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Academia de Despiece no es ningún tipo de restaurante en el que se ofrecen platos a comensales, sino una pequeña escuela o academia donde lo que se ofrece al público son cursos gastronómicos. Es uno de los espacios académicos más innovadores que hemos visto y lo podemos encontrar en la calle Ponzano, en Chamberí.
La idea fue del diseñador culinario, Javier Bonet, también conocido por el nombre Sr. Bonet. Es un mallorquín residente en Madrid, que quiso crear un nuevo concepto de negocio reuniendo ideas en su mente para poder mostrarnos algo tan excepcional como es esta academia.
En este espacio tan peculiar, nos encontramos principalmente con una mesa-pupitre de 12 plazas, a lo largo de la cual se reúnen los alumnos que asisten a estos cursos, y cuyos profesores son, siguiendo su línea innovadora, unos vídeos demostrativos.
Los clientes son alumnos, entre los que destacan futuros graduados, que están dispuestos a ponerse un delantal, dominar los distintos juegos de cuchillos y el soplete que deben usar, y sumergirse en la aventura culinaria durante dos horas y media. Eso sí, olvidándose de cualquier objeto personal, incluido el móvil, y centrándose únicamente en los platos.
La academia se abrió en el año 2013, y lo que pretendió su dueño fue crear un espacio fresco y diferente, reeditado de una barra típica de la calle Ponzano, que es donde se encuentra. Pretendía también crear un ambiente de reunión y charlas entre los asistentes. Y dio en el clavo, puesto que dos años después, sigue teniendo gran éxito.
A la Academia de Despiece se le une la Sala de Graduación, siendo este último la introducción del primero, puesto que se trata de un espacio en el que la gente se conoce y charla antes de llegar a la academia. Se trata de dos conceptos unidos que son la evolución de la Sala de Despiece, de la que son vecinos.
Un plato destacado de esta Sala se convirtió en el germen de la Academia de Despiece: el chuletón cenital, que el cliente tiene que acabar él mismo siguiendo la idea “Do it yourself”. En esta misma se basó Bonet y, de ahí, creó su propio “Hazlo tú mismo” con la academia.
La apariencia física de la Academia de Despiece no es muy habitual. Lo que nos encontramos es un local que parece, más bien, un espacio frigorífico y de carga y descarga, en cuyo escaparate siempre vamos a poder ver uno de los productos más destacados.
Su creador afirma que es “una evolución de Sala de Despiece y de su lenguaje, basado en que el cliente interactúe y aprenda trucos sencillos o conozca el producto, sin la menor pretensión de funcionar como una escuela de cocina formal, porque no lo somos. Es, además, una forma de centrarnos en un número pequeño de clientes para que vivan una experiencia un poco diferente, en la que cada uno aprende a prepararse su propia cena y le enseñamos nuestro trabajo en Sala de Despiece. Sobre todo, lo hemos hecho para divertirnos: a los clientes y a nosotros”.
Y es que se trata de un concepto totalmente diferente a lo que estamos acostumbrados, pero con una gran dosis de innovación, en la que se pretende fusionar el aprendizaje con la diversión y la interactuación entre las personas.
En Academia de Despiece, se aprende siempre ayudado por el propio Bonet y algunas personas del equipo, que no son profesores, sino que sirven de apoyo a los alumnos. Es una nueva idea que nos aporta una gran experiencia y quien allí se acerca, le deja un buen sabor de boca.