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Esta vivienda situada en Sevilla refleja los valores del estudio U+G, responsable de su reforma integral, funcionalidad y luminosidad. El proyecto comenzó justo antes del inicio de la pandemia, antes de que el producto ático se convirtiera en una de las reformas estrella. Sus propietarios buscaban una vivienda funcional de aire contemporáneo “bañada” de luz natural.
Este proyecto acometido por el equipo de U+G consistió en la reforma total de una vivienda de los años 70´de última planta muy oscura y compartimentada con una gran terraza de 50 m2 situada al oeste, en la que lo primero que llamaba la atención era que no estaba abierta al espacio exterior, únicamente a través de unas puertas convencionales y una ventana, a la que daban una salita y un dormitorio.
El objetivo del trabajo pasaba por lograr un estilo contemporáneo y una estética con sentido global, reflejado en la distribución de las estancias, materiales y colores.
Distribución: cocina integrada en el salón
Para este proyecto U+G replanteó totalmente la distribución de la casa, cambiando de ubicación cocina, baños y dormitorios. En la crujía a la terraza se situó el salón con cocina integrada y un estudio.
El piso contaba además con un patio de luces interior y poca anchura de planta, por lo que el estudio sevillano dibujó una nueva distribución que huía de pasillos, pasando ahora de una estancia a otra, con una intimidad de espacios bien pensada. Únicamente, el segundo dormitorio permanecería en un pasillo independiente.
Espacio para colgar las bicis
Otro de los puntos fuertes de esta reforma fue el cambio de ubicación de la puerta de entrada. Desde el vestíbulo -que debía albergar un bicicletero para dos bicis de uso diario- se accede por un lado al pasillo que da acceso al segundo dormitorio y que continúa hasta el salón-cocina-terraza.
Por el otro lado, a la izquierda, se accede a un lavadero con doble puerta corredera oculta, a continuación del que se encuentra un interesante baño que está distribuido “de paso” con un pasillo decorado con un gran mural vegetal, que alberga dos cabinas de vidrios cerradas: una para el WC y otra para la ducha. El mueble lavabo se sitúa en el centro sin puerta para ganar amplitud.
Del baño se accede a un gran vestidor abierto, y de ahí al dormitorio principal, con una doble puerta corredera diseñada con un pantografiado y lacada en color azul, que llega hasta la zona de estudio.
El salón y cocina se dejaron integrados, abriendo grandes ventanales a la terraza. La cocina se separa visualmente del salón con un pilar que quedaba en medio que se dejó en hormigón y que sirve para ocultar la campana extractora, así como para situar una península.
Para la zona del salón se diseñó un sencillo frente para albergar la TV, y que también oculta un pilar, y se pintaron las hornacinas laterales en gris con baldas de madera natural fabricadas a medida.
Materiales de la reforma: tarima de roble y porcelánico de cemento
Para ganar luminosidad a la vivienda, que tiene una altura de techos no muy alta, se eligieron materiales claros: pintura en blanco roto en paredes y techos, suelo con tarima de roble y porcelánico de cemento en núcleos húmedos.
La nota de color la dan las grandes puertas correderas, así como el sofá y el alicatado del frente de cocina de 10 x 10 cm, todos en color azul. En la misma gama se pintó el cabecero del dormitorio principal realizado con molduras de Orac Decor. Para la terraza el material que se escogió fue un cerámico 14 x 28 cm colocado en espiga de pez.
Fotografía: Antonio Arévalo – www.fotowork.es