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Disfrutar del otoño en Burgos a través de experiencias que emocionan. Esta época del año es una de las mejores para disfrutar de la pintoresca naturaleza y la autenticidad de las tradiciones que ofrece Burgos a sus visitantes.
Su naturaleza con colores ocres y rojizos es la excusa ideal para una escapada en pareja, en familia o con amigos con la que descubrir su característico patrimonio, comercio, artesanía, gastronomía y, muy especialmente, sus costumbres de destacada herencia histórica.
Desde ‘Burgos Emociona’, proyecto de la Diputación de Burgos, proponen gran variedad rutas y planes que llevarán a los turistas por un viaje de emociones mediante recorridos y actividades con las que descubrirá el lado más auténtico de esta provincia y sus habitantes.
Experiencias para conocer la naturaleza y sus tradiciones
Una de las mejores formas de adentrarse en la naturaleza es a través de un safari. Paleolítico Vivo es el primer parque pleistoceno con animales vivos de Europa, el cual ofrece una experiencia de inmersión total en la prehistoria.
Está vinculado al proyecto de Atapuerca y es una actividad que muestra esta etapa de la historia a través de sus fósiles y réplicas, pero también con un safari en 4×4 en el que se puede observar, diez mil años después, las especies que compartían territorio con nuestros ancestros.
Otra actividad para los amantes de la naturaleza y los buenos sabores es la visita y cata de miel en Apimara. Los visitantes se convierten en apicultores por un día y además, podrán llevarse a casa un trozo de panal.
Para los que no pueden hacer una escapada sin degustar de una buena bebida espumosa, está la visita y cata de cervezas artesanas en Cervezas Mica. Un tour que desvela los secretos de la elaboración de una de las cervezas artesanales más reconocidas de España.
Rutas de comercios y productos con historia
La adquisición de productos locales es una manera de conocer los destinos y llevarse una parte de ellos para prolongar la experiencia en casa. ‘Burgos Emociona’ lleva a los visitantes a esos comercios que ofrecen productos con historia y tradiciones heredadas de sus antepasados, como el taller de madera en Bascones de Zamanzas, el rincón de creación de Nino Saturnino Fernández, donde realiza con sus manos esculturas de formas curvas y orgánicas inspiradas en el cuerpo humano.
Las velas artesanales forman parte intrínseca de la historia de Burgos. En Turzo, Valle Sedano, en pleno corazón del Parque Natural de las hoces del Alto Ebro y Rudrón, se encuentra Turzo Velas & Co., una empresa familiar que lleva décadas trabajando en la elaboración de velas aromáticas hechas con vegetales con aceite de coco y oliva.
La Granja Santa Gadea, situada en San Cristóbal de Rioseco, un hermoso pueblo a orillas del Ebreo, es uno de los enclaves de la creación productos autóctonos burgaleses. Una granja ecosostenible que ha implementado medidas para reducir su huella de carbono, mientras fabrica queso de cabra y jabones bio de gran fama nacional.
Visitar Burgos se puede traducir como degustar de su tradicional morcilla de reconocimiento mundial. Los productos identificados con la Indicación Geográfica Protegida Morcilla de Burgos (IGP) son aquellos que garantizan la máxima excelencia a los compradores y que, con toda seguridad, deleitarán a los comensales.
El origen del queso fresco de Brugos se remonta a los mercados semanales que tenían lugar en esa ciudad castellana, donde los campesinos vendían sus quesos de leche de oveja ¿Qué mejor plan que hacer un recorrido por las tiendas para probar y comprar a los propios productos esta exquisites de la gastronomía española?