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Si ayer os hablábamos de la decoración con motivos otoñales, e incluíamos la importancia de los arreglos florales, teniendo en cuenta el cambio de estación, qué mejor forma de abrazar el fin de semana que desgranando una técnica decorativa japonesa perfecta para nuestro hogar. Se trata del uso de Kokedamas, un original DIY que podemos aplicar en terrazas o rincones de la casa.
Para aquellos que aún no conocen esta tendencia, los Kokedamas son bolas de musgo donde crecen plantas ornamentales sin necesidad de maceta. Una inicitiva nipona que se basa en un bonsái conocido como «neagari» (raíz desnuda) o secundariamente como «bonsái de los pobres». Sin recipientes de por medio, podemos disfrutar de las plantas de una manera totalmente diferente a la que estamos acostumbrados.
Ahora que el frío empieza a arreciar, los planes a cubierto se convierten en la mejor alternativa. Así, un sábado lluvioso puede traducirse en un sábado de Kokedamas. Elaborarlos es muy sencillo, sólo hay que seguir algunos pasos:
1. En primer lugar, hay que armar una bola mezclando sustrato especial para bonsái, arcilla y turba. Se ha de crear una bola lo más redonda posible y, aunque el tamaño depende de cada uno, lo más recomendable es adecuarlo al sitio donde se pondrá.
2. Tras escoger la planta a integrar, hay que lavar sus raíces. Posteriormente, aprovechando que la bola conserva su húmedad, debemos meterlas abriendo un hueco. Lo ideal es que queden los más centradas posible.
3. Ahora tocaría cubrir la bola con musgo y, tras ello, rodearla con cuerda o hilo para sujetarlo. Un paso que nos permitirá también colgar este adorno si lo queremos situar en la pared o en el techo.
4. Por último, finalizamos sumergiendo la bola en agua templada hasta que deje de expulsar burbujas. Cuando esto suceda, simplemente hay que sacarla y permitir que escurra bien.
Un escritorio o salón coronado por un pequeño Kokedama se convierte en un espacio personalizado. Pero, para los más atrevidos, el último grito es la articulación de jardines flotantes a base de estos pequeños accesorios naturales. Sólo hay que ver el trabajo de firmas como String Gardens, con Fedor van der Falk al frente.
Haciendo uso de los bonsáis neagari y los Kokedamas son capaces de crear preciosos jardines en el aire. El resultado: estancias frescas y fluídas que rentabilizan los espacios interiores construídos en vertical. Una simbiosis entre la naturaleza y la huella humana.
Nos apasiona esta técnica importada de jardinería y decoración ¿Y a vosotros? ¿Os animáis a un sábado de Kokedamas?