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Este crítico, arquitecto y autor danés, conocido en su país sencillamente como PH, fue una de la figuras claves del panorama cultural y del diseño en la Europa de entreguerras.
Hijo de la famosa actriz Agnes Henningsen, creció en un ambiente liberal y rodeado de prominentes figuras literarias de Dinamarca. Estudió en la Frederiksberg Technical School entre 1911 y 1914, y en el Copenhagen Technical College hasta 1917, aunque nunca se graduó y decidió probar suerte dedicándose a la pintura y el diseño y trabajando como arquitecto independiente. Entre sus trabajos como tal se destaca el Glassalen Theatre Hall, en parque de Tivoli de Copenhague.
Se destacó como crítico y autor, escribió para varios periódicos y publicaciones, editó la revista Kritisk Revy («reseña crítica»), publicó un libro y escribió poesía. Durante la ocupación nazi de Dinamarca emigró a Suecia, y en sus últimos años formó parte de la Real Academia danesa.
Por su postura marcadamente liberal y defensora de los valores democráticos, así como sus esfuerzos por influir en la política de su país por medio de la cultura, es considerado uno de los padres de la modernidad en Dinamarca tras la II Guera Mundial. «Todo el arte político es malo -todo el buen arte es político», escribiría.
Además, fue un afamado diseñador, y muchas de sus piezas son reconocibles con nombre propio a día de hoy y figuran en las colecciones de importantes museos. Su contribución más valiosa al mundo del diseño fue en el área de la iluminación: dedicó una gran parte de su carrera a la investigación de la importancia de la luz para nuestro bienestar.
Habiendo crecido en una pequeña ciudad danesa sin electricidad en el cambio de siglo, Henningsen quería recrear la suave iluminación de las lámparas de gas que habían marcado su juventud. Aplicada a la energía eléctrica, su teoría decía que las personas no debían recibir el resplandor directo de la fuente de luz, y que la iluminación de una estancia debía estar pensada de forma que contribuyera a crear un .
Por ello, sus lámparas incluían reflectores cuidadosamente colocados que ocultaban la bombilla y desviaban los rayos de luz para conseguir que se repartieran de forma suave por toda la habitación. La más famosa es la lámpara PH de 1924, con la que ganó el primer premio de iluminación moderna en la Exposición de París de Artes Decorativas de 1925.
Al año siguiente, empezó a ser producida por la compañía Louis Poulsen & Co. de Copenhague, que a día de hoy continúa fabricándola dado que su demanda ha sido constante desde su creación.
Compuesta por capas concéntricas de bandas de metal reflexivas (una de ellas pintada de rojo para que la luz fuera más cálida), el diseño PH se basó en un cuidado análisis científico de la función de una pantalla de lámpara.
El tamaño, la forma y la disposición de las piezas metálicas respondía a una precisión matemática que conseguía distribuir la luz de la manera más uniforme posible.
Posteriormente, Henningsen diseñaría nuevos modelos de la lámpara PH (más de 100 hasta su muerte) con variaciones que la hacían apta para diversas funciones y espacios, y continuaría trabajando para Louis Poulsen.
Entre las más famosas se encuentran la PH Louvre, una lámpara colgante de techo que consta de trece láminas de metal concéntricas, o la PH Artichoke, de 1957, basada en el mismo principio que las anteriores, gracias a su gran tamaño conseguía crear una atmósfera dramática mediante una iluminación sofisticada que la hizo más adecuada para entornos comerciales y espacios domésticos más grandes.
También se convertirían en un clásico la Snowball de 1958, una lámpara colgante con ocho láminas de aluminio; y la PH 50, una revisión de la PH5 cuyo nombre es una referencia a sus 50 centímetros de diámetro y está pensada para colgar a escasa distancia sobre las mesas.
Otros diseño notable no relacionado con la iluminación que merece destacar es el Gran Piano PH, que forma parte de varias notables colecciones de diseño del siglo XX, incluyendo la del Metropolitan Museum de Nueva York.
Hasta la actualidad, las lámparas PH sigue siendo uno de los mejores intentos de diseñar la perfecta adaptación de la lámpara incandescente. Lo que se percibió como una nueva forma radical de pensar en términos de tecnología y diseño, hoy todavía nos muestra lo que es una buena iluminación, en un diseño que sigue siendo absolutamente contemporáneo.