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Igual que con las personas, hay sitios con los que tienes química, que irradian belleza. Es el caso de este loft industrial ubicado en la ciudad de las lluvias, las bicicletas y las viviendas de colores. Como bien habéis deducido, se trata de Ámsterdam, donde lo que era un antiguo garaje se ha transformado en este personal apartamento.
Un proyecto que viene de la mano de Bricks Amsterdam, firma especializada en el diseño con James Van Der Velden al frente, antiguo ayudante del famosos diseñador Kelly Hoppen. Esta empresa toma como base la mezcla perfecta entre la educación artística y el amor por el diseño, siempre tras un enfoque contemporáneo y ecléctico.
Sin duda, el salón es la estancia que más juego da. Con una estética industrial vintage podemos encontrar accesorios decorativos únicos, tales como el sofá de cuero envejecido, las alfombras grabadas, las cajas de fruta reutilizadas o un reloj que cuelga del techo como si nos hubiéramos trasladado a una antigua estación de tren.
Se cumplen algunas de las tendencias de las que ya hablábamos con anterioridad, como es la decoración con collage de objetos e imágenes o el uso de maletas antiguas. Se aprecia el gusto por el arte alternativo y por los accesorios con historia, aquellos que parecen haber pasado por más de una vida.
Se aplica el concepto americano de espacio abierto, conectando el salón con la cocina sin ningún tipo de tabique o separación de por medio. Esta técnica permite aprovechar cada metro cuadrado de la vivienda al tiempo que da una mayor sensación de amplitud. El remate final lo pone la vidriera central del techo, que ayuda a captar toda la luz del día.
Sólo en ambos extremos de la casa, encontramos dos cristaleras. Una de ellas, sirve como puerta de acceso al garaje y la otra atesora un pequeño invernadero que da paso al dormitorio principal.
Las habitaciones se convierten en verdaderas máquinas del tiempo, donde es fácil encontrar pequeños tesoros. Echando un vistazo por las estanterías, localizamos una extensa colección de cámaras antiguas, figuras de todo tipo e incluso una moto.
Ante todo, no falta la capacidad para sorprender a los invitados. Un excelente trabajo redecorando lo que antes no era más que un garaje.
Cabe decir que nos encanta, ¿y a vosotros?