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The Architect’s Collaborative fue una firma de arquitectura muy activa e importante tras la Segunda Guerra Mundial. Su estilo modernista y el amplio trabajo que realizaron les convirtió en uno de los grupos más respetados y prolíficos. Hoy, estudiamos dicho estilo y a los miembros que lo formaron.
El TAC se forma en 1945, en Cambridge, Massachussets. Su fundador es Walter Gropius, también fundador de La Bauhaus, y uno de los arquitectos más importantes del siglo XX, del cual ya os hemos hablado con anterioridad.
De modo resumido, Gropius nació en Alemania en 1855. Estudió arquitectura y formó la mencionada Bauhaus con algunos de los arquitectos europeos más importantes del momento. A pesar de su éxito, con la llegada de la Segunda Guerra Mundial, tuvo que abandonar Alemania y exiliarse en Estados Unidos, donde formó The Architect’s Collaborative en 1945.
El resto de miembros fundadores fueron Norman C. Fletcher, Jean B. Fletcher, John C. Harkness, Sarah P. Harkness, Robert S. McMillan, Louis A. McMillen y Benjamin C. Thompson. Con la formación del grupo, Gropius quería hacer de la arquitectura un proceso creativo de colaboración, y no individual, como había sido común.
Norman Fletcher, nacido en 1917, se unió al grupo tras trabajar en varias firmas anteriores, y aunque tuvo proyectos importantes en sus manos, estos nunca se llegaron a construir por distintos motivos. Entró al TAC junto a su mujer Jean, quién ganó varios concursos de arquitectura y llegó a superar a su marido en este campo, al ser elegida como diseñadora para los dormitorios de la Smith College.
El caso de los Harkness es parecido. Tanto John como Sarah compitieron con los Fletcher para diseñar los dormitorios de la Smith College, quedando en segundo lugar y entrando a formar parte de The Architect’s Collaborative. En este caso, con el paso del tiempo ambos llegaron a diseñar varias escuelas a lo largo de Nueva Inglaterra. De ellas, destacó la Wayland High School.
Respecto a McMillan, McMillen y Thompson, todos participaron activamente en el grupo y, aunque lo fueron abandonando con el tiempo y centrándose en proyectos propios, todos destacaron de una forma u otra, ya fuera tanto en la práctica como en la enseñanza.
Para sus creadores, lo importante era la responsabilidad social de la arquitectura. Todos debían participar en cada uno de los proyectos teniendo en cuenta el uso que la gente iba a dar a ese edificio. De todas formas, había siempre alguien encargado de gestionar cada uno, reunirse con los clientes y tomar las decisiones importantes del diseño.
En un principio, los 8 fundadores hacían reuniones semanales en las que discutían los trabajos que se estaban llevando a cabo, pero conforme creció la firma, se fueron creando pequeños grupos, ya que era imposible que todos participaran en todo.
El trabajo del TAC lo compusieron casas y residencias en sus inicios. Six Moon Hill fue el más notable dentro de esta corriente, una comunidad en la que cada casa estaba diseñada por cada uno de los fundadores. Aparte, también trabajaron en muchos edificios destinados a la educación, como escuelas públicas. Los más importantes fueron el Centro de Graduados de Harvard o la Universidad de Bagdad.
Estos edificios pertenecían al llamado “Estilo Internacional”, precursor del modernismo y basado en el predominio de la composición horizontal y la sencillez ornamental, con amplios espacios interiores. Se usaba, sobre todo, para grandes ámbitos urbanos públicos, algo que concuerda perfectamente con la filosofía del TAC. Este fue un estilo cultivado tras la Segunda Guerra Mundial, pero con el transcurso de los años la estética de The Architect’s Collaborative fue pasándose al postmodernismo.
Conforme la firma creció, dos nuevas oficinas fueron abiertas. Una de ellas en Roma, en los años 60, para organizar desde allí el trabajo en Europa y Oriente Medio; y la otra en San Francisco, en 1985. De todas formas, con la muerte de Gropius en 1965, el grupo comenzó su decadencia debido a las grandes deudas que tenían.
En 1995, el TAC entra en bancarrota, debido sobre todo a proyectos inacabados en Oriente Medio. Su mera existencia supuso una forma de hacer arquitectura completamente distinta a lo visto anteriormente, llevando la filosofía de trabajo colaborativo de Gropius a su máximo exponente.