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Suena Devendra Banhart en el salón, el sol de marzo entra tímido por las ventanas; huele a café y una sensación entre somnolienta y tranquila invade la casa. Cédric y Robert me abren las puertas de Chez Nous Bcn, es decir, su proyecto personal de muebles y objetos vintage con el que conviven en su casa.
Hace un par de años que su pasión por el diseño, la decoración y las cosas antiguas tomó forma de una manera muy peculiar cuando se mudaron a su actual piso del barrio de Sant Antoni, un principal que había servido como estudio fotográfico dada su amplitud y sus techos altos, y empezaron a atesorar objetos y muebles de segunda mano seleccionados por ellos mismos en sus viajes.
Un aparador escandinavo de los ‘60, una PH5 Classique de Poulsen, algunas mesitas de formica francesa, una cómoda recuperada de la calle como objeto fetiche personal, mucha cerámica original, una tocinera herencia de los abuelos de Robert, una preciosa mesa blanca con sus sillas Tulip de época que presiden orgullosas el comedor…
Su casa hace las veces de showroom de una manera muy natural. Cédric y Robert sólo eligen aquello que realmente elegirían para su propia casa, y conviven con ello hasta que los objetos encuentran un nuevo lugar.
Podría decirse que los chicos de Chez Nous Bcn dotan de vida a todos sus tesoros, salvándolos del olvido, dándoles un hogar y encontrándoles nuevos dueños para que su historia continúe.
Esto presta al proyecto dos cosas muy especiales: la elección de los objetos por su verdadero valor, alejados de tener que elegir y abastecer un gran público o una tienda; y la relación única que se establece con los objetos, el espacio, con ellos y con sus nuevos dueños.
Pasar por casa de Cédric y Robert con cierta distancia en el tiempo hace que parezca un lugar nuevo con frecuencia. Así mismo esto conlleva tener que desprenderse de algunas cosas de las que al final se acaban tomando cariño. Algo que constato con ellos porque no es la primera vez que un mueble encuentra un lugar especial en su casa y finalmente deciden quedárselo para ellos. Otras veces se han de despedir de algunos otros deseándoles un lugar mejor.
Cuando me despido de ellos, una cierta nostalgia se ha impregnado en mí, de saber que la próxima vez que los visite habrá piezas, incluso partes de ellos, que ya no estarán; Chez Nous en constante cambio, como la vida misma ¿y no es eso a caso parte de construir nuestro hogar?
Lo que es seguro es que, el cariño, el mimo y el detalle del que se nutre esta iniciativa es su columna vertebral. Creo que toda esta atmósfera hace de Chez Nous Bcn una propuesta intimista a la par que totalmente inspiradora.
Texto e imágenes de Sandra Rojo