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Roy Fox Lichtenstein nace en Nueva York en 1923, y se considera uno de los pintores más influyentes de la tendencia Pop Art (estilo del que hemos hablado en otras ocasiones) artista gráfico y escultor fue más conocido por las interpretaciones de cómic que hizo a gran escala. Fue una parte fundamental en el movimiento pop, junto con Andy Warhol o Jasper Johns con un arte «rápido, accesible y anti- elitista»
Este autor fue, sin duda alguna, uno de los máximos exponentes del Pop Art americano, sus obras representan temas como la sociedad de consumo, la vida diaria y la cultura de masas, temas que extraía directamente de fuentes como la publicidad, las revistas de moda, e incluso los cómic. Su linea estética se basó en composiciones y apariencias sencillas, pintadas con colores primarios, en su mayoría. Asentó su trabajo en una crítica social muy dura hacia el mundo contemporáneo.
En su primera etapa seguía un estilo expresionista abstracto, hasta que sobre 1958 empieza a experimentar con imágenes de los cómics, libremente interpretadas, y mezcladas con cuadros del Viejo Oeste del artista estadounidense Frederic Remington. Desde 1961 se dedica en exclusiva a producir arte mediante imágenes comerciales de producción masiva.
Sus cómic, como Good Morning, Darling eran una ampliación de los dibujos a mano que realizaba, con la técnica de puntos (consistía en una técnica que imitaba los puntos benday, un proceso impresión industrial usado en viñetas que, desde pequeños círculos coloreados, representaba variaciones cromáticas) y el uso de colores primarios y tonos brillantes también en su impresión.
Whaam! es su obra más famosa, nace como una adaptación de DC Comics «All-American Men of War» donde la narrativa de guerra queda totalmente explicita.
En sus últimas obras, en las que cobran especial relevancia los personajes populares de la novela rosa, los paisajes estilizados y las copias de postales de templos clásicos, empezamos a notar la influencias de artistas como Matisse y Picasso.
En 1962 tiene lugar su primera exposición en la galería Leo Castelli, se recibió con cautela, pues era un público que no estaba acostumbrado a ver su mundo cotidiano reducido a temas artísticos. Hasta 1980 su pintura se fue haciendo más compleja y casi al final de su vida comenzó a experimentar con la escultura.
Durante sus últimos años este autor tomó mayor presencia social y estima en los museos de medio mundo, de hecho en España tenemos dos de sus obras, Mujer bañándose en el Museo Thyssen-Bornemisza y la escultura que preside el patio interior del Reina Sofía. En el año 93, el Guggenheim Museum de Nueva York realizó una retrospectiva, que viajó por muchos países.