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En nuestra retrospectiva de maestros de la Bauhaus, hablaremos hoy de Marcel Breuer.
Diseñador de mobiliario y arquitecto autodidacta, perteneciente al Movimiento Moderno, pronto se convirtió en un referente a nivel mundial. Muy vinculado al movimiento artístico holandés de Stijl, al que pertenecía Mondrian, e influenciado por Alvar Aalto, revolucionó el mundo del diseño con el uso de nuevos materiales y enfoques.
Nacido en Pecs, en 1902, inició estudios en la Academia de Bellas Artes de Viena. Pronto la abandonó para solicitar el acceso en la Bauhaus, en la que fue aceptado en 1921 en calidad de aprendiz en el Taller del Mueble.
Creaciones de Marcel Breuer en la Bauhaus
Su primera creación, en colaboración con Gunta Stölz, fue la Silla Africana (1922). La pieza está tallada y pintada a mano.
Recibió su cualificación como Maestro del Taller del Mueble en 1923. Aunque su trayectoria como diseñador industrial es la más conocida, no debemos olvidar que pronto comenzó a coquetear con la arquitectura. En 1924 abandona la Bauhaus hastiado de sus disputas intelectuales y colabora en un estudio de arquitectura en París.
Gropius le vuelve a llamar para que forme parte de la Bauhaus en Weimar y Breuer acepta. Durante esta nueva etapa realiza los grandes diseños por los que más tarde se hizo conocido. Es el caso de la butaca Wassily, homenaje a Kandinsky, también conocida como B3. Un hito en el diseño industrial, realizada en tubos de acero niquelados, con asiento y respaldo de cuero.
Esta silla fue pensada para fabricarse en serie, para ello fundó la empresa Standard Möbel, pero el proceso de fabricación resultó ser demasiado complejo.
A la par que Gropius, abandonó la Bauhaus en 1928. Prosiguió con el diseño de mobiliario, centrándose en esta época en el trabajo con tubos de acero cromados. Nace la silla B32 o Cesca.
Creada en 1928, presenta algunas novedades, su asiento y respaldo, son de paja de Viena entrelazada, dándole un aspecto más rústico. Su nombre es en honor de su hija Cheska y forma parte de la colección permanente del MOMA.
Más tarde crea la B64, una variante de la B32 pero con reposabrazos.
Como curiosidad, mencionar, que Marcel Breuer jamás patentó sus creaciones y en la actualidad el fabricante de estas sillas es Knoll.
En su mobiliario metálico podemos apreciar una ligereza que no pueden conseguir los muebles realizados en madera. Parece que las líneas se acoplan a una determinada posición del cuerpo humano, que sus butacas o sillas se adelantan a su futura utilización debido a su forma y al material utilizado.
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Diseños de Marcel Breuer para Isokon
En 1935, trabajó en una empresa productora de muebles, llamada Isokon (Isometric Unit Construction Company). En un principio, por Isokon se conocía a un edificio de apartamentos, en los que vivieron figuras importantes del arte, es el caso de Gropius o Lazlo-Moholy-Nagy, obra de Wells Coates. Estos apartamentos estaban decorados con muebles de diseño, algunos de ellos hechos por Breuer.
Este trabajo lo encontró gracias Gropius que era asesor de diseño de dicha empresa. Breuer quería seguir trabajando con sus piezas metálicas, pero ante los gustos más tradicionales de los británicos comienza a trabajar con tableros contrachapados.
Estas obras se convierten en hitos del diseño del siglo XX. El material se trabaja de forma tan fluida que dota de movimiento a las piezas. Esta línea de muebles está compuesta por diferentes piezas: chaise longue, butaca, sillas y mesa. En ellos se puede apreciar la influencia de Alvar Aalto.
El material utilizado para la chaise longue es abedul laminado. Respaldo y asiento forman una unidad continua, soportado por una estructura elástica de abedul. El diseño sufrió variaciones a lo largo del tiempo para mejorar la durabilidad de la pieza y su robustez.
Otra pieza que merece una mención especial sería la mesa, pese a la robustez del material, en este caso abedul y nogal, muestra una gran ligereza, no incompatible con la estabilidad.
La empresa Isokon cerró a causa de la Segunda Guerra mundial, pero en 1963 resurgió, volviendo a tener el mismo éxito con sus diseños que en 1930.
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Marcel Breuer, un arquitecto desconocido
Su trayectoria como arquitecto no se puede desvincular de su carrera como diseñador de mobiliario. En su libro «Sun & Shadow. The Philosophye of an Architect» (1956) reflexiona sobre su modo de ver la arquitectura. En su obra habría que diferenciar entre casas y edificios, ya que ambos presentan diferencias.
Para Breuer la arquitectura es una cuestión de equilibrios, y queda reflejado en una de sus más tempranas construcciones en Alemania, concretamente en Wiesbaden. (1932). La escalera juega un papel crucial para que tengamos una visión de simetría.
En su etapa en Londres, en la que trabajó con F.R.S Yorke, realizó viviendas en Sussex, Hampshire o Bristol. En el caso de «Sea Lane House», también se puede apreciar el equilibrio creado a partir de dos contrarios, es decir, la parte rectangular y alargada, opuesta a una parte más cuadrada. Las escaleras y la parte elevada sobre pilastras crean ese efecto de «parecer flotar sobre el terreno» que tienen algunas de sus obras posteriores.
Una vez llega a EE.UU de la mano de Gropius que le invita a ser profesor en La Escuela de Arquitectura de Harvard, comienza su época más prolífica como arquitecto. Establece un estudio en Nueva York, a partir de 1946, que recibe encargos a nivel internacional, ampliado con una sucursal en París.
Breuer utiliza, en el caso de su arquitectura doméstica, una relación entre lo íntimo de la vivienda y el exterior. Busca incorporar la naturaleza a la construcción a través de patios abiertos mediante el uso de vidrio y aperturas, y en contraposición cierra el espacio que corresponde a la intimidad de sus habitantes. Sus construcciones son para vivir, es decir, cumplen la función para la que se proyectan.
Distingue entre dos tipos de construcciones según su forma: casas rectangulares y las binucleares. En las primeras, también conocidas como long plan, nos encontramos ante un rectángulo en cuyos extremos encontramos la sala de estar y los dormitorios, entre ellos se encuentro la cocina, los servicios y la escalera. Estas construcciones son económicas y fácilmente ampliables. A simple vista vemos una casa en la que parecen volar ambos extremos y nos recuerda, en cierta manera, a su escritorio «Canaan«, y por qué no decirlo, a una balanza. Simetría y equilibrio son las bases de la construcción.
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En la línea de estas casas «long plan» encontramos una prefabricada en madera pensada para poderla establecer donde se quiera, su nombre es «plas-2-point«, debido al sistema de anclado al suelo sobre dos anclajes y al acabado de los paneles laminados con un material impermeable y aislante.
EL proyecto experimental se basaba en la economía y el mínimo gasto de materiales. Su fin, la producción en serie de estas viviendas. EL montaje de la casa se llevaba a cabo mediante un libro de instrucciones.
Por último, en la serie long plan, hablaremos de la casa que hizo para la exposición en el MOMA, en ella las leyes del equilibrio son patentes. También el edificio se abre al entorno, el techado se eleva hacia los extremos, dando en su punto más bajo, intimidad en la zona de dormitorio, y el contrapeso a la zona elevada.
El segundo tipo de casas son las binucleares, presentan plantas en «H» o «U». En ellas se aprecia de forma más intensa la relación entre los espacios íntimos y la naturaleza. Incorpora nuevos materiales de construcción, como es el caso de la piedra y el ladrillo. Estas casas ya no se posan en el terreno, se clavan debido al uso de materiales más pesados. Un ejemplo de ello sería la Casa Pack (1951).
En cuanto a los edificios presentan formas que se encuadran en el Brutalismo, estilo arquitectónico cuya base principal es presentar los materiales de las construcciones en bruto, normalmente hormigón. En el caso de Breuer, sus edificios presentan formas contundentes, cerradas y simétricas. El fin de éstos suele ser institucional o universitario.
En 1968, ganó la Medalla de oro de la Unión Internacional de Arquitectos. Realizó otros edificios de carácter institucional como son el Museo Whitney de Nueva York o la sede la Unesco en París. En ellos también es evidente la influencia del Brutalismo en esta obra realizada en hormigón.
En el Museo Whitney podemos apreciar como la estructura va de menos a más, según crece el edificio, en terrazas escalonadas y la presencia de ventanales en pico hacia el exterior, intentando romper con la regularidad geometrizante de la estructura.
Breuer se retira en 1976 y muere, tras una larga enfermedad, en Nueva York en 1981.
La pregunta que se hacía Breuer siempre era «¿por qué no lo haces?». Pregunta inicial de sus proyectos que fue la manera de materializar sus pensamientos y saber si eran viables. Él creía en la materialización del proyecto para saber si funcionaba. Sin esta pregunta no tendríamos sus obras.