optó finalmente por formarse a sí mismo mediante la experiencia y su propia curiosidad. Interesado en varias ramas artísticas, del diseño y la pintura pasó a la escultura y al diseño de producto con Lebrel, sacando del papel y moldeando con sus propias manos sus ideas para crear objetos cotidianos, funcionales y cercanos.
Su producción abarca mesas, estanterías, bancos y sobre todo lámparas, por ser un elemento de nuestro entorno que aprovechamos y tenemos presente a diario. Las tiradas son pequeñas, en ocasiones produce piezas únicas, para poder seguir asegurando la fabricación artesanal y su implicación personal en el proceso, huyendo de la industrialización y la producción en masa. Trabaja con materiales naturales como acero, granito, cobre, mármol o madera, reciclando si es posible, y huyendo del plástico y los acabados artificiales.
Dibuja a diario ideas que le sugieren elementos de su entorno, especialmente arquitectónicos, y que después modifica, pule y materializa en su taller. Implicado tanto en el proceso de diseño como el de fabricación, incluso construye sus propias herramientas en función de las necesidades de cada proyecto que aborda. Sus piezas tienen líneas sencillas y diseños funcionales pero elegantes, y aunque huye de etiquetas como «minimalista» o «retro», su máxima es el «menos es más» y manifiesta su admiración por la estética de los años 60 y 70.
Abellanas es rabiosamente independiente: solo acepta trabajos por encargo cuando el cliente le da libertad para diseñar, y trabaja muy duro como fontanero para tener los ingresos suficientes para poder desarrollar su vocación, el diseño, con la autonomía creativa que le proporciona el no tener que supeditarse a necesidades económicas.
Su showroom-taller-vivienda, que fabricó él mismo a lo largo de tres años, es un espacio abierto a que los clientes puedan visitar y conocer de primera mano el entorno en el que se fabrican los productos, y , por supuesto, al propio autor. Sus piezas artesanales tienen así un excelente expositor, y su proceso creativo puede ser compartido con aquéllos que quieran conocerlo a fondo. En cuanto a la venta, además cuenta con una serie de puntos fijos en Valencia, Madrid y Barcelona, y es posible contactar con él a través de su web para discutir futuros proyectos.