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¿El modo en el que diseñamos nuestras viviendas influye en cómo nos sentimos? La respuesta es SÍ y, sin embargo, hemos cometido el error de haber estado diseñando durante mucho tiempo sin tener en cuenta este detalle tan importante.
Esto tiene relación con nuestro estilo de vida en estos últimos años, en los cuales nos hemos ligado cada vez más a la dependencia y a la autonomía, dejando atrás el significado de comunidad. La soledad no siempre proviene de estar solo, sino también es el resultado de nuestros propios hogares.
Debido a esto, y sumando la situación actual tan complicada que está viviendo el mundo entero, nos hemos dado cuenta del valor que tiene la conexión humana. Sin embargo, la soledad ha llamado a la puerta de muchas viviendas, especialmente a la de los mayores.
¿Qué es el fenómeno «cohousing»?
Existe un término denominado “cohousing”, espacios arquitectónicos formados por extensiones de pisos particulares y viviendas colaborativas donde los residentes diseñan y gestionan su propio hogar. Allí forman una comunidad, se conocen todos, se complementan y se cuidan los unos a los otros. Este nuevo modelo de vida se basa en compartir tiempo juntos y entre todos organizarse en las tareas. Las zonas comunes se tienen más en cuenta que nunca, pues todos comparten espacios comunes, tanto interiores como exteriores, y también cada uno cuenta con su espacio personal, que siempre se necesita para no comprometer el sentido de identidad y privacidad.
Para la tercera edad, por ejemplo, esta es una buena manera de mantener una vida activa y autónoma, sin depender de nadie, sino complementarse y cuidarse los unos de los otros. En este caso, los mayores cuentan con bastantes oportunidades para establecer relaciones significativas que ayudan siempre al bienestar personal y a la salud mental y combaten la soledad. Además del espacio personal, las áreas comunes permiten la participación en actividades grupales como la cocina, la meditación, la gimnasia o los huertos comunitarios, entre otras actividades. La realización de actividades grupales desarrolla seguridad y conexión entre los residentes, permite compartir cultura y valores y, lo más importante, se desarrolla un sentimiento de pertenencia y de contribución en comunidad.
Generalmente, todos los proyectos de cohousing se componen de tres fases: primeramente, entre todos los residentes se decide por unanimidad el modelo de convivencia, luego se fomenta la captación de socios y conseguir financiación suficiente y, finalmente, comienzan los primeros días de convivencia.
Aspectos en diseño a tener en cuenta
Para asegurar el bienestar general de los convivientes, hay aspectos muy importantes que se tienen en consideración en cuanto a diseño:
Hay estudios que han comprobado que la presencia de la luz natural en los hogares puede reducir con creces la tristeza y la soledad.
Contar con un espacio al aire libre, ya sea público (patios) o particular (balcones privados), son siempre buenas opciones para tomar aire y relajarse sin tener que salir a la calle, lo cual es segura y buena terapia actualmente con los tiempos que corren.
La fácil accesibilidad ligado a una buena ubicación, pues la combinación de espacios públicos, servicios comunes y naturaleza a pocos metros de nuestra vivienda es siempre saludable y positivo.
Si bien es cierto que en España apenas aún se está introduciendo este nuevo fenómeno, va creciendo rápidamente. La residencia Trabensol, en Torremocha del Jarama, fue la primera experiencia de cohousing en España. Esta residencia ha sido la principal inspiración en este país, y se basa en hacer realidad una nueva forma de vivienda colaborativa dirigida a mayores.
A partir de ahí, han nacido otros proyectos como «Boomer Age, Wonder Age», en Barcelona, desarrollado por María Díaz junto a otras compañeras en su estudio MDBA Architects.
Por otro lado, en el marco internacional, ya existen muchos proyectos en marcha relacionados con el cohousing:
Vida Linda , Belgrano:
El Argentina este fenómeno de vivienda ya lo han empezado a tomar como estilo de vida para combatir el aislamiento y la soledad en la tercera edad. Hace ya 51 años que Vida Linda es uno de los ejemplos de cohousing, situado en Belgrano. El espacio está abierto a toda la comunidad y cuenta con aproximadamente 100 personas mayores.
Capitol Hill Cohousing, Seattle:
Es una obra de arquitectura dedicada a todas las edades, que cuenta con nueve apartamentos privados distribuidos alrededor de un patio común. Los residentes están comprometidos a vivir en comunidad y tienen acceso a un comedor, una casa común, patios y un parque infantil.
Kampung Admiralty, Singapur:
Es el primer complejo público integrado en Singapur y es un prototipo para cubrir las necesidades de la tercera edad en este país y conseguir que se sientan integradas, en lugar de aisladas. El proyecto va más allá de simples viviendas comunitarias, pues también cuenta con una farmacia, un centro médico, un gimnasio al aire libre, una granja urbana y un parque infantil, entre otros establecimientos.
Urban Tree Hole, Tokio:
Al contrario que los anteriores proyectos, Urban Tree Hole, ubicado en Tokio, sostiene que puede llegar a ser incoherente proporcionar espacios para reunirse e interactuar, pues un lugar público bien diseñado, pronto se ocupará por todo tipo de personas, mientras que aquellos que se sienten solos les resultará más difícil encajar en los grupos y se sentirán excluidos.
Por tanto, Urban Tree Hole es un nuevo mecanismo que cuenta con una infraestructura espiritual y mental con el fin de proporcionar un refugio cerrado para cualquiera que quiera pasar tiempo y disfrutar consigo mismo. El objetivo de este proyecto es elevar en lugar de eliminar la sensación de soledad mediante un nuevo diseño.
Los expertos han comenzado a referirse a la soledad como una “epidemia” ya que tiene un gran impacto en la salud mental y física de las personas, y además aseguran que es fundamental empezar a reconocer el papel que desempeñan las infraestructuras a este problema.
Es por ello por lo que, cada vez más se están realizando reuniones internacionales para sugerir posibles soluciones, donde se debaten la mejora de las infraestructuras, mejorar los espacios de diseño públicos y privados, el papel de la tecnología como causa principal de la soledad, entre otras cosas. Los tiempos están cambiando y mediante este tipo de proyectos, la arquitectura puede ser opción para combatir la soledad.
Imágenes recogidas en: Depositphotos, Keppie design, Atlanta Journal-Constitution, Seattle Urban Farm Company, Roca gallery, KooZA/rch, archilovers y caigandong