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Eugeni Quitllet comienza a estudiar diseño en su Ibiza natal, para terminar su carrera estudiantil en la escuela de arte de La Llotja en Barcelona. Durante varios años colaboró con varios despachos de arquitectura y fundaciones en la misma Barcelona. En 2001, tras varias participaciones en reputadas exposiciones y ferias de diseño conoció al diseñador Philippe Starck con el que empezó una relación profesional que llevaría a los dos diseñadores a la cumbre de sus carreras.
En una entrevista concedida a la revista magazinedigital el diseñador aseguró que consiguió trabajar con Starck gracias a una postura muy obstinada: «Le visité en Formentera, una pequeña isla situada al sur de Ibiza, donde pasaba vacaciones. No lo conocía. Fui a tocar a su puerta con mi carpeta bajo el brazo, deseoso de presentarle mis proyectos. Le había preparado un dosier que era un cenicero dentro de una lata y un currículum con forma de etiqueta».
Quitllet ha desarrollado la mayor parte de su carrera en París, ciudad que ha sido parte de su inspiración durante su trayectoria, trabajando para la firma Starck, de hecho al poco tiempo de comenzar en su equipo, el estudio de Starck produce para Fossil su reloj O-ring. Junto a Starck diseñaron las célebres sillas Lou Reed y Masters, además de los sillones Magic Hol.
En septiembre de 2011, justo el mismo día en el que cumplía 10 años en el estudio de Starck el diseñador catalán decide comenzar su andadura en solitario. Con su estudio propio ubicado en Barcelona ese mismo año Quitllet revela diseños con figuras ocultas, esqueletos de objetos ultraplásticos, productos en los que juega con la elegancia del vacío, y en ocasiones con el humor.
El diseñador catalán se ha especializado en el diseño industrial monobloque en plástico es decir; una sola superficie que sale del molde sin ensamblar. Sus sillas son especialmente conocidas, gracias a que domina el arte de reinventar las piezas de la vida cotidiana. Aunque realiza todo tipo de proyectos de interiorismo, todos basadas en una estética audaz, elegante y personal.
El plástico se ha convertido en su seña de identidad, en sus manos llega a alcanzar la textura de la porcelana.
Fue premiado con el Red Dot Award, uno de los premios más importantes del mundo del interiorismo, sus vajillas y cuberterías para Air France le han cosechado un sin fin de elogios.
Ha estado en el Salón Internacional de Mueble de Milán con las firmas Kartell, Alias, Christoffle y Vondom. Trabajos como su silla Elle fue escogida por Zara Hadid para el restaurante londinense Magazine y ha inaugurado La Fromagerie, de La Jeune Rue, uno de los grandes proyectos del año pasado.
Este 2015 ha presentado en la Feria Maison & Objet una colección de herramientas de sueño compuesto por Peter Pen, la estación de líquido, Roll Aire y Dream Time.
Quitllet se considera a sí mismo un disoñador industrial, una expresión que el mismo concibió y que intenta reflejar algo de ese niño que tiene dentro, él mismo explica el concepto de la siguiente manera: «El diseño tiene que alcanzar otra dimensión porque ya hemos cubierto todas las necesidades básicas. No hay que darle tanta importancia al objeto en sí, más bien a la idea del objeto. Raramente ponemos en duda lo creado por el hombre, esta actitud no favorece la creatividad».
Si quieres conocer más sobre los proyectos del diseñador Eugeni Quitllet pásate por su web.