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Hace más de 150 años que estas sillas vieron la luz por primera vez. Michael Thonet es el responsable de darles vida, de proporcionarles la forma tan característica que tienen y que tanto gusta.
La trayectoria de Michael Thonet como carpintero empieza a muy temprana edad, ya que era hijo de carpintero y ayudaba en el taller. En 1819 abre su primer taller, pero no es hasta 1836 que consigue su primer éxito con las sillas Boppard.
En 1841, durante la feria de Koblenz donde el carpintero exponía algunas de sus sillas, el canciller von Matternich le invita a pasarse por Viena con la promesa de hacerle más famoso y próspero. Pero poco después Thonet se arruina, teniendo que vender el taller que había creado. Junto a sus hijos, se traslada a Viena donde comienza a trabajar para un fabricante de muebles “baratos”, sin embargo con él aprende a producir muebles industrialmente.
Junto a sus hijos, trabaja en la construcción de muebles para el Palacio de Liechtenstein. A partir de entonces, se establece él solo de nuevo y su fama empieza a crecer a partir de que en un café vienés se utilizara su silla nº 4. Esto hizo que se dispararan los pedidos, y la silla nº 4 fue la primera que realizó en masa.
En 1859 nace su silla más famosa, la nº 14, con madera doblada y asiento redondeado, que le reportará muchos beneficios. La silla se compone de seis piezas de madera curvada al vapor. Su asiento de rejilla está pensado para que si se cae un líquido –cosa que podía ocurrir bastante a menudo en un café- no se quede en el asiento y manche a la persona que se siente más tarde. Se transporta por piezas, lo que hace que se ahorre mucho en transporte y embalaje y que el precio de mercado sea menor, de ahí sale su popularidad.
Estas sillas no pasan de moda y siempre hay alguien que busca reinventarlas. Un ejemplo de ello es Martino Gamper en Postmundus para la Exposición Nifular Unlimited. Añadió más curvas al asiento redondo, añadiéndole un toque moderno y trasgresor.
Sin embargo, no todo es tan rompedor. Otras modificaciones que se han hecho en estas sillas han sido casi imperceptibles, como un apoyo curvo entre las patas o unos apoyabrazos para añadirles comodidad.
Estas sillas son todo un icono decorativo. Actualmente también se customizan con colores vivos o pastel. Incluso podemos hacerlo nosotros mismos. Si estáis interesados en este proceso, en este artículo os mostramos el proceso de restauración de una de estas sillas para arreglarla y, además, darle un toque más moderno.