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La historia nos ha enseñado que no todo consiste en tener talento para triunfar. No se trata de que las personas al nacer poseamos algo especial que se manifiesta desde la infancia, sino de desarrollar y trabajar en nuestras habilidades.
Algunas de las personas más célebres lograron serlo incluso después de fallecer puesto que sus aportaciones al mundo no se entendían o no se valoraban. Además, en su mayoría, los grandes artistas o científicos pasan por practicar y probar durante mucho tiempo sus creaciones hasta que estas alcanzan la grandeza.
El gran Beethoven compuso melodías mundialmente conocidas a pesar de su sordera, o a Albert Einstein en su infancia se le consideró con problemas intelectuales ya que era tímido y se aislaba de los otros niños, pero no por ello dejó de cambiar el mundo de la física a nivel universal.
En cierto modo, a Vincent Van Gogh le llegó el amor por el arte tras su edad adulta y alcanzó a plasmar en sus pinturas la propia experiencia de la vida. En Ámsterdam, el Museo Van Gogh busca ser una fuente de inspiración y mantener viva la obra del artista estando al alcance de todos los públicos.
La vida de un artista muy particular
Nació en 1853 y se crió en Holanda, dentro de una familia muy religiosa cuyo padre era ministro. En su niñez no destacó especialmente en nada y al terminar sus estudios decidió imitar la profesión de uno de sus tíos y dedicarse a ser comerciante de arte.
Ejerció esa profesión tanto en Holanda como en Inglaterra y Francia, pero con el tiempo se dio cuenta que era algo que no le llenaba y decidió ejercer como misionero en una comunidad minera. Poco a poco su interés por la pintura fue creciendo en él y cerca de 1880 ingresó en la Royale Academia de Bellas Artes de Bruselas.
A pesar de su amor al arte, no tuvo mucha suerte en sus primeros años como pintor; además, tuvo muchas desilusiones amorosas que lo inspiraron en sus pinturas pero realmente apenas fue consciente de la magnitud que alcanzaría su trabajo tras su muerte.
Se le conoce a nivel mundial como un artista torturado al que no supieron entender ni valorar en su tiempo pero que nos dejó un tesoro artístico tras de sí y quien ha servido de inspiración para todos.
Desgraciadamente, Vincent Van Gogh comenzó a tener problemas de salud y trastornos mentales que lo llevaron a quitarse la vida en 1890, sin llegar a saber la repercusión que alcanzaron sus pinturas hasta nuestros días.
Algunas de las obras disponibles en el museo
Self-Portrait as a Painter
Sunflowers
Almond Blossom
Landscape with a Stack of Peat and Farmhouses
Montmartre: Behind the Moulin de la Galette
The bedroom
Toda la información esencial que necesitas conocer
En la colección del museo tienen un archivo con más de 200 pinturas y 500 dibujos del artista, siendo la mayor colección reunida del mundo sobre Vincent Van Gogh. Organizado cronológicamente, puedes conocer la vida del pintor en sus distintos periodos y su metodología de trabajo gracias a todos los dibujos que se conservan y exponen en el museo.
Es uno de los 25 museos más importantes del mundo y cuenta con una gran afluencia. Además, tiene un sistema interactivo mediante el que puedes visualizar parte de la colección desde internet, ya que la interfaz de su página web oficial es muy intuitiva y está muy cuidada al detalle para que la experiencia sea ideal.
El Museo Van Gogh está ubicado en el Barrio de los museos de la ciudad, entre el Rijksmuseum y el Museo Stedelijk. El acceso al museo se encuentra en el Paulus Potterstraat 7. Abre todos los días de 10h a 17h, pero los viernes por la noche durante la temporada alta, el museo permanece con sus puertas abiertas hasta las 22h.
Cuenta con visitas guiadas en varios idiomas y en sus diferentes salas a veces se producen eventos como cócteles o presentaciones con DJs. En su web puedes encontrar todos los pases y tipos de entradas que están disponibles para acceder al museo, por lo que no tienes excusa para perderte la experiencia de visitar este espacio tan especial.
Imágenes: Web oficial del Museo Van Gogh