El artista nacido en Madrid con herencia española —por parte paterna— y británica —por parte materna— refleja en sus obras su vida, a través de un enfoque único y emotivo, dejándose llevar y siendo hasta él mismo impactado por el resultado que obtiene de sus obras.
En esta última ocasión, Tomás Baleztena impresiona a todos los visitantes del Espacio Valverde, lugar en el que expone parte de sus última obra, inspirada en los jardines más emblemáticos de la capital; como son el Jardín Botánico y El Retiro.
El artista reúne en Arcadia una selección de obras inspiradas en los jardines más emblemáticos de Madrid. La muestra podrá visitarse a partir del 30 de marzo de 2022.
Tomás Baleztena presenta Arcadia en la galería Espacio Valverde (Calle Valverde, 30. Madrid) su última serie de óleos inspirada en El Retiro y el Jardín Botánico. En la obra del pintor se palpa una cierta sensación onírica donde cobra relevancia el estudio de la luz y el agua.
En su pintura, Baleztena presenta una clara apuesta por una obra que dibuja el gesto del paisaje y su aire expresivo. Su uso de la pincelada y el color captura el paisaje de una forma muy singular, interiorizando una atmósfera bohemia y una poderosa decadencia, pero sin dejar de ser elegante.
Pocos artistas actuales se inspiran en este legado del pintor moderno. Una mirada soñadora y melancólica que puede comportar un drama existencial que sigue siendo de gran actualidad.
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Imagen del mundo exenta, de Tomás Baleztena
En cuanto obra de arte, la obra de arte no puede ser interpretada; ….; sólo podemos criticarla según normas, en comparación con otras obras de arte… (T.S.Eliot, El problema de Hamlet).
El arte es al espacio como la literatura al tiempo, o eso dice G.E. Lessing en su famoso libro del Laocoonte sobre ambas disciplinas, aunque las formas de transmitir la emoción no tengan hoy fronteras. ¿Qué nos inquieta de las imágenes que nos presenta esta exposición? Lo ausente; el hombre, la vida.
Giorgos Seferis (Premio Nobel de Literatura 1963) explica que la poesía de Cavafis es como un pedestal sin estatua que se yergue ante nosotros, y cómo esa ausencia, esa carencia, es de hecho su poética más eficaz.
Pedestales que encontramos en los cuadros de Tomás Baleztena, entre visiones bien construidas de lo que llamamos mundo natural. Un mundo que se descubre en el ejercicio con el que el artista nos adentra en su mímesis naturalista de imágenes discordes. Y sobre ellas, un sentimiento de inquietud que arropa toda obra. Inquietud —uncannines, en la raíz inglesa del pintor— que surge de una presencia que se delata en su ausencia; no está el hombre representado en esta naturaleza y, sin embargo, su presencia llena de vacío que Seferis describía como la gran fuerza poética de Cavafis.
Lo que vemos en esta exposición son naturalezas que pudiendo tildar de muertas son, a un tiempo, de una vitalidad exultante sobre las que la visión del espectador reclama imponer una lectura poética. Y como para confirmar esta idea, un cuadro, justamente aquél que presenta un pedestal coronado por la imagen del ángel caído, extendiendo en la noche sus alas al cielo, muestra un símbolo en el que quisiéramos reconocer al hombre.
Ahora que recuperamos la conciencia del Armagedón nuclear, imágenes de un mundo intacto, sin rastro de humanos, barridos en la tierra por la bomba de neutrones, vienen a recordarnos la primera gran novela de ciencia ficción, La Nube Púrpura, de M. P. Shiel (donde púrpura es también el cielo de otra imagen de los cuadros). Soledad hermana carente de justicia que hace posibles obras estéticas, en que una sola mirada, la del autor, persiste y persevera en el mundo abandonado.
Y para dar un respiro, bocanadas de luz y de color se repiten en múltiples imágenes de vegetación, de agua y de vida, contraponiendo el mundo del día, configurado a base de lo concreto y detallista, con el de la noche, su correlato inverso más fiel. Porque mientras en este lo focalizado nos elude y el ensoñamiento de la luz nos absorbe, en el día aislamos lo cercano y tratamos de librarlo de la luz que lo aplasta, que lo ahoga en color y extenúa en agua.
¿Cuál puede ser la razón de ese contraste que exhibe una suerte de esquizofrenia inesperada sino palpar el paso del tiempo? ¿Y adónde nos lleva, como en la sentencia de San Agustín, sino al pasado? Hay mucha nostalgia de una Arcadia feliz en estos cuadros, perseguida en guiños al canon bien conocido de otro siglo ya vencido. Nadando en ella, el espectador queda apresado en medio de una sala que podría cotizar como salón de espejos o gabinete de curiosidades. Atrapado entre la concitación de ese pasado luminoso y la oscuridad de un futuro inquietante; obligado a alimentarse de un presente de verdades inciertas.
Burlada suspensión de su presencia
Que lleva de la claridad a la inquietud de su existir
Aunque sean fuentes de luz, aunque se vea
La vital exuberancia del reino vegetal.
¿Por qué un color vivaz nos llega como fuerza
Y la oscura oquedad nos elude y nos apaga?
El hombre siempre está ahí; unas veces ahogado
Por su pasado y otras, expectante, queriendo sufrir.
Sobre Tomás Baleztena
Tomás Baleztena (Madrid, 21/11/75) es un artista plástico con ascendencia británica. Reúne una formación en Bellas Artes entre la Universidad de Middlesex en Londres y la Universidad Complutense de Madrid. Su temprano reconocimiento llegó en el 2002 como artista seleccionado en el prestigioso Premio de Dibujo Penagos de la Fundación Mapfre, y el Premio Retrato BP de Londres.
En 2000 a 2004 es profesor de Bellas Artes y Análisis de formas en la Academia IB67 de Arquitectura de Madrid. En el 2006 Premio Mantero en Italia, y en el 2007 es seleccionado para el segundo Premio Nacional de la Fundación María José Jové de La Coruña y seleccionado para la XXII edición del premio BMW de Pintura.
Su obra ha llegado a ser expuesta en la National Portrait Gallery de Londres y la National Gallery de Aberdeen, además de otras instituciones culturales de todo el mundo. Su formación internacional dota a su pintura de un carácter sofisticado.
Sobre Galería Espacio Valverde
Espacio Valverde fue fundado por Asela Pérez & Jacobo Fitz-James Stuart como una plataforma para desarrollar un acercamiento muy personal al arte contemporáneo y sus conexiones con la literatura, la filosofía, la arquitectura y la vida cotidiana. Paralelamente al programa expositivo, la galería organiza una serie periódica de encuentros, conversaciones y actividades con el objetivo de ampliar los caminos entre el arte contemporáneo y otros marcos de pensamiento.
Tras desarrollar una fuerte implicación con una generación de artistas españoles, la galería se volcó en su internacionalización e institucionalización, al mismo tiempo que enriquecía su programación con una selección de artistas internacionales. Para que esto sea posible Espacio Valverde trabaja en colaboración con diversos agentes, Museos, Críticos de Arte, Galerías, etc., al mismo tiempo que humedece sus raíces en otras formas de pensamiento.
