Biografía de Diego Rivera

Diego María de la Concepción Juan Nepomuceno Estanislao de la Rivera, conocido como Diego Rivera, nació el 8 de diciembre de 1886 en Guanajuato, situado en el centro norte de México. Cuando Diego tan solo tenía año y medio de vida, falleció su hermano gemelo, mientras que Diego tenía raquitismo además de una constitución débil y se mantuvo con vida.

Pese a que su padre quiso que ingresara en el Colegio Militar, Diego comenzó a asistir a clases nocturnas en 1896, con tan solo 10 años en la Academia de San Carlos, donde conoció al paisajista José María Velasco. A partir de una subvención que se le otorgó por parte del Estado, pudo viajar hasta España, país donde se familiariza con la obra El Greco, y Breueghel, de Goya, consiguiendo ingresar en el taller de uno de los mejores retratistas de Madrid, Eduardo Chicharro.

Vida en el extranjero

Diego viajó a París, ciudad donde conoció a Angelina Beloff, pintora rusa con quien mantuvo 10 años de relación amorosa. El artista se reunió en esta ciudad con algunos de sus amigos artistas; Amedeo Modigliani —pintor italiano—, Ilya Ehrenburg —escritor y periodista soviético—, además de otros, fueron reflejados en un cuadro de Marie Vorobieff nombrado Homenaje a amigos de Montparnasse.

Hasta mediados de 1916, alternó su residencia en México, Ecuador, Argentina, España  y Francia, donde comenzó a tener sus primeros contactos con artistas del momento; Ramón María del Valle Inclán, Pablo Picasso, Alfonso Reyes Ochoa, y aquellos que participaron en las nuevas corrientes de Europa, como el cubismo. En este mismo año, nació su primera hija junto a Angelina Beloff, aunque falleció al año siguiente.

En 1917 se introdujo en el postimpresionismo, influido por las pinturas de Paul Cézanne, pintor francés considerado el padre de la pintura moderna y cuyas obras lograron implantar las bases de la transición entre la concepción artística decimonónica hacia el mundo artístico del siglo XX. Con esta unión al postimpresionismo, consiguió captar la atención mediante sus colores vivos y acabados de un gran público, a diferencia de muralistas mexicanos que aún no habían conseguido hacerse populares.

Diego tiene una hija en 1919 a la cual nunca reconocerá, pero sí ayudaría económicamente. Un año después, en 1920, Rivera abandona a Angelina y al país en el que vivía, trasladándose hasta Italia, donde comienza a estudiar el arte renacentista, sintiendo una gran admiración por los maestros del Quattrocento, especialmente por la obra de Giotto. En 1921 vuelve a México, e identificado con los ideales revolucionarios mexicanos, da comienzo a un nuevo proyecto; pintar la historia de su pueblo desde la época precolombina hasta la revolución.

Un año más tarde, en 1922, realiza su primera creación mural importante, titulado La Creación, para el Auditorio Bolívar, antiguamente denominada Universidad Nacional de México. Rivera, en este mural quiso plasmar la idea de la creación de los mexicanos, donde se puede observar a un hombre surgiendo del árbol de la vida, al que asistirán Carlos Mérida, Jean Charlot, Amado de la Cueva y Xavier Guerrero. Su obra comenzó a convertirse en un factor primordial para el movimiento muralista mexicano y latinoamericano.

Primeros problemas de Rivera

En ese mismo año contrajo matrimonio con Guadalupe Marín, conocida como La Gata Marín, a quien descubrió mediante elaboraba el mural, gracias al poeta y escritor Julio Torri. Con Marín tuvo dos hijas, Lupe y Ruth, que poseían entre ellas una diferencia de dos años. Poco tiempo después, Rivera se afilió al Partido Comunista Mexicano, uno de los grandes influyentes del tipo de pintura que realizaba, siendo su intención reflejar la vida cotidiana tal y cómo él la veía, y para ello la dividió en dos temas; el trabajo y el ocio.

Rivera pasó a formar parte de la sociedad ocultista estadounidense Antigua Orden Mística Rosa Crucis —AMORC—. Él decía que desde esta organización ocultista podía expandir las ideas comunistas a Estados Unidos, afirmando que esta organización era esencialmente materialista, en la medida en que sólo admitía diferentes estados de energía y materia, basándose en el antiguo conocimiento oculto egipcio Amenhotep IV y Nefertiti.

Entre 1929 y 1935 Diego creó un ciclo negativo sobre la historia del país desde los tiempos de los mexicas hasta el propio siglo XX por formar parte de la sociedad ocultista. Poco a poco se organizó un movimiento estudiantil en su contra.

En 1928 se divorció de Guadalupe Marín y comenzó a crear una imagen visual de la identidad mexicana moderna en el Palacio Nacional de México una vez fue expulsado del partido comunista por presentar discrepancias. En la obra realizada, Diego ilustra la historia de México desde la época precolombina, ocupando los murales las tres paredes que se encuentran frente a la escalinata principal del edificio.

Aparición de Frida Kahlo

El 21 de agosto de 1929, Diego Rivera se casó con la artista mexicana Frida Kahlo, mismo año en el que le expulsaron del Partido Comunista Mexicano. Aunque su relación estuvo marcada por el amor y a la vez odio que se tenían por mantener aventuras amorosas con terceras personas. Su unión se definió como la unión entre un elefante y una paloma —donde él estaba reflejado como un elefante por ser grande y pesado; y ella delgada y ligera como esta ave—.

La relación de Diego Rivera con Rockefeller

Hacia 1930 fue invitado a EEUU, donde estableció su residencia para realizar distintas obras, aunque su política comunista desataría importantes contradicciones, críticas y fricciones con los propietarios, con el gobierno y con la prensa estadounidense. Pintó obras para el Instituto de Arte de Detroit. En 1933, Nelson Rockefeller lo contrató para pintar un mural en el vestíbulo de entrada del edificio RCA, en Nueva York; edificio principal de un conjunto de construcciones que se conocerían como Rockefeller Center. Este mural fue titulado El hombre en la Encrucijada, o también conocida como  El hombre controlador del universo.

En esta obra, Diego añadió la figura de Lenin en un lugar destacado, lo que dio pie a que la prensa norteamericana realizara una gran crítica hacia él. Rockefeller vio el retrato como un insulto personal. Como Rivera no quiso suprimir la figura de este líder soviético, Rockefeller ordenó cubrir la obra, y poco más tarde fue destruida. Las pinturas más destacadas de Rivera en San Francisco se encuentran en la Escuela de Arte de San Francisco.

Poco después del incidente ocurrido con Rockefeller, en 1934 decide volver a México, donde Rivera realizó otra pintura similar a la destruida con algunas modificaciones incluidas. Fue denominada como El hombre en el cruce de caminos, para el Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México.

Reuniones con trabajadores obreros

Comenzó a llevar a cabo unas reuniones de formación a los trabajadores del Sindicato Único de Trabajadores de la Construcción de la Ciudad de México en la Casa del Obrero, donde comenzaron a hablar sobre el formar un grupo de la IV Internacional. En estas reuniones además de Diego Rivera, participaron otros miembros importantes, como su esposa, Frida Kahlo, Félix Ibarra, Juan R. De la Cruz, y de ocho a diez mil obreros que formaban parte del sindicato.

Con la adopción de la ideología trotskista por parte del sindicato de trabajadores, surgieron los primeros enfrentamientos entre los miembros, pues comenzaron a darse acusaciones a los pintores de pertenecer a la burguesía o ser capitalistas, pues buscaban trabajo por su propia cuenta en los murales pintados por Diego Rivera. Al existir diferentes posturas, Diego Rivera decidió disolver la sección mexicana, pues el movimiento se estaba sacrificando a los intereses personales de León Trotski, político y escritor perteneciente al Partido Comunista de la Unión Soviética entre otros similares.

Algunas de sus obras más conocidas

En 1943 fue uno de los miembros fundadores de El Colegio Nacional de México, con el propósito de preservar y dar a conocer lo más importante de las ciencias, artes y humanidades que México puede ofrecer al mundo.

En 1946 pintó una de sus obras más importantes, otro mural que provocó gran revuelo; Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central. Rivera retrató un paseo imaginario en el que coinciden personajes destacados de la historia mexicana, desde la época del periodo colonial hasta la revolución mexicana. Aparece el escritor ateo del siglo XIX, Ignacio Ramírez, hecho que provocó reacciones bastante violentas entre los sectores religiosos del país.

En 1950 ilustró Canto General, de Pablo Neruda, y ganó el Premio Nacional de Ciencias y Artes de México. Dos años después, en 1952 realizó un nuevo mural, al que denominó La Universidad, la familia mexicana, la paz y la juventud deportista en el Estadio Olímpico Universitario.

Sus obras más destacadas han sido los murales; Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, Ceremonias y celebraciones de la cultura totonaca, Fragmento de El hombre controlador del Universo.

Una de las grandes obras de Rivera

En el Teatro de los Insurgentes, en Ciudad de México, se encuentra una de sus grandes obras, la cual tiene un gran significado histórico. El mural realizado está formado por teselas de vidrio esmaltadas —pequeñas piezas que se utilizan para confeccionar mosaicos—, que se encuentran sobre placas de la marca Mosaicos Venecianos. En la obra aparece un teatro, representado por un antifaz y las manos en mitones —tipo de guantes que dejan al descubierto la totalidad o una parte de los dedos de la mano—, con el día y la noche como símbolo de la dualidad. En la parte trasera aparece un escenario, que representa al comediante mexicano Mario Moreno Cantinflas, recibiendo dinero de las clases de la sociedad mexicana. Detrás del escenario, se observa la antigua Basílica de Guadalupe.

En la parte izquierda del mural aparecen diferentes imágenes de personajes nobles políticos y mexicanos, como eran Maximiliano y Carlota, la última emperatriz de México. Unidos a ellos aparecen variados personajes de la historia mexicana, mezclados con el Diablo y el Arcángel. En la parte baja de este lado izquierdo aparecen imágenes de músicos populares de la cultura mexicana, además de una pareja bailando el jarabe tapatío —baile regional mexicano—

En la parte baja del lado contrario, aparece una mezcla de escenas de la Revolución mexicana y la época prehispánica, que están representadas por músicos, sacerdotes y un jaguar. Al interior del cárcamo encontramos el mural El agua, origen de la vida, que representa la importancia del líquido en la vida humana, que además fue construido para permanecer sumergido en el agua. 

Además, el artista representó algunas especies, animales y vegetales. La meta de la evolución se alcanza con la formación del ser humano, representado por un hombre negroide y una mujer mongoloide encinta, con el embrión hecho visible, enfatizando en los cuerpos desnudos de la pareja, siendo primordial su potencia sexual y reproductiva, haciendo un homenaje a la especie y considerando los usos del agua y el trabajo en las obras hidráulicas.

A los lados de la boca del túnel aparecen figuras de personas representadas en sus diferentes clases sociales. Cerca del ángulo oriente, se encuentran los ciudadanos, disfrutando del agua abundante, en un medio fértil y limpio, sin polvo ni basura. La familia proletaria cultiva su jardín y huerto; y la burguesía —grande y pequeña— se entrega a la higiene y al placer saludable de la natación. Une a los grupos anteriores la representación de los ingenieros de las obras y el arquitecto en el centro, este último dando instrucciones señalando el lugar donde aparecerá el acueducto.

En el muro norte, incluyó referencias de México mediante un templo indígena, una iglesia colonial y un edificio moderno. Los muros que se encuentran en el oriente y poniente rinden un homenaje a los ingenieros y obreros involucrados en el proyecto, recordando a los casi 40 trabajadores que fallecieron durante las obras. Bajo los anteriores, están representadas las celdas para producir cloro y amoniaco y sus átomos, para hacer el desinfectante que purifica el agua para que su consumo sea potable.

Fallecimiento del artista

Tras la muerte de su mujer Frida Kahlo en 1954, Diego cayó enfermo y viajó hasta Moscú para llevar a cabo un tratamiento y finalmente, ser intervenido quirúrgicamente. A pesar de ello, se casó por cuarta vez; con Emma Hurtado. 

Falleció el 24 de noviembre de 1957  en Ciudad de México, a los 70 años de edad, tras un cáncer. A su muerte, las cenizas de Rivera fueron enterradas en México, en la Rotonda de Hombres Ilustres.

Homenajes y reconocimientos a Diego Rivera

A lo largo de la historia se le han realizado diversos homenajes y reconocimientos, algunos son los siguientes:

  • La calle adyacente al Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo lleva el nombre del artista.
  • Desde 2010 hasta 2019, el Banco de México, como homenaje, presentó en los billetes de 500 pesos la imagen de Diego Rivera. La de Frida Kahlo aparecía al reverso.
  • El 8 de diciembre del 2011, el buscador Google le dedicó un doodle —alteración temporal del logotipo de la página principal de Google— con motivo del 125 aniversario de su nacimiento.

Ante todo, Diego Rivera ha sido considerado un artista portavoz de todas aquellas personas oprimidas, de las personas indígenas y, el gran ilustrador de la historia de México, convirtiendo sus obras en el símbolo de una gran nación. La vivienda del pintor en Ciudad de México fue convertida en el Museo Estudio Diego Rivera, lugar en el que se encuentran obras y diversos dibujos del artista, además de su colección de arte.

Imágenes: Wikimedia, Pixaway.