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EL Barroco siguió al Renacimiento. Todos los estilos artísticos nacen como respuesta a una nueva sociedad y a una necesidad de expresar nuevas ideas a través de un nuevo lenguaje estético.
La aparición de gobiernos centralizados en la figura de un rey con poder absoluto, la Contrarreforma y la necesidad de la Iglesia de dar una imagen de poder ante las nuevas ideas Protestantes, son las claves que conforman este nuevo arte que nace a finales del siglo XVI y se alarga hasta la Revolución Francesa.
Nacimiento del Barroco
Como hemos dicho el Barroco nace a finales del siglo XVI, para entenderlo correctamente nos tenemos que retrotraer a la situación social y política del momento. El nacimiento del protestantismo, la crisis del cristianismo debido a los excesos que había cometido en los siglos pasados, y la aparición de poderes centralizados fuertes, fueron el caldo de cultivo para que este arte eclosionará.
Podemos decir que este estilo servía a las élites con un propósito claro: el dar imagen de su poder. Con el Concilio de Trento de 1563 se establece el nuevo rumbo de la Iglesia, limitando los excesos de poder y marcando una moralidad y unas normas claras para el culto de esta religión.
En este concilio se produce una renovación de las órdenes religiosas, se limitan los excesos del papado y, en el culto, se establece una mayor austeridad y el cristianismo se aleja de cultos paganos, heredados de la Edad Media.
Pero el Barroco no es un arte que tan solo sirva a los propósitos de la Iglesia, también es un arte para los poderes públicos; a través de él, monarquía y aristocracia expresan su poder, para ello recurren a un arte monumental y caracterizado por el artificio.
Características del Barroco
Durante algunos siglos se tuvo una visión peyorativa del Barroco, de hecho el origen etimológico de esta palabra viene de la palabra portuguesa «barrueco» que significa perla irregular. Se le consideraba una degeneración del Renacimiento.
Una vez superada esta visión, se aprecia claramente que el Barroco conserva las formas del Renacimiento pero les imprime nuevas características; movilidad, ornato y voluptuosidad marcaran esta etapa. A través del uso de elipses y hélices, y el gusto por lo curvilíneo, la obra adquiere más movimiento, desapareciendo las normas que marcaron el Renacimiento.
Otras de las características de este movimiento estético sería el recurso de la luz como elemento que realza los ángulos, dando efectos teatrales en fachadas e interiores, el abundante uso de decoración, basada en elementos de la naturaleza, el orden colosal expresado en columnas salomónicas o en espiral y, por último, una unidad interior y exterior en la obra arquitectónica, en la que la escultura forma parte indivisible del conjunto.
El Barroco al servicio de la monarquía y aristocracia
Como ya hemos dicho, a la par que el proceso que se produce durante la Edad Moderna de concentración de poder en la figura del monarca como gobernante absoluto, se produjo, también, una respuesta en el arte que cubriera esa necesidad de expresar su poder de una manera visual y entendible para el Estado llano.
Con el Barroco y su gusto por la fastuosidad, el lujo y el boato, las Cortes de toda Europa pueden expresar ese poder que sirve para impresionar y afianzar su estatus; palacios y decoraciones cumplen su cometido y sirven como escaparate de las monarquías absolutas.
El Vaticano como centro artístico del Barroco
El Vaticano fue una obra monumental que se fue conformando a lo largo de los siglos, pero el proyecto se desarrollo de forma considerable a finales del Renacimiento y se dio por concluido en el Barroco.
El Concilio de Trento significó la renovación de los dogmas de una Iglesia que atravesaba un difícil momento después del Cisma de Avignon y sus consiguientes abusos a través de las indulgencias. En este contexto de reforma cristiana, a mediados del siglo XVII, se desarrolló un arte que transmitiese los dogmas y exaltará el culto a la virgen y los santos.
En este momento se produce un amplio desarrollo de la hagiografía, y la representación escultórica de santos en poses de éxtasis o martirio cobra especial importancia. En el campo de la arquitectura, San Pedro del Vaticano y la obra de Bernini serán el exponente principal de este estilo artístico.
La escultura Barroca
Con la aparición de este estilo se modifican las proporciones renacentistas, integrando arquitectura, pintura y escultura en la obra.
El orden colosal en fachadas e interior de los templos y palacios, se sirve también de la decoración vegetal para expresar esta fastuosidad. El naturalismo y la no idealización son las características principales de una escultura que no teme en representar expresiones de fealdad o de sufrimiento.
La representación de los estados de ánimo, la movilidad y dinamismo quedan patentes en esculturas de mártires, en retablos o en la imaginería, que durante esta época tiene su máximo apogeo y de la que aún en la actualidad tenemos ejemplos en los pasos procesionales de Semana Santa.
El escorzo o contorsión extrema de las figuras es una características principal de estas figuras, en la que también los efectos de luz y sombra y los pliegues nos asombran por su naturalidad.
Como ejemplo en España podemos nombrar las esculturas de Martínez Montañés.
Pintura Barroca
En este campo los pintores también hicieron uso del realismo, la temática religiosa y el rechazo por los temas mitológicos, que estuvieron tan presentes en la etapa Renacentista.
Por influencia de Caravaggio, el Tenebrismo marca esta etapa en la pintura, sobre todo en España hasta mediados del siglo XVII, en la segunda parte del siglo XVII se abandonó esta estética por una más optimista.
EL retrato psicológico en grupo y de cuerpo entero es otra de las innovaciones, no se huye de la fealdad ni la representación de deformidades, queriendo representar la realidad tal como es. El uso de la perspectiva aérea frente a la lineal, es otra de las innovaciones que llegan con el Barroco.
En España como pintor principal de este estilo podemos nombrar a Velázquez.
Acompañando a una nueva época, este estilo supo dar respuesta a las necesidades expresivas del momento; una vez finalizado este período con la Revolución Francesa, otros estilos artísticos nacieron.