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Hace 5 meses recibí una llamada muy inesperada. Habían seleccionado mi proyecto, Moove Magazine entre los finalistas de las Becas Taller Argal. El 13 de junio acudiría junto con 20 finalistas más a la entrega de premios que repartiría 100.000 euros entre los premiados. Estaba feliz por haber sido elegida entre más de 18.000 candidaturas. Eso es en sí un gran premio, pero para qué vamos a negarlo, mi revista se encontraba en un punto muy maduro y una inyección económica haría que diera el gran salto definitivo para poder dedicarme 100% a ella sin necesidad de realizar encargos de marketing y comunicación para otros clientes para poder seguir alimentando mi sueño.
Llegó el 13 de junio y todos nos desplazamos a la sede de Argal en Mollerussa, Lleida. Éramos 20 y habría 14 premiados. Las posibilidades de ganar alguno de los premios eran altísimas, pero aún así, nunca se sabe. Había muchos proyectos geniales entre los seleccionados y la competencia era mucha. Imagino que la gente de Argal lo tuvo muy difícil para tomar las decisiones finales.
Premios Argal 2019: «Gente que ama lo que hace»
Los premios fueron saliendo uno a uno y yo estaba extremadamente nerviosa. Y lo que nadie sabía era la razón real de todo ello. Ganar era algo que daría un empujón definitivo a un proyecto en el que había trabajado muchos años en mis tiempos libres, sí, pero yo sabía que con premio económico o sin él, Moove Magazine ya era una realidad. El dinero me ayudaría a llegar a mis objetivos más pronto, pero ganara o no ganara, esos objetivos los alcanzaría igualmente dedicando a mi proyecto más tiempo de trabajo. Esa era la realidad. Mis nervios se debían a que ese día era 13 de junio. Cumpleaños de mi tía.
Mi tía falleció el 14 de mayo de 2016 tras una larga enfermedad, en la que no puedo explicar cómo sus familiares nos vimos afectados e involucrados. Ella era es un pilar importantísimo para mi. No era una persona cualquiera, una tía cualquiera, era un ser de otro planeta. Nunca he visto a alguien tan volcado con el bienestar de sus seres queridos ni tan comprometida con mejorar cada cosa de su entorno. Nunca he logrado entender cómo a pesar de que su generación (y ella misma) tenía unos valores de trabajo tan establecidos (estudiar, colocarse en una empresa y ascender) me apoyara en todas mis aventuras emprendedoras y siempre me ofreciera tal soporte, tal confianza en cada cosa que yo necesitaba llevar a cabo. Tenía fe ciega en mí. Me amaba tanto que, se empeñaba siempre en decirme lo que significaba para ella, sabiendo que podía faltar algún día más pronto que tarde. Nunca olvidaré sus palabras al teléfono: “Lau, te llevo en el alma”. Y efectivamente, en su alma me llevó y yo la llevo a ella. Y así será siempre.
Ese 13 de junio, había preparado unas breves palabras en caso de salir ganadora. Iban dirigidas a ella, aún lo tengo en mi móvil y como no tuve la oportunidad de lanzarlas al viento ese día, me apetece que queden al menos aquí. Aquí van: “Hoy cumpliría años una de las personas más importantes de mi vida, mi tía Toñi. Ya son tres treces de junio sin ella, por eso sé que estar aquí no es una simple casualidad. Ella me manda cosas importantes en días clave, siempre lo hace y ésta es una de esas ocasiones. Gracias por haberos fijado en mi proyecto Moove Magazine, con el que realmente hago lo que me apasiona: difundir proyectos artísticos y de diseño, además de servir de plataforma para dar a conocer a nuevas promesas creativas. Gracias por este empujón que creo que me servirá para dedicarme al 100% a este sueño. Gracias a mi pareja, mi amigo, mi todo, Marcelo, que siempre me ha animado en los momentos en los que quería abandonar y ha hecho posible que los problemas técnicos del proyecto siempre se solucionaran. A mi madre y a mi tío por estar ahí a diario. Al resto de la familia. Y gracias a ti, tía, sé lo feliz que te hubiera hecho vivir esto a mi lado.”
Y esto era lo que más nerviosa me tenía. Sentía que nunca había logrado hacer público algo tan inmenso como lo que ella significa para mí y ese era el momento de hacerle ese homenaje.
La tristeza me llegó cuando uno a uno iban pasando los nombres de los ganadores y yo no estaba entre ellos. Pero ya os digo era tristeza por no poder decir esas palabras en alto más que el hecho de no ser ganadora. Yo ya me sentía premiada por el hecho de haber sido seleccionada. No gané y, como niña pequeña, me retiré al baño y lloré. No puedo explicar mejor mi porqué, pero fue esa la realidad. Me recompuse en poco tiempo y salí a disfrutar con mis compañeros y mi pareja de ese día. Al fin y al cabo, la vida es cuestión de eso: luchar, tropezarte, levantarte y disfrutar de cada momento que te sea posible.
Ya no esperaba mucho más que nuestro premio de consolación (un lote de productos, que por cierto no estuvo nada mal), pero a lo largo de la noche las personas del equipo de Argal, me dijeron varias veces que siempre intentaban hacer cosas y colaborar con los finalistas no premiados. ¿Sería posible que después de eso aún hubiera una oportunidad de trabajar junto a ellos?
El final principio más esperado
Las palabras de la gente de Argal se me quedaron grabadas y sabía que daría forma en mi cabeza a alguna colaboración que tuviera sentido para Moove Magazine (o la actividad que yo realizaba con mis reportajes y fotos) y su marca.
Ya el mismo día de los premios empecé a fraguar una idea, pero que hasta que no tuviera más desarrollada y concretada, no la presentaría. En agosto ya tenía el documento con la propuesta final y, a la vuelta de vacaciones, ya me daban una respuesta. ¡La colaboración y mi propuesta se harían efectivas! No podía estar feliz. Por eso, doy muchas gracias a Argal por seguir apostando por los sueños de las personas y por aceptar este proyecto, con el que pretendemos seguir motivando a que la gente luche por dedicarse a aquello a lo que ama. ¿Quieres saber de lo que se trata? Te lo explico en el post que he escrito para su blog.