No todas las personas están familiarizadas con el uso de un humidificador dentro de su hogar, pero debes saber que se trata de un aparato que te puede ayudar a aliviar la congestión nasal de forma efectiva y alcanzar la expectoración esencial de tus pulmones.

Este post está dedicado especialmente a brindarte toda la información que necesitas sobre los humidificadores, incluyendo su uso y los tipos que puedes encontrar dentro del mercado.

Básicamente se trata de un dispositivo sencillo, cuyo sistema está diseñado para que añadas agua, la cual se evaporará progresivamente para formar parte del aire en el ambiente donde lo ubiques. De esta manera se incrementa la humedad en cualquier habitación, lo que es indispensable para la salud.

Muchas personas no lo saben, pero la falta de humedad ambiental conlleva a que puedas sufrir irritación en nariz y garganta, ojos llorosos, problemas de asma e incluso permitir la proliferación de baterías en el aire.

Resulta evidente entonces la necesidad de que conozcas cómo usar un humidificador correctamente, cuáles son los tipos que se encuentran a tu alcance y los beneficios que puede aportar este aparato en tu hogar, oficina o cualquier otra estancia.

¿Para qué sirve un humidificador?

Es necesario que mantengas los niveles adecuados de temperatura y humedad en casa, especialmente si tienes niños, para evitar que los cambios climáticos les afecten y desarrollen problemas respiratorios o adquieran resfriados a causa de la acumulación de polen en el ambiente.

Si aumentas la humedad mediante la utilización de un humidificador, mantendrás una atmósfera interior adecuada para ellos; evitando que corran riesgos innecesarios de exposición a los microorganismos que generalmente se encuentran presentes en el aire y causan las infecciones respiratorias.

En este mismo orden de ideas, si en tu hogar el ambiente es seco, es posible que sufras irritaciones en la piel, garganta u ojos; una afección que puedes evitar si mantienes un adecuado nivel de humedad. Se considera óptimo un 40 a 60% de humedad, si deseas contar con el ambiente ideal para tu familia.

¿Qué tipos de humidificadores puedes emplear?

Es posible que hayas escuchado hablar de vaporizadores, lo que en principio tiene la misma función de un humidificador; pero la diferencia principal es que el vaporizador emplea calor y emana vapor caliente, mientras que el humidificador funciona en frío y emana vapor a temperatura ambiente.

Para ofrecerte una mejor idea sobre este tipo de aparatos humidificadores y cuáles debes buscar, te será de mucha utilidad la siguiente clasificación.

Humidificadores con vapor frío

Este tipo de aparatos trabajan con un sistema de ultrasonido, capaz de generar la evaporación del agua contenida en su recipiente; lo que te permite evitar peligros de exposición al calor. No generan ningún ruido y son ideales para emplearlos durante el verano, ya que no aumentarán la temperatura de tu casa.

Generan humidificación con un vapor fino que es fácil de respirar, pero en todo caso lo mejor es agregarles agua destilada para evitar la presencia de microorganismos en ella, ya que en este tipo de aparatos el agua no hierve.

Humidificadores con vapor caliente o vaporizadores

Colocas el agua directamente del grifo y trabajan en base a una evaporación mediante el suministro de calor; suelen ser mucho más económicos que los ultrasónicos, pero corren el riesgo de calentarse y elevar la temperatura del ambiente.

No obstante, en la actualidad existe una amplia variedad de este tipo de dispositivos con sistemas de auto apagado, funciones especiales para graduar la intensidad de vapor y luces para ofrecerte adicionalmente un elemento decorativo dentro de tu hogar.

¿Cómo se usan los humidificadores?

Estos son aparatos sumamente sencillos, solo requieren que agregues agua y los conectes a una fuente de energía eléctrica; algunos son ideales para agregar gotas de aceite aromático y con ello tu ambiente no solo estará húmedo, sino también provisto de un aroma relajante.

A continuación presentamos algunos aspectos importantes que debes vigilar sobre su funcionamiento, para garantizar una larga vida útil:

  • Limpiarlo cada cierto tiempo para evitar la acumulación de microorganismos; procura no agregar detergentes que puedan dañarlo y cambia el agua cada día.
  • Emplea el humidificador cuando sientas que ha disminuido la humedad ambiental, para evitar los problemas respiratorios.
  • Ubícalo fuera del alcance de los niños, especialmente los de vapor caliente.

Ya ves lo fácil que resulta contar con la humedad indispensable dentro de tu hogar y proporcionar aire puro para toda la familia, libre de microorganismos que ocasionen congestiones respiratorias ¡Empieza a respirar saludablemente!