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Hacía años que llevaba queriendo regresar a Londres, será porque fue la primera ciudad a la que llegué en mi primer viaje fuera de España. El primer lugar donde fui completamente sola y pude hacer totalmente mío. Allí fui libre de verdad, salvando las carencias económicas, ya que iba becada y el dinero no daba mucho de sí gracias a la imposible libra.
Acababa de licenciarme en periodismo e iba como corresponsal de la agencia de noticias mexicana Notimex. Nadie me esperaba allí y, sin embargo desde sus oficinas sí esperaban que la información llegara de la forma que fuera, siempre que viniera de las fuentes adecuadas.
Fue duro, no había oficina fija a la que acudir cada día, mi única compañera allí ya tenía sus ideas y su vida más que organizada y no parecía que yo fuera a entrar en algún hueco de ella, por lo que estuve sola en lo bueno y en lo malo.
Cada día leía la prensa o andaba por la ciudad con mi cámara en busca de noticias o reportajes que les pudiera interesar a los mexicanos (nunca he estado tan desubicada). Intentaba dar con temas y luego buscar la noticia hasta de debajo de las piedras. Entonces ante la falta de alguien que me juzgara, sin nadie que me dijera ¿en serio te vas a ir a ese lugar o vas a hacer tal cosa? me descubrí experimentando cosas que jamás imáginé. Fui a manifestaciones de los barrios más marginados de la ciudad, entrevisté a artistas internacionales sobre sus obras y me colé (aún no sé cómo lo hice, porque jamás me llegué a acreditar) en Festivales de Cine como el de Londres o Sundance, llegando a tener como compañeros de butaca a Colin Firth o Kevin Bacon. Bueno, batallitas de una joven solitaria que sólo tenía que decir «mi no enteder» en inglés para salvarse de cualquier situación incómoda.
Todos estos recuerdos, sumados a otros muchos que me llevaron a conocer gente muy interesante que fueron vínculo para siguientes aventuras, hicieron necesitara que mi vuelta a Londres fuera ESPECIAL y más porque esta vez se la quería «presentar» a mi pareja, que no había estado antes y quería que conociera ese lugar desde la mejor perspectiva posible. Buscando hoteles pasaba lo de siempre con cualquier ciudad grande y cara que se precie: los alojamientos del centro eran prohibitivos y no tan agradables. Me negaba a pagar un dineral y encima encontrarme en un cuchitril de moquetas sucias.
Entré en AIRBNB y vi este lugar. Y ¿sabéis esa sensación de cuando entras en un sitio y te sientes como en casa? Pues me sucedió algo así, pero a distancia. No sabía cómo, pero sabía que ahí era donde quería alojarme para volver a sentir MI Londres, el que yo llevo dentro y vivirlo con Marcelo.
Ese lugar era Brixton Town House, un B&B muy especial regentado por una pareja muy interesante con una vida llena de experiencias y viajes, Anne e Ian.
No pensaba hacer en esta primera visita un reportaje de la casa, porque por supuesto pensaba volver, pero sucedió que el día que nos volvíamos a España unas dos horas y media antes de que saliera nuestro vuelo, Anne nos dijo que la persona que hacía la limpieza de la habitación había intentado abrir nuestra habitación con la llave equivocada y se había partido en el interior de la cerradura. ¿Llegaríamos al vuelo? Tengo que reconocer que maliciosamente por dentro deseaba que ese imprevisto nos hiciera quedarnos un poco más, pero teníamos compromisos en Madrid, así que esta vez teníamos que llegar sí o sí.
El cerrajero estaba de camino, tardaría una media hora y fue el momento en que decidí que sacaría las imágenes que me diera tiempo. No tenía trípode así que el resultado no es lo que hubiera querido, pero al menos me permite que os hagáis una ligera idea del lugar.
Comienzo por la nuestra, creo que la mejor de todas: luminosa, con unas vistas al magnífico jardín que hacían que te levantaras con energía renovada y ganas de comerte la ciudad. Una cama antigua y sábanas blancas, de las que te acogen de verdad. Pena que la parte que más me gustaba, el escritorio con su silla estilo Tapiovaraa sea la foto de peor calidad de todas (primera excusa para volver).
Una habitación repleta de detalles como sus jabones hechos a mano o una botella de agua siempre a tu disposición (nota: el agua del grifo también se puede beber en Londres). Las flores y plantas naturales nunca faltan en la casa, ya que el jardín da para que puedan reponerlas con las diferentes variedades de temporada.
La siguiente habitación es la de los viajeros. Creo que ilustra mucho el carácter de los propietarios: natural, con un carácter muy campestre y con un mapamundi que preside el cabecero de la cama. Genial el diván tapizado con tela de saco que le da un aire rústico a todo el entorno. La colcha mostaza, sencillamente me encantó y la chimenea preparada para los días de más frío… es un auténtico capricho.
La planta baja no tuve tiempo de fotografiarla, sólo os muestro algunas de las imágenes que pude sacar los primeros días con el móvil del desayuno con el que todavía sueño, no tanto porque se sirviera exactamente lo que más me gusta, sino por la sencillez de los alimentos naturales que nos ofrecían cada día. Lo reconozco, no soy una apasionada de la fruta, pero tener la oportunidad de tomarnos un zumo natural por las mañanas, unas tostadas de pan casero con mantequilla, tés de todo tipo, yogur y mermeladas caseras en un comedor como ése con vistas al jardín… es una forma de empezar la jornada de las mejores que se me ocurren.
En todo esto hago un inciso y es que Anne e Ian son también propietarios de una tienda en el Mercado de Brixton en la que venden tanto las mermeladas y preparados de Ian como cosméticos totalmente naturales, además de otros objetos para el hogar. No nos dio tiempo a visitarla, pero aquí está la segunda razón para volver 😉
Otra de las habitaciones que pude fotografiar es ésta de a continuación. Sobria en decoración, pero con los elementos necesarios para sentirte en un espacio acogedor y único. Ese escritorio al lado de la ventana, con la luz dándole de lleno (preciado tesoro londinense) es donde me imagino escribiendo un libro. Esa estantería con libros aún por descubrir, esa manta de cuadros tan cálida y el suelo de madera… son detalles sí, sólo objetos, sólo deco. Pero deco de la que me inspira, porque me hace sentir que en días fríos como los que vivimos allí y tras patear la ciudad de arriba a abajo, volveremos y el lugar nos acogerá hasta levantarnos el día siguiente con la luz inundando el espacio.
Detalles, detalles por toda la casa (y los que no tuve tiempo de sacar) como unas vitrinas en las que tienen todo tipo de muñecos y recuerdos en miniatura de cada uno de los viajes de la pareja: luchadores mexicanos, amigurumis, pequeños soldados de juguete, imágenes sacras… todo vale cuando viajas y los objetos vienen a ti en forma de experiencias que nunca olvidarás.
Éstas imágenes que os muestro a continuación son de los pasillos exteriores a las habitaciones. Cientos de libros se viajes, de temática visual, de diseño, creatividad… mi biblioteca soñada para pasar como poco un año de lectura sin pausa. De hecho, Anne sabe que en el próximo viaje tengo que dedicar un buen rato a estudiar.
Me quedo con muchas ganas de mostraros el salón repleto de objetos vintage y obras de arte. Algo más oscuro, pero otra forma de calidez que se agradece en los días de otoño-invierno. También el jardín con sus diferentes zonas, sus bancos secretos y sus sillas de forja en diferentes rincones del espacio. Los huertos y la hamaca brasileña colgada de unos árboles al fondo del jardín, su caseta azul turquesa para guardar aperos y recuerdos… Recuerdos como los que nos quedan de este último viaje tan especial por este alojamiento y todo lo que pudimos vivir en él.
Espero poder ofreceros más este tipo de reportajes, que son una de las ideas por las que nació Moove Magazine. Cada vez más producción propia y casas y lugares vividos.
Nos vemos pronto en… el próximo destino.
Lugar: Brixton Town House.
Dirección: Raleigh Gardens, Brixton Hill. Londres
Servicios: B&B (genial desayuno incluído en el precio de alojamiento).
Cómo encontrarles: Airbnb
Precio Aproximado: 79 euros/noche
Wifi: Sí (funciona a la perfección al contrario que en otros alojamientos).
Extras: Jardín, perfecto para la temporada de primavera-verano.
Instragam: instagram.com/brixtontownhouse/