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La historia de Hank Butitta es de esas historias que te animan a ver la vida con otros ojos. Tras acabar sus estudios en Arquitectura en la Universidad de Minnesota, decidió lanzarse a la carretera y adoptar un estilo de vida nómada repleto de aventuras que contar y mostrar de acuerdo a su proyecto universitario.
¿Su gran idea? La de reutilizar un autobús escolar estadounidense convirtiéndolo en una casa móvil rodante con un diseño práctico y funcional. Una creación original que vino acompañada de una plataforma donde mostrar al público las imágenes y videos de esta iniciativa. Iniciativa con una gran acogida.
Renunciaba así a la búsqueda tradicional de trabajo de postgrado, arriesgándose a iniciar un Proyecto de Fin de Máster como negocio propio. Cansado de planear edificios imaginarios para clientes imaginarios, Hank decidió que quería trabajar a escala real con sus propias manos y tuvo la suerte de contar con un instructor, Adam Marcus, que en todo momento le animó a ponerlo en marcha. Aunque los gastos de la compra y remodelación del autobús ascendieron a unos 9.000 dólares, sigue siendo una solución de vivienda más asequible que las actuales.
Lo que Hank quería mostrar con este proyecto en su examen final eran las grandes posibilidades y el potencial que podían tener vehículos existentes, necesitando únicamente de un diseño interior adecuado. Pero también buscaba realizar una reivindicación educativa: la necesidad de la práctica a gran escala en la educación arquitectónica. A veces, es más importante una construcción real pequeña, como la de su autobús, que un complejo proyecto teórico que luego no se sabe llevar a cabo.
El autobús quedó acabado, con el apoyo de su hermano Vince entre otras personas, y se inició un viaje que permitiera escribir su historia y comprobar el funcionamiento del vehículo. Viaje que Hank compartió con su amigo Justin Evidon, un fotógrafo y camarógrafo freelance encargado de las fotografías realizadas a lo largo del viaje y del desarrollo del sitio web dedicado al trabajo de Hank Butitta. Aquí os dejamos una foto del culpable de esta gran idea.
Con este tipo de propuestas se reformulan los códigos de construcción a elevado coste. Se ofrece la oportunidad de reducir el coste de entrada y los costes diarios al trasladar la vivienda a una casa móvil rodante. Un espacio más pequeño pero que bien acondicionado ofrece inmensas ventajas en términos de presupuesto y sostenibilidad.