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Hace algún tiempo os hablamos de la calle Séneca o como ya ha sido bautizada el Soho de Gracia, un espacio en el que conviven grandes tiendas de piezas vintage con autores y artistas contemporáneos. Pero hoy queremos que conozcáis una de sus tiendas que se encarga de re-ediciones de los años 50, entre obras de arte y antigüedades suecas, hablamos de Casablanca.
Como ya adelantábamos en esta calle se dan los mejores espacios para encontrar cualquier tipo de decoración vintage, pero hoy centraremos toda nuestra atención en Casablanca, el proyecto nace de tres mentes Natàlia Dualde, Meriam Zejli y Miquel Alzueta, un espacio dedicado a rescatar los clásicos del diseño de mediados del siglo pasado, antigüedades escandinavas con un toque contemporáneo.
Todos sus muebles tienen un marcado punto de referencia en el estilo Shabby Chic, que tanto nos gusta y tan de moda está. Se trata de traer a nuestra época lo mejor de otras, rescatar piezas únicas y convertirlas en elementos indispensables. Este es un estilo en el que la madera vieja y astillada juega un papel crucial, en el que los tonos pastel y los estampados de flores hacen las delicias de cualquier decorador. Así como cualquier elemento decorativo que antaño pudiera ser chic, se convierta, por su propia vejez, en un elemento elegante y clásico, ideal para disponerlo en cualquier espacio. Con un aire francés de lo más campestre a llegado a Barcelona para inundarlo todo con el estilo Shabby Chic
Ofrece ademas, primeras ediciones de muebles de diseñadores suecos y holandeses de los años 50, piezas restauradas de ornamentación o lámparas de los años 20 y 30. Casablanca dedica parte de su trabajo a piezas y artistas de ahora, y es que tiene en ella cabida infinidad de elementos decorativos y de diseño más actuales: muebles de diseño de Friso Kramer o butacas de Arne Jacobsen. Encontrarnos también con la silla bikini de Eames o la butaca pastilla del finlandés Eero Aarnio.
Se trata de un espacio en el que despertar los sentidos y dejarse llevar por una atmósfera única que puede trasladarse a cualquier hogar, llevándote pequeños elementos que forman ese encanto y es que solo visitar la tienda se convierte en un espectáculo que no deberíais perderos.
Como si de un museo se tratase, las piezas que conforman todo su catálogo han sido escogidas con mimo y criterio, y aunque con un estilo vintage, encajan a la perfección en el mundo moderno. Si visitáis la tienda debéis tener en cuenta la especial cabida que tienen los artistas contemporáneos, que nos sorprenden con obras originales y exclusivas.