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No cabe duda de que la gastronomía es uno de los principales atractivos turísticos de los países y, por ende, uno de los elementos decisivos a la hora de decantarse por un destino en concreto.
En el caso de Malta, esta gastronomía está caracterizada por la pura esencia mediterránea, así como por el toque especial de sus sabores especiados. Con recetas como los pastizzi, el asado de conejo, el pescado lampuki o el dulce Imqaret, la cocina maltesa mantiene influencias de aquellos países con los que el archipiélago ha forjado algún tipo de relación a lo largo de la historia.
De la cocina árabe por haber sido un territorio musulmán durante el siglo IX; la presencia de la gastronomía italiana, debido la cercanía geográfica de ambos países; así como la británica, pues Malta formó parte del Imperio Inglés durante muchos años.
Todo esto hace que, degustar los platos y recetas tradicionales que ofrece el país sea, además de una manera de conquistar el paladar de cada visitante, la ocasión perfecta para sumergirse en su historia y descubrir sus influencias culturales a través del arte culinario.
Pastizzi, el desayuno más popular de Malta
Se dice que el desayuno es la comida más importante del día, pues es el momento en el que el cuerpo absorbe todas las vitaminas y nutrientes necesarios para hacerle frente a un día lleno de energía.
Los malteses siguen esta idea al pie de la letra, pues además de disfrutar de un delicioso english breakfast en las ocasiones más especiales, cuentan con los famosos pastizzi, uno de los platos más tradicionales de la isla.
Tiene su origen en la cocina turca y resulta un alimento de lo más completo, pues entre sus ingredientes se encuentra la proteína en su relleno de ricota y carne, la fibra en la pasta de guisantes y los hidratos de carbono en el hojaldre que lo envuelve.
Con un precio muy económico, esta empanadilla se puede comprar en cualquier panadería, bar o puesto callejero. Sin embargo, lo más habitual es encontrarla en las pastizzerias que, como su propio nombre indica, son las tiendas especializadas en este producto popular.
Asado de conejo, la receta por excelencia
Durante la época medieval, los habitantes de Malta se vieron obligados a practicar la caza de conejos para poder subsistir, ya que el país no contaba con los recursos necesarios y la importación de productos no resultaba algo sencillo.
Con el paso del tiempo, esto sirvió para experimentar nuevas recetas hasta que el asado de conejo, en maltés Stuffat tal-fenek, se terminó convirtiendo en uno de los platos típicos de la isla.
Este plato se caracteriza por su exquisito sabor debido a su elaborada preparación. Se suele cocinar como un guiso, añadiendo algunas verduras como patatas, guisantes, cebollas o zanahorias.
También se adereza con orégano, laurel, ajo, aceite de oliva y con un caldo de carne al que se le añade vino tinto. Primero se adoba la carne y después de cocina a fuego lento durante varias horas para conseguir un punto muy tierno.
Lampuki, el rey del Mediterráneo maltés
La ubicación de Malta en pleno corazón del Mediterráneo convierte a la isla en un destino en el que el pescado fresco no puede faltar en su gastronomía. Por ello, el lampuki es uno de los mayores protagonistas en lo que a platos marinos se refiere.
Se trata de un pescado similar a la dorada, con un sabor delicado y versátil, que se pesca durante la temporada de otoño. Se suele preparar de forma muy sencilla, con hierbas aromáticas y vino blanco, a la brasa, al horno o incluso en pastel de hojaldre, acompañado con verduras.
Marsaxlokk es una de las paradas obligatorias para degustar este tradicional plato, ya que se trata de un pueblo pesquero y zona por excelencia de la captura de este pescado donde se pueden encontrar gran variedad de restaurantes especializados en la receta del lampuki.
Es considerado el pez favorito de los malteses, tanto es así que, algunas monedas de diez centavos de lira llevan grabada su imagen.
Imqaret, un pecado para los más golosos
En este recorrido culinario no puede faltar la deliciosa repostería maltesa. El Imqaret es un pastelito de origen árabe compuesto por un relleno de mezcla de dátiles, especias y cítricos. Se come recubierto de miel y se suele acompañar con helado.
Se trata de un dulce popular en celebraciones y fiestas tradicionales y se puede comprar en puestos callejeros o simplemente pedirlo como postre en algún restaurante para poner la guinda a una exquisita experiencia gastronómica en Malta.