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Las obras de las mujeres artistas no han sido objeto de estudio hasta tiempos recientes. Fuertemente limitadas por el contexto social y político de finales del siglo XIX y principios del XX, buscaban una igualdad de derechos que abarcase todos los campos.
Algunas pioneras se hicieron eco de ello y ya a finales del siglo XIX se crearon asociaciones de artistas e incluso revistas enfocadas a un público femenino vinculado al mundo del arte. La mujer comienza a ser reconocida en el mundo del Arte.
Las primeras asociaciones de mujeres artistas
Los primeros pasos los dio la escultura Hélène Bertaux fundando en 1881 L’Union des femmes peintres et sculpteurs en Francia. Esta asociación buscaba dar una formación de calidad a sus miembros, que de otra manera les hubiera sido negada.
Compuesta por mujeres de todas las nacionalidades y con diferentes grados de conocimientos, ganó rápidamente reconocimiento entre las altas esferas sociales, que pronto fueron miembros de honor de la Unión, como es el caso de Charlotte Rothschild.
Su actividad se extendió hasta 1994, organizando salones anuales con gran reconocimiento por parte del público. Algunas de sus integrantes fueron Virginie Demont-Breton, Élodie La Villette, Caroline Espinet y Charlotte Bernard, que finalmente vieron reconocidos sus méritos cuando L’École Nationale Supérieur de Beaux-Arts de París admitió a las mujeres artistas, en 1900.
A partir de este primer movimiento nace La Société des Femmes Artistes Modernes, de la que formaba parte Tamara de Lempicka y que dio otro paso más para hacer más representativa la figura femenina en el mundo del Arte.
La Société des Femmes Artistes Modernes, mujeres artistas en la Vanguardia.
El nacimiento de esta Sociedad viene de la mano de la aparición de los nuevos movimientos vanguardistas que tuvieron sus primeras manifestaciones en Francia de la mano de Picasso , Braque y Juan Gris, a principios del siglo XX.
Las mujeres también defendieron su forma de entender las Vanguardias y buscaron el reconocimiento del gran público. Las integrantes de la FAM llevaron a cabo exposiciones anuales en diferentes lugares de París, como los Invalides, donde fueron elogiadas por la crítica por la calidad de sus trabajos.
Durante los siete años que existió la Sociedad, dieron a conocer los trabajos de artistas nacionales y de otros países entre las que podemos nombrar a Marie Blanchard, Tamara de Lempicka, Jeanne Bergson, Anna Bass, Olga de Boznanska o Jeanne Bardey.
La Sociedad no sólo se centraba en la pintura, también daba cabida a escultoras. Es el caso de Jeanne Bardey, última alumna de Rodin.
Es importante mencionar que la Sociedad fue apoyada por hombres de letras o especialistas en el mundo del arte que fueron nombrados miembros de honor, algunos de ellos serían: Pierre Darras, director de Bellas Artes de la ciudad de París o Paul Jamot, conservador del Museo del Louvre.
Formada por noveles o profesionales ya reconocidas, fue un trampolín para dar a conocer la obra de estas artistas. Estas formaciones artísticas estuvieron favorecidas por el ambiente cultural que vivía Paría a principios del siglo XX; numerosas revistas como La Chronique des arts et de la curiosité o publicaciones exclusivamente femeninas, son testimonio del ambiente artístico de la época.
La mayoría de ellas expusieron en el Salón de los Independientes de París, donde, por primera vez, se dio a conocer la obra cubista.
La falta de información sobre la mujer en el arte es alarmante, encontrar referencias de estas asociaciones casi imposible. Para los interesados en ampliar información sobre este tema en el libro de Marie-Jo Bonnet » Les Femmes Artistes dans les avant-gardes» encontraréis la importancia que en el Arte tuvieron estas pioneras.
Imágenes: gallica, fauveparis, lespetitsmaîtres, pinterest, fundaciónbotín, christie’s, blowinartinfo, BNF
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