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La mezcla de estilos y épocas está muy presente en la decoración actual. Para muchos, conjuntar modernidad y tradición es todo un arte. Este apartamento del siglo XVIII situado en Estocolmo (Suecia) tiene un encanto especial.
Sus dos chimeneas y su balcón de orientación sur le dan un aire hogareño y acogedor. Además, el suelo de pino pintado de blanco le otorga una sensación de amplitud, luminosidad y serenidad perfecto para aquellas personas a las que les encante hacer de su casa un lugar de retiro y relax.
La alfombra y los cojines de colores dan un toque de color que ameniza el espacio dando equilibrio. Los elementos de decoración de madera y mimbre reflejan la parte más tradicional en este apartamento nórdico.
También la modernidad tiene su cabida en este espacio que apela al estilo tradicional chic. Cuadros modernos, lámparas minimalistas, sillas y mesas contemporáneas se entremezclan a la perfección con cuadros antiguos, sillas de madera, sofás de antaño y cajas tradicionales. Toda una exquisitez urbana de estilo neorrústico.