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Tres décadas después de que Diane Arbus se quitara la vida, sus retratos singulares continúan ejerciendo una poderosa influencia en la fotografía moderna. “La fotografía era una licencia para ir a donde yo quería ir y hacer lo que quería hacer”, reconoció Arbus. Con una cámara como escudo entró en el mundo de los jóvenes ricos de Nueva York, y volvió con imágenes inolvidables como la de un niño con una granada en la mano, como si de un juguete se tratara, un desconcertante par de gemelos e incluso la de un gigante judío junto a sus padres.
Diane nació en Nueva York el 14 de marzo de 1923, siendo la hija mayor de David Nemerov y Gertrude Russek. Fue criada en un hogar privilegiado, en un momento en el que la imagen tenía más peso que la riqueza en sí. Ya de niña, Diane se rebeló mas de una vez contra su familia debido a que su padre se opuso a las ambiciones artísticas de su hija. Diane sobresalió en la pintura en Fieldston, una escuela privada en el barrio de Riverdale del Bronx, y confesó que quería ser una «gran artista triste» cuando fuera grande. Cabe destacar que la mayoría de los niños pertenecientes a dicha escuela se convirtieron en artistas, sobre todo Howard, hermano mayor de Diane, ganador de un Premio Pulitzer de poesía.
En 1937, cuando tenía 14 años, Diane se enamoró profundamente de Allan Arbus, un muchacho que estudiaba arte en Russeks, e insistió en que quería casarse con él de inmediato. Los padres de Diane se opusieron a esta unión firmemente. Sin embargo ambos continuaron su romance de forma clandestina durante los siguientes cuatro años. Mientras tanto Diane insistió en que el matrimonio era todo lo que quería. Por lo que finalmente sus padres cedieron y ella y Allan se casaron el 10 de abril de 1947, poco después de que ésta cumpliera los dieciocho. Durante la Segunda Guerra Mundial, Allan se especializó en la fotografía de combate. Pero después de que volviera a la ciudad, él y Diane comenzaron a ganarse la vida como fotógrafos de moda. Diane aprendió el oficio, ayudando a Allan en sesiones de fotos y tomando lecciones de él. Sus primeros trabajos relevantes fueron sus anuncios para los periódicos de fotografías de moda de Russeks y pieles.
En 1947 ya estaba trabajando en la sección de moda para la revista Glamour, Vogue y otras revistas pertenecientes al mismo sector. Entre la monotonía y la falta de libertad artística Allan y Diane decidieron trabajar por separado, mientras Allan buscaba el éxito como actor, Diane empezó a tomar fotos por su cuenta, primeramente comenzó fotografiando a niños y a sus amigos. En 1957 se retiró del trabajo en moda para dedicarse a sus propios proyectos a tiempo completo. Arbus admiraba al fotógrafo Lisette Model, famoso por sus imágenes sobre la pobreza y lo grotesco, lo que influenció en sus fotografías. Durante este periodo el estilo característico de Diane comenzó a surgir.
Diane se aventuró en este momento con su cámara de 35 mm, a fotografiar lugares inusuales como diversas viviendas, circos e incluso el Museo de Hubert’s Freak, pretendiendo plasmar lo más profundo de dichos lugares. Poco después el matrimonio Arbus se derrumbó. Ésta, profundamente deprimida por la separación, siguió trabajando, contribuyendo en los ensayos fotográficos para la revista Esquire. Fotografió gente en la calle poco convencional como enanos, gigantes y travestis. Tras mostrar dichas fotografías en diversas exposiciones logró captar la atención del público, por la extrañeza de sus imágenes. Para conseguir producir esta inmediatez emocional que hacían sus fotos tan famosas Arbus siempre se dirigía a los extremos. Se rumoreaba que Arbus se acostaba con muchos de sus retratados, ya que la propia Arbus se consideraba sexualmente aventurera, siendo esta una forma de combatir la depresión y gozar de experiencias nuevas.
En la década de 1960, el trabajo de Arbus se había vuelto muy respetado en el círculo íntimo de los artistas de Nueva York y los editores. A medida que su fama crecía, comenzó a recibir nuevos trabajos de moda, tales como Show y Harpers Bazaar. En este momento comenzó a experimentar con un flash directo, que parecía resaltar las caras de sus súbditos. Este uso del flash, junto con el marco cuadrado, se convirtió en uno de los rasgos más imitados de sus obras. En 1965 se incluyeron tres fotografías de Arbus en una exposición del Museo de Arte Moderno, “Adquisiciones Recientes”. La reacción de sus retratos nudistas en el museo fue impactante.
Con su hija menor en el colegio, Arbus se trasladó a una colonia de artistas en Nueva York, donde impartía clases de fotografía. En sus clases, hizo hincapié en que una imagen es el producto de la relación entre el artista y el sujeto, y el verdadero arte de un fotógrafo estaba en buscar un momento de revelación del modelo. Al mismo tiempo Arbus comenzó a tomar fotografías de pacientes con retraso mental en una casa en Vineland, Nueva Jersey. Los sujetos la absorbieron completamente en una depresión, la que había sido durante mucho tiempo parte de la vida de Arbus. El 26 de julio de 1971, Diane Arbus se suicidó. Su amigo Marvin Israel la encontró dos días más tarde, acostada y vestida en su bañera. Su reputación ha hecho sino aumentar desde su muerte, debido en gran parte a sus fotografías en el Museo de Arte Moderno y a la publicación de varias colecciones de sus fotografías, editadas por Marvin Israel y su hija Doon.