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Los museos Tate forman la vanguardia del arte británico y mundial. Son el Tate Modern (Museo Nacional Británico de Arte Moderno), ubicado en Londres junto al Tate Britain; el Tate Liverpool y el Tate St Ives. A continuación, repasamos la historia y filosofía de algunos de los lugares emblemáticos de Gran Bretaña desde el punto de vista turístico y clave para el arte contemporáneo en general.
Historia
En 1889, el rico empresario Henry Tate entregó su colección de arte británico al país. La idea inicial era colocarla en el National Gallery, emblemático museo de la plaza de Trafalgar Square de Londres pero, debido a la falta de espacio, se creó un nuevo emplazamiento enfocado al arte de producción nacional. Se expondría en él tanto la colección de Tate como la obra de artistas británicos.
El lugar escogido fue el edificio dejado por la antigua cárcel de Millbank, derrumbada unos años antes. El arquitecto Sidney Smith diseñó la nueva galería, que a día de hoy es el edificio central del museo. Con los años, éste lugar recibirá siete remodelaciones para ampliar su capacidad. De hecho, a los 15 años de existencia ya doblaba su tamaño inicial.
En 1897, abrió sus puertas al público con una exposición de 245 obras en 8 salas distintas bajo la supervisión del National Gallery. Algo así como una parte más de este museo. El dibujo de abajo nos da una idea de cómo era la prisión de Millbank antes de convertirse en lo que es hoy día.
En el 1917 cambia la labor de la galería. Ahora debe albergar la colección de arte británico desde el año 1500 hasta el momento actual y, aparte, arte moderno internacional contemporáneo. Esto requirió más reformas, encargadas al arquitecto Romaine-Walker, que ya había diseñado las ampliaciones de los 15 años anteriores. Las nuevas galerías abrieron en 1926, y un año más tarde se expusieron en el restaurante del museo los murales de Rex Whistler que siguen allí actualmente y son una de las atracciones más reconocidas del museo.
El Tate Gallery
En el año 1932 adopta el nombre de Tate Gallery oficialmente, y como se le conoce ahora de forma popular. Unos años más tarde se fundó en el museo la primera galería de Inglaterra dedicada íntegramente a la escultura. Cabe destacar que en esta época se instaló luz eléctrica, lo que permitió, entre otras cosas, que estuviera abierto al público más tiempo.
Llegado 1955, el Tate Gallery se independiza completamente del National Gallery y se celebra con una gran ampliación del edificio principal que acaba por completarse en 1979. Ese año, vuelve a ser ampliado aún más al hacer uso de los restos de un hospital militar desocupado adyacente. Abrió en 1987 y, como dato, al año siguiente ganó el premio del Real Instituto Birtánico de Arquitectos.
El Tate Liverpool
Es en este momento cuando se crean los nuevos Tate. El primero de ellos fue el de Liverpool. En 1980, Alan Bowness, director del museo por aquel entonces, pensó en un proyecto llamado “Tate of the North”, una galería orientada de otra forma. Estaría centrada en el arte moderno pero su misión sería más la de educar y animar a los jóvenes a entrar en dicho mundo.
El lugar escogido fue Albert Dock, una serie de muelles de Liverpool que habían sido muy importantes unos años antes, ya que era donde llegaban los barcos desde Asia con seda o té. El edificio estaba ya en una remodelación dirigida por el Museo Marítimo para transformar el lugar y adaptarlo a los tiempos actuales con restaurantes y bares, ensalzando así el atractivo para los vecinos.
El encargado de diseñar esta nueva galería fue James Stirling, que lo hizo fiel a su estilo, dejando la pared exterior de ladrillo desnudo y respetando al máximo la fachada del viejo muelle. El cambio vino en el interior, con un estilo sencillo ideado para albergar varias galerías. Finalmente, el Tate Liverpool abrió sus puertas en 1988.
Hace poco, en 2008, fue el momento álgido del museo, cuando Liverpool fue nombrada Capital Europea de la Cultura y la galería celebró el Premio Turner. Históricamente, esta ceremonia era en Londres, siendo la primera vez que salía de allí. El resultado ha sido más de 600.000 visitas al año que lo sitúan como uno de los museos más importantes de arte moderno a nivel internacional.
El Tate St Ives
El caso de St Ives es distinto. Más o menos cuando se fraguaba el nuevo Tate Liverpool al norte, se hacía lo propio en esta ciudad costera del sur. En 1980, el Tate Gallery había adquirido el “Barbara Hepworth Museum and Sculpture Garden”. Poco más tarde la dirección general del museo consideró oportuno añadir allí una nueva galería dedicada a los artistas que vivieron o trabajaron en St Ives, al igual que hico Barbara Hepworth. Así es como surge la idea de hacer una galería en una ciudad relativamente desconocida.
Resulta que el lugar ha sido un nido de artistas desde la época victoriana. Sabiendo esto es mucho más comprensible la decisión del Tate Gallery. Eldred Evans y David Shalev fueron los encargados de diseñar este nuevo edificio, usando la estructura de una vieja refinería de gas situada en la costa.
En 1991 comenzó a construirse y en 1993 abrió sus puertas, con 120.000 visitas en 6 meses, mucho más de lo esperado por la organización. Desde entonces, los números se han mantenido constantes, con una media de 240.000 visitas al año. Actualmente, se planea una remodelación del espacio que permitirá mejores áreas de exhibición y todo tipo de actividades que se realizan allí.
El Tate Modern
Mientras tanto, en Londres, en 1992, la dirección del Tate decidió crear una nueva galería en la ciudad aparte de la ya existente, el Tate Modern. El lugar elegido fue la antigua estación eléctrica de Bankside. Dicho lugar fue construido en 1947 y destacaba por su espectacular interior, con turbinas y una gran chimenea central.
Los arquitectos encargados de diseñar el nuevo Tate decidieron conservar los rasgos tan característicos del edificio, que por otra parte dejó de ser usado en los 80 con la construcción de la central de London Electricity. En 1996, los profesionales encargados del proyecto, Herzog y De Meuron, entregaron los planos y comenzó el rediseño del lugar.
El Tate Modern abrió sus puertas en el año 2000, y desde entonces más de 40 millones de personas lo han visitado, convirtiéndolo en una de las mayores atracciones turísticas de Londres. A día de hoy se ha vuelto a encargar a los mismos arquitectos una ampliación de las instalaciones que promete ser realmente espectacular.
Una historia que demuestra la expansión del arte de la mano de los museos Tate.