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Una casa en una azotea. Así es la casa diseñada por Martine Brisson en Montreal. Un espacio habitable construido en lo alto de un edificio que aúna sencillez y funcionalidad en cada uno de sus rincones.Se trata de la remodelación de la terraza de la azotea de una antigua residencia del artista Betty Goodwin, con la idea de crear una zona de estar exterior. Para este diseño, Martine Brisson (diseñadora de interiores) ha querido aprovechar al máximo los espacios abiertos. Por esta razón, sus pocas zonas interiores han sido realizadas de manera que parecen una continuación del exterior.
Llama mucho la atención la configuración del ático. Ésta es la estancia interior que une las habitaciones de las plantas inferiores de la vivienda con la terraza de Brisson. Este lugar diáfano y sin interrupciones cuenta con una gran ventana y dos puertas francesas, localizadas en tres de los laterales de la estancia, que dan acceso a la zona exterior.
Además, estas ventanas, no sólo permiten el paso de la luz, sino que dejan al descubierto la terraza con el fin de crear ese ambiente de “espacio al aire libre”.
Precisamente por la importancia que adquiere este concepto en este proyecto, el salón, uno de los lugares principales del diseño, ha sido creado en el exterior. Un lugar ideal donde pasar el tiempo libre y disfrutar de un momento de descanso o de ocio, solos o en compañía. Del mismo modo, la cocina-comedor se encuentra también en este espacio abierto.
Estas dos últimas estancias se encuentran unidas por un mismo suelo, una tarima de madera de cedro. Si bien, se ha tenido en cuenta establecer una clara separación en entre ellos, para no confundirse entre estos dos espacios ideados para la práctica de actividades diferentes.
La cocina se encuentra delimitada por una gran pérgola y por pequeñas plantas.
Mientras que alrededor del salón hay arbustos y árboles de hoja perenne, de gran altura, que hacen las veces de pantalla para guardarse de las miradas de los vecinos. Y es que la vegetación adquiere aquí mucha presencia, como un elemento decorativo y, al mismo tiempo, funcional.
Los materiales de construcción han sido seleccionados cuidadosamente con la intención de teñir cada estancia con las sensaciones correctas. Así, el frío negro de las fachadas contrasta con la calidez del interior del ático y los suelos de las estancias realizados en una madera de tono suave. El cuarzo se emplea para el mostrador de la cocina, mientras que el mármol blanco predomina en el baño, dándole sensación de limpieza.
Martine Bresson ha utilizado formas geométricas simples para la construcción de cada espacio. Con esto, deja que sea el mobiliario elegido para cada lugar el encargado de darle personalidad y terminar de crear cada estancia. De este modo, posteriormente, será más sencillo hacer una redecoración para lo que solamente será necesario cambiar los muebles por otros más nuevos.
Con la sencillez como máxima principal se ha conseguido una zona de estar asombrosa. Evitando sobrecargar el ambiente y apostando por la simplicidad en el diseño hasta rozar los límites de lo natural. Algo a lo que contribuyen también los materiales elegidos y la apuesta por la vegetación perenne.
Las imágenes hablar por sí solas. Una fantástica estancia de estilo minimalista en la que poder disfrutar del aire libre y relajarse en un jardín situado en el punto más alto de un edificio.
(Información vía MocoLoco. Fotografías de Marc Cremer vía Home DSGN y de la web de Martine Brisson).