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Marc Chagall nos dejó un verdadero aporte a través de su producción artística del siglo XX, en especial por aquellos elementos que suponían no podían compaginar en el arte, pero que sin duda logró como ningún otro artista. Al mismo tiempo nos reveló a través de su pincelada, la metáfora poética de su vida.
Vida y obra de Marc Chagall
Nació en Vítebsk (Imperio Ruso) el 7 de julio de 1887, y falleció en Francia a los 87 años de edad, exactamente en Saint-Paul de Vence, el 28 de marzo de 1985, siendo de origen judío, es reconocido por su obra pictórica estrechamente relacionada a asociaciones emocionales por encima de cualquier tradición pictórica en su tiempo.
Síntesis
Su interés hacia el arte, en especial a la pintura, iniciaría desde muy temprano, primordialmente tras estudiar pintura. Cuando tenía 20 años dejó Rusia para instalarse en París, donde viviría a las afueras de la ciudad en una especie de colonia de artistas, quizás por esta razón, por muchos es conocido como un pintor francés.
El pueblo del que viene
Fue en una pequeña comunidad en la que nació Marc Chagall, en Biolorrusia. Su madre era encargada de una tienda pequeña en el mismo pueblo, donde se vendían diversos artículos, mientras su padre trabajaba como pescador. Su educación giró en torno al judaísmo, colegio en el que estudió además de la Biblia, el hebreo, aunque culminaría tales estudios primarios en una escuela pública rusa.
A pesar de que estudió los fundamentos básicos del dibujo, lo que realmente rescataríamos de esta época serían todas aquellas imágenes que le rodeaban, y que más tarde serían los protagonistas de sus obras. Se matriculó en una escuela privada judía, pero de arte, cuando tenía 19 años.
Inicios formales en la pintura
Fue con el artista y retratista Yehuda Pen con quién Marc Chagall estudiaría, aunque brevemente, una educación formal específicamente en pintura. Poco después se mudó a San Petersburgo, donde estudió en la Sociedad Imperial para la protección de Bellas Artes. En 1908, un año después, en la Escuela Svanseva se matriculó, donde estudió con Léon Bakst, un escenógrafo que habría sido importante para la carrera a posterior de Chagall.
El estilo personal de Marc Chagall ya venía manifestándose, a pesar de todos los estudios formales que recibió durante este tiempo. Representaba personas, lugares, formas, colores, e irrealidades para él soñadas, con significados muy íntimos para él, dejándolo en evidencia en obras como Ventana Vitebsk de 1908 y Mi prometido con guantes negros de 1909, en las que representa a la mujer con quien se habría comprometido, Bella Rosenfeld.
La colonia de artistas de la que se rodearía en París
Aunque se habría comprometido con Rosenfeld, no fue impedimento para que se mudase a París. Mecenas del arte como Maxim Binaver y miembros del parlamento ruso subsidiaron a Chagall para que se fuera a Francia a continuar con su obra. De esta manera, un tiempo breve estuvo viviendo en Montparnasse, pero luego continuaría su camino hacia La Ruche, una pequeña comunidad de artistas alejado de la ciudad.
En esta comunidad conoció a otros grandes artistas, trabajando con algunos de ellos como Fernand Léger y Amadeo Modigliani, e incluso con el poeta Guillauma Apollinaire. Su mayor influencia sería tanto el cubismo, como el fauvismo, sin dejar de lado una paleta de colores que comenzaría a ser mucho más ligera en torno a lo que él consideraba como realidad; surgieron así sus primeras creaciones parisinas: Yo y el pueblo de 1911 y Homenaje a Apollinare de 1912.
Primera individual en Berlín
A pesar de sus influencias fauvistas y cubistas, su obra se distinguía de entre sus contemporáneos, no por ser mejor o peor, sino por ser peculiar y única. Es así como logra mostrar su trabajo en la exposición anual Salón des Indépendants, junto a otros artistas que también causaron furor, como Marcel Duchamp, Juan Gris y Robert Delaunay.
A partir de este momento Chagall comenzó a ser popular no solo en la pequeña comunidad de artistas de la que se rodeaba, sino mucho más allá. Logra entonces viajar a Berlín en 1914 donde se inaugura su primera individual en la Galería Der Stutm.
La Primera Guerra Mundial
La Primera Guerra Mundial se desató en 1914, evitando que sus planes de regresar a París se dieran como esperaba. Sin embargo, esto no lo detuvo para seguir creando, y aún más inspirándose en su propia infancia, las cuales tomaría como escenarios para sus pinturas, algunas de ellas son Judío en Verde y Sobre Vitebsk, ambas de 1914.
La misma guerra también sería una gran fuente de inspiración para sus creaciones, en especial su impacto sobre la misma religión, mostrándolo en Soldado herido del mismo año, y De marcha, de 1915, el mismo año en el que finalmente se casaría con Bella Rosenfeld, naciendo fruto de este amor su hija Ida, un año más tarde, quién también aparecería en varias de sus obras, como en Bella e Ida junto a la ventana de 1917, entre otras.
Moscú
Marc Chagall trabajó durante varios años como empleado en el Ministerio de Economía de Guerra en San Petersburgo, inicialmente con la intención de evitar el servicio militar, donde ganó gran reconocimiento tras sus trabajos artísticos locales, especialmente con los diversos proyectos que realizó para fomentar el arte en su localidad, incluso la de fundar una Academia de las Artes. Sin embargo, renunció a su cargo tras la frustración ocasionada por las diferencias entre sus colegas.
Tras la revolución, se trasladó a Moscú, donde comenzó a trabajar en diversas producciones, especialmente en el Teatro Yiddish del Estado de Moscú. Fue justamente donde hizo sus primeros murales, una serie titulada Introducción al teatro judío. Más tarde, en 1921 se dedicó durante poco tiempo a la docencia, impartiendo clases en un colegio de niños huérfanos tras la guerra. Sin embargo, abandonó Rusia para siempre poco después, buscando continuar con el arte que había abandonado.
De regreso a París y su visita a Palestina
En 1923 Marc Chagall regresó a París, pero esta vez junto a su familia. No pasó mucho tiempo para que se encontrara con un primer encargo por parte del editor y comerciante de arte Ambroise Vollard, quién le encargó una serie de grabados destinados a una edición renovada del libro Almas muertas de 1842 de Nikolai Gogol’s.
Sus trabajos de grabados continuarían, incluso viajó a Palestina con la finalidad de investigar mucho más en torno al Antiguo Testamento, ya que crearía grabados ilustrados para ello en 1930. Gracias a estos trabajos, volvería su éxito en torno al arte, obteniendo así la oportunidad de viajar por diversos países de Europa, tomando en consideración que, además, publicó en 1931 su autobiografía Mi vida.
La guerra que destruyó sus obras
Al mismo tiempo que iba cargándose de popularidad, perdía terreno generados por la guerra, especialmente por las amenazas hacia suscitadas por el fascismo y el nazismo. A este llamado “limpieza” cultural trajo como consecuencia no solo la orden de retirar sus piezas de los museos y galerías en las que se encontraba, sino la destrucción de muchas de sus piezas.
Más tarde, en Munich, en 1937, se realizó una exposición con obras denominadas degeneradas, en las que se incluían muchas de Chagall. En efecto, no fue sencillo lidiar con estas frustraciones, sino que además actuó como todo un artista, y las reflejó en su pintura; así nació Crucifixión blanca de 1938.
La Segunda Guerra mundial que lo llevó al exilio
La Segunda Guerra Mundial estalló y no les quedó más que mudarse al sur de Marsella luego de que Francia fuese invadida. Estuvieron en ese lugar hasta que en 1941 recibieron (él y su familia) la ayuda que merecían. El director que llevaba el Museo de Arte Moderno –MoMa- de Nueva York hizo una lista de artistas e intelectuales que consideró estaban en peligro por los nazis, dentro de los que estaba Chagall.
Es así como fue él y su familia uno de los dos mil que recibieron visa para migrar y huir de la guerra. Así llegan a Nueva York, donde a pesar de que los esperó no solo una cultura nueva, sino un idioma distinto, supo que su obra era ya conocida. Sin embargo, pese a que se encontraba bien, a salvo, en dicha ciudad, no podía dejar atrás todos los horrores que vivían los judíos, así como la destrucción de Rusia.
No en vano la obra de Marc Chagall es asociada a las emociones, porque efectivamente pintaba no solo lo que vivía, sino lo que sentía (así como lo hizo mucho después la misma Carmen Laffón en sus trazos sensibles), demostrándolo en obras como La crucifixión amarilla de 1943, y El malabarista del mismo año.
El dolor que causa la muerte
No bastó con los horrores de la guerra que le afectarían para siempre, e incluso el exilio tras ello, sino que tendía que soportar el dolor de la muerte de su gran amor, su esposa Bella. Falleció en 1944 a causa de una infección viral. Durante muchos años esto le afectaría en gran medida, plasmándolo en sus obras Alrededor de ella de 1945 y Las velas de la boda, del mismo año.
El florecimiento de un nuevo amor
Hacia el año 1946 se estaría relacionando con una joven de nombre Virginia McNeil, artista inglesa, con quién tendría un hijo de nombre David un año después. Este fu el tiempo en el que expondría tanto en el MOMA como en el Instituto de Arte de Chicago.
El regreso
Fueron 7 años los que estuvo Marc Chagall exiliado, hasta que finalmente logró volver a Francia en 1948 junto a su nueva compañera Virginia, su hijo David, y la hija que había tenido con Bella. Pronto se estarían publicando muchas de las obras en las que participó realizando grabados, como Almas muertas, más tarde Fábulas en 1952, hasta que aquella biblia que había ilustrado también se publicaría hasta 1956.
Él y su familia se trasladan hacia el sur, hacia Saint-de-Vence, justo en la Riviera francesa, en 1950. Un año después se separa de Virginia, aunque en 1952 conoció a Valentina Brosky, con quién se casó y formó Chagall’s; no dejó de representarla en sus retratos posteriores.
Artista diversificado
Durante este período comenzó a diversificarse como artista, trabajando, además de la pintura, la cerámica y la escultura, así como en vitrales. Muchos de estos trabajos se encuentran repartidos a nivel mundial.
EN el año 1977 Marc Chagall recibió el mayor galardón de Francia, la Gran Medalla de la Legión de Honor. Ese mismo año expuso en el Louvre una retrospectiva de su trabajo, siendo uno de los pocos artistas en hacerlo. Tras su muerte en 1985, dejó un gran legado como artista judío, desarrollada en una época de tantos conflictos bélicos, pero siendo sin duda un pionero del modernismo.