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Esta una nueva tendencia social está cogiendo fuerza entre los habitantes de las ciduades: cultivar huertos urbanos, públicos y comunitarios.
Hace solo unos pocos años que estas iniciativas, que ya triunfaban en Estados Unidos desde los años 60, comenzaron a proliferar en nuestro país: una práctica (y una moda, esperemos que no pasajera) que puede ayudar a promover las relaciones sociales en las comunidades de vecinos, el aprendizaje de la agricultura y la producción ecológica, la vida sana, un hobby productivo…
Esta iniciativa podemos encontrarla en dos vertientes: los huertos comunales, ubicados en espacios cedidos por los ayuntamientos para el uso compartido de comunidades de vecinos, y los individuales. Se está popularizando entre los urbanitas montar un pequeño huerto de uso y disfrute exclusivo en sus propias casas: idealmente, en terrazas o azoteas, pero incluso en patios, alféizares, balcones o dentro de la propia casa, frente a grandes ventanas.
Gracias a la existencia de huertos verticales o en altura, incluso los huecos más pequeños son suficientes para animarse a montar nuestro propio mini-huerto, siempre que contemos con una gran cantidad de luz solar directa y el equipo necesario: recipientes, abonos y sustratos, semillas…
Como no plantaríamos directamente sobre la tierra, sería necesario utilizar jardineras u otros recipientes especializados en los que colocar el sustrato vegetal. En función del espacio que tengamos, podemos ir construyendo nuestro huerto en altura, haciéndolo todo lo vertical que necesitemos: una opción muy de moda es la que utiliza los tradicionales palets, que se sujetan a la pared y de los que se cuelgan las macetas.
Es necesario elegir bien qué cultivamos, en función de nuestras posibilidades: con cuántas horas de luz contamos, el clima y la estación del año, la frecuencia con la que podemos regar… Si nos informamos adecuadamente seremos capaces de elegir entre una gran variedad de plantas aromáticas y especies, verduras y hortalizas.
Los tiestos, maceteros, jardineras, etc. dependerán del espacio disponible y del tipo de cultivo, y podemos comprarlos o bien reutilizar latas, garrafas de agua o cubos de plástico con varios agujeros en el fondo; implantar sistemas de plantas trepadoras, en forma de pirámide…
Actualmente existen varias empresas orientadas a esta actividad, que proporcionan las semillas y los elementos necesarios específicos para huertos urbanos adaptados a espacios domésticos pequeños: por ejemplo, en Barcelona podemos trabajar con Growinpallet, que se especializa en rehabilitar azoteas diseñando, asesorando sobre su aprovechamiento, creando e incluso manteniendo esta clase de huertos.
Seedbox es un pack de lo más completo que incluye todo lo necesario para comenzar un huerto desde cero: el propio embalaje (una caja de 20x20x25cm) se reutiliza como mesa de cultivo, e incluye un paquete de humus orgánico, un bloque de fibra de coco y 2 variedades de semillas, así como un manual de instrucciones.
Son muchas las opciones para animarnos a participar de esta tendencia urbana que tanto tiene a su favor: nos permite cultivar productos frescos para una alimentación saludable, es una forma de producción ecológica, podemos autoabastecernos de manera económica, es un hobby de lo más entretenido que además es productivo y, lo mejor de todo, que está al alcance de todos, incluso en el corazón de la ciudad.
Si queremos hacerlo nosotros mismos en espacios más pequeños, Metro Huerto vende unos kits de iniciación al cultivo urbano y además podemos contratar su servicio de Acompañamiento en la Instalación, un pequeño taller en el que además de ayudarnos a montar el huerto nos enseñan todo lo que necesitamos saber para aprovecharlo al máximo.
También nos encontramos con la marca Resetea, que se ha especializado en el cultivo de setas y plantas aromáticas: comercializa un kit sostenible de auto-cultivo de setas ostra sobre posos de café y otro que incluye perejil rizado, albahaca y cilantro.