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La mundialmente conocida escuela de diseño y arquitectura, la Bauhaus contó con mujeres entre sus filas, aunque de ellas se ha hablado poco. Se matricularon esperando que la idea de libertad que la escuela promovía fuese cierta. Y fue así relativamente, viendo que se apuntaban muchas chicas, el primer año casi igualan al número de chicos, los directores y profesores de la Bauhaus se asustaron creyendo que se podría crear una idea de escuela femenina de arte, por lo que no se lo pusieron fácil.
Pese a todo, las mujeres siguieron estando presentes, aunque muchas no se han conocido hasta hace relativamente poco porque se consideraba que eran simples colaboradoras de lo creado por hombres o directamente desaparecieron de la historia.
Bauhaus. La escuela del arte, del diseño y la arquitectura del siglo XX
La Bauhaus ha creado un imaginario al cual nos seguimos refiriendo cuando pensamos en diseño y en arquitectura. Fue una escuela que durante su corta vida y sus diferentes cambios de localización fue capaz de formar a jóvenes en las diversas modalidades del arte.
Y aunque no fue la primera ni la única escuela de diseño, ni la primera escuela superior mixta, fue muy reconocida por los profesores que impartieron sus clases en ella: Mies van der Rohe, Walter Gropius, Lyonel Feininger, Johannes Itten, Paul Klee, Vassily Kandinsky y Oskar Schlemmer, entre otros.
Las clases se dividían en talleres que estaban guiados por dos profesores, uno que enseñaba lo práctico y otro que se enfocaba en lo teórico. Se creía que los talleres relacionados con la metalistería y la carpintería no eran para mujeres por lo que a ellas se les tenían destinados los talleres de textil y cerámica.
A pesar de que la historia nos ha ocultado nombres, algunos posiblemente sepultados para siempre tras el nombre de un hombre, hay un determinado número que no tiene nada que envidiar a lo que han realizado los hombres, ellas destacaban por su propia inteligencia y trabajo duro.
Marianne Brandt fue la primera mujer en ser aceptada en el taller de metales, en un inicio, le mandaron realizar tareas repetitivas y aburridas con el único fin de que desistiese en su empeño, no fue así, tuvieron que aceptar que estaban ante una mujer que posteriormente, cuando se fue Lászlò Moholy-Nagy, acabaría dirigiendo el taller. Ella es la creadora de obras tan importantes como la tetera MT49 y Kandem 702e, una lámpara de escritorio. Y no se quedó solo ahí, fue una artista polifacética, hizo pintura, fotografía y fotomontajes.
Gunta Stölz fue alumna y profesora del taller de tejidos. Con ella de directora el taller de tejidos se convirtió en el más fructífero de todos, se estudiaban tejidos que pudiesen abaratar costes al mismo tiempo que se innovaba en los diseños. Es el taller que más ingresos generaba a la Bauhaus.
Alma Siedhoff-Buscher entró al taller de mobiliario, siendo la única mujer en todo el taller, porque su médico le aconsejo no usar telares, diseñó diferentes muebles, pero por lo que es más conocida es por su juego de madera de figuras geométricas. El Kleine Schiffbauspiel es comercializado actualmente por Naef Spiele Suiza.
Lilly Reich estuvo trabajando en el estudio de arquitectura de Josef Hoffmann, allí creo diversas sillas. Después se creó un estudio de diseño que funcionó muy bien. También trabajó junto a Mies Van der Rohe y fue profesora en el taller de tejido. Ella se especializó en el diseño de muebles, buscaba crear muebles económicos para que cualquier bolsillo pudiese utilizarlos.
Anni Albers otra alumna y directora del taller de tejido. Provenía de una familia pudiente y tras su marcha de la escuela se fue a Estados Unidos donde siguió creando. Creo un tejido que aislaba del sonido. También innovó en el uso de materiales como el celofán. Además, fue la diseñadora textil que expuso en el MoMA.
Y hay muchas otras como Grete Stern que a pesar de su corta estadía en la Bauhaus creó un estudio de diseño gráfico; Gertrud Arndt se especializó en fotografía; Lucia Moholy también fue fotógrafa, gracias a ella han quedado muchas fotos de la Bauhaus; Grete Marks que tras estudiar en la Bauhaus creó una empresa de cerámica con su marido donde ella creaba los diseños; u Otti Berger fue asistente en el taller de tejido.