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Cuando estamos en época de exámenes o tenemos mucho trabajo por hacer, lo cual implica pasar muchas horas sentados en nuestro escritorio, siempre buscamos un espacio tranquilo donde sabemos que vamos a aprovechar el tiempo. La sala de estudio es un espacio que debe reflejar el carácter y personalidad de una persona, y además debe de estar organizada y decorada de tal manera que permita al usuario sentirse cómodo y productivo sin dar lugar a distracciones.
Muchas veces damos por hecho que se puede estudiar bien en cualquier sitio, y lo cierto es que no es así. Existen una serie de factores importantes que si no se cumplen nos podemos encontrar a la hora de estudiar con una serie de problemas relacionados con la concentración, la motivación o el estrés. Para ello, es fundamental saber reducir o cambiar aquellos aspectos que nos sobren, y esto no supone en ningún caso que el espacio de estudio tenga que ser aburrido, pues la distribución de la habitación debe adaptarse al estilo de vida y las necesidades de la persona.
A continuación, hablamos de algunos de estos factores importantes que sumarán positivamente al estudio.
Nada como un lugar ordenado y bien organizado
La buena organización y el almacenamiento de material escolar o de oficina suele facilitar al estudio en gran medida. Está más que comprobado que el orden favorece nuestra concentración.
Lo primero que debemos hacer es marcar bien en el espacio nuestra área de estudio y utilizarla sólo con esos fines. Esto hará que dediquemos sólo una parte de la habitación para estudiar y ayudará a mantenernos enfocados durante todo el tiempo que estemos allí.
Después pasamos a organizar el área de la manera que mejor nos funcione. Cuando nos referimos a una zona de estudio no estamos hablando solo de unas cuantas sillas, una mesa y una estantería. ¿Qué tal suenan los gabinetes de pared y estantes para una mejor disposición y orden en la habitación? Pues no sólo servirían como un almacenamiento para libros, sino también para otros artículos de estudio (elementos de papelería adicionales, mochilas, portátiles, folios, entre otras muchas cosas). Por este motivo, tener un buen sistema de almacenamiento con muebles, archivadores y cajones ayuda más de lo que parece.
Si prefieres el estilo minimalista y contar solo con algunos recipientes de almacenamiento para la papelería, puedes hacerlo. O, si te gustan muchas áreas para colocar todo, puedes buscar más lugares de almacenamiento y optar por un sistema de muebles, cajones y archivadores, preferiblemente cerrados con puertas para no tentar a las distracciones. Además, añadir plantas ayudan a relajarse y mantenerse enfocado, y de hecho hay muchas plantas que son resistentes y ayudan a limpiar el aire para que la mente se mantenga aguda. ¡Eso ya depende del gusto de cada uno!
Opta por la funcionalidad
La colocación de muebles innecesarios aumentará la necesidad de limpiarlos constantemente y además dará una sensación de desorden. Las habitaciones sobrecargadas no favorecen a la concentración para estudiar, por eso te recomendamos simplificar todo tanto como sea posible. Hazte con lo básico y lo que realmente necesitas en tu escritorio para tenerlo todo a mano y no perder el tiempo yendo de un lado para otro a buscar material.
No importa si tienes una habitación pequeña, puedes aprovechar cualquier esquina para poner un pequeño escritorio, y además puedes optar por un estilo minimalista, donde el escritorio no suele contar más que con una encimera sin cajones ni compartimentos de almacenamiento debajo y las paredes pueden ser blancas y lisas.
Los colores que representan tu estado de ánimo
Los colores deben ser relajantes al mismo tiempo que estimulantes. Los colores suaves de tonos pasteles como rosas, naranjas, rojos, amarillos, verdes e incluso grises profundos son perfectos para oficinas y estudiar porque son colores estimulantes que se sabe que ayudan a las personas a mantenerse enfocadas y facilitan la capacidad memorística y creativa. Trata de no ir con colores muy brillantes o demasiado oscuros, a menos que eso te funcione.
Ahora bien, no utilices todo del mismo color. Intenta combinar los tonos y verás como consigues una mezcla interesante y atractiva. Puedes empezar por tomar de referencia el color de la pared y hacer que los demás elementos orbiten en torno a ella, incluyendo libros, blocs de notas, papelería y quizás algún poster o cuadro artístico que te guste.
Recuerda que la decoración debe reflejar tu personalidad y que consiga transmitirte motivación para disfrutar mientras estudias o trabajas.
Haz tuyo el espacio
Junto a los colores, la propia esencia se puede conseguir a través de elementos como una alfombra, alguna decoración de pared o simplemente la forma en que decides almacenar y organizar todo. Por ejemplo, si tienes madera de artista y estudias mejor con ayuda de elementos más visuales, ¿por qué no incluir una pizarra en la pared? Nadie te conoce mejor que tú y sabes lo que te funciona.
¿Muebles? Solo si son funcionales y cómodos
Generalmente siempre se recomienda que el escritorio sea ancho y largo, para tener el espacio adecuado para estudiar o trabajar. No obstante esto depende solamente del espacio del que dispongamos y no significa que no podamos hacernos con un escritorio más pequeño. Hay muchas variedades de escritorios más pequeños pero igual de resistentes que dan un amplio espacio para las piernas y, al mismo tiempo, ofrecen un aspecto igual de bueno. Está claro que cuanto más espacio mejor, pero no es para nada determinante.
Además del escritorio, comprar sillas cómodas para sentarse es un requisito indispensable. Te recomendamos comprar una silla ergonómica y asegurarte de que el asiento sea regulable en altura y distancia, tenga un buen respaldo para tu espalda y preferiblemente tenga apoyabrazos. Estas características evitarán daños y lesiones en las lumbares y en la columna vertebral y permitan relajar la postura.
Asegúrate por supuesto de elegir un color, diseño y estilo de silla que combine bien con el estilo del escritorio.
Rincón iluminado
El concepto de iluminación es esencial y juega un papel clave en cualquier habitación, y más aún en una zona de estudio. Si tienes al suerte de poder ubicar tu escritorio cerca de una buena ventana, no dudes en hacerlo, verás cómo le da un aspecto diferente y llenará el ambiente de positividad.
Si de lo contrario tu escritorio tiene un ambiente oscuro y sombrío, las luces artificiales de luz directa le darán un aspecto más intenso. Aún así, debes procurar que la mayor cantidad de luz natural fluya en tus horas de estudio. En este caso puedes jugar y maximizar los efectos de luz instalando espejos y colores de pared más claros.
Si te gusta estudiar durante las horas nocturnas, usa luz cálida de flexo. La luz blanca es ideal si estudias de día, pero cansa mucho la vista en espacios de tiempo prolongado, por lo que para la noche es mejor la luz cálida ya que el ojo se adapta mejor a ella.
Enchufes y conexiones
Actualmente, es prácticamente imposible trabajar o estudiar sin un ordenador a mano. Por eso debemos tener a nuestra disposición todos los enchufes que podamos disponibles y hacer uso de regletas y tapones pasacables para disimular los cables.
Reinventa tu escritorio
Esto más que una característica es una recomendación con el fin de mejorar nuestro hábito de estudio, pues hay casos en los que nos podemos sentir atrapados en una rutina o sin inspiración y sentir que un cambio de escenario nos puede ayudar a revitalizarnos. Todo tiene fácil solución si se dispone de espacio y en este caso nada te impide cambiar fácilmente las cosas de sitio, cambiar la decoración o mover tu escritorio hacia otro rincón que resulte más cómodo para ti.
Fuera los aparatos electrónicos
Como último aspecto, pero no menos importante, más allá de lo decorativo queremos hacer referencia a los aparatos electrónicos. Suena obvio, pero para ayudarte a mantener la concentración, probablemente deberías alejarte del móvil durante tu tiempo de estudio. Es tentador mirarlo cuando estás aburrido/a pero lo único que vamos a conseguir así es perder el tiempo y alargar las horas estudiando. Puedes dejarlo en otra habitación o colocarlo lejos de tu escritorio y, como punto a favor, usar su temporizador durante aproximadamente media hora y así tomar pequeños descansos que ayudarán a desconectar.