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Evitar la luz directa del sol, retirar los pétalos marchitos y recortar los tallos, son algunos de los consejos de ManoMano para conseguir que tu ramo se conserve en mejor estado
Las rosas son unas de las flores más bonitas que se pueden regalar en cualquier momento del año, pero sin duda su gran momento coincide con San Valentín. Por lo que es importante, con la llegada de esta fecha señalada, saber cómo conservarlas para que duren más tiempo.
Un buen consejo para que la flor cortada dure más tiempo es elegir siempre aquellas que aún tienen que abrirse o que apenas están empezando a hacerlo. En el momento en que una flor se corta, deja de recibir la savia que le permitirá seguir creciendo, abrirse, y esperar a ser polinizada para formar semillas. Este consejo también sirve para plantas de flor compradas en maceta: si las flores están aún por abrir, se puede disfrutar de su floración en casa o en el jardín.
Para saber que hacer en el momento de recibirlas, Ester Casanovas, experta en jardinería del ecommerce especializado en decoración, bricolaje y jardinería ManoMano, te cuenta qué hay de cierto en algunos trucos populares y cómo realizarlos correctamente para disfrutar de tus flores durante más tiempo:
Lo primero, elige aquellas flores que aún tienen que abrirse
Retira el envoltorio de las rosas y ponlas en agua rápidamente
Aunque lo habitual es recibir un ramo de rosas envuelto en celofán, el plástico evita que las flores respiren libremente. Por bonito que sea, elimínalo totalmente para que las flores reciban todo el oxígeno que necesitan.
Para ayudarlas a que se recuperen utiliza un recipiente en el que puedas sumergir completamente los tallos durante un par de horas.
Elige un jarrón y colócalo lejos del sol directo
Es importante que el jarrón esté bien limpio, sin restos de detergente. Enjuágalo varias veces si es necesario y colócalo en un espacio donde no reciba los rayos del sol porque acortaría su duración y llénalo de agua hasta la mitad.
Prepara las flores, eliminando hojas y pétalos marchitos
A continuación, revisa las flores y elimina los pétalos que puedan haberse desprendido. Si están atadas, algunas hojas pueden haber quedado atrapadas: elimina todas aquellas que, por su posición a lo largo del tallo, vayan a quedar sumergidas en el agua. Cualquier parte de la planta que caiga en el agua del jarrón, empezará a degradarse provocando la aparición de bacterias que no son precisamente beneficiosas para nuestras flores.
En este punto es donde entra en escena el famoso truco de la aspirina o las gotitas de lejía: ambas evitan la formación de bacterias en el agua, alargando así la conservación del ramo.
Recorta los tallos en diagonal cada dos o tres días
Los tallos sumergidos también se van degradando y esto impide que las rosas sigan hidratadas. Recorta los tallos utilizando unas tijeras de poda o un cuchillo si no dispones de ellas. Las tijeras de cocina o de manualidades aprietan el tallo antes de cortarlo, por lo que la parte responsable de absorber el agua se chafa.
Cambia el agua del jarrón cada día
Ya puedes imaginarte que la limpieza es vital para conservar las rosas. Cambia el agua del jarrón a diario y lávalo si es necesario. Es posible que tengas que utilizar un jarrón más pequeño en algún momento, si al recortar los tallos, el grande se vuelve inestable.
Sácalas al exterior por la noche
Si no hace mucho frío, puede ser interesante sacar el ramo al exterior durante la noche. El cambio de temperatura mejorará su oxigenación y alargará su conservación.
Retira las flores marchitas
Igual que hicimos al principio con las hojas o los pétalos, es igual de importante retirar las flores que se vayan estropeando ya que puede provocar que el resto del ramo se marchite antes de tiempo.