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La arquitectura árabe se caracteriza por la atención que ponen en cada detalle, nada se deja al servicio de la arbitrariedad. En la península ibérica esta cultura dejó muchas obras arquitectónicas que es imprescindible visitar, como el centro histórico de Córdoba o la Alhambra de Granada (incluyendo los jardines del Generalife y el barrio del Albaicín) que, entre otras edificaciones, fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Pero para conocer más a fondo está arquitectura hay que viajar a Marruecos, ciudad impregnada completamente hasta el último rincón de esta cultura. Entre las diversas opciones de alojamiento entre las que elegir queremos descubriros el hotel La Sultana Marrakech.
Es un hotel de cinco estrellas que permite a todos sus visitantes sumergirse de lleno en la cultura árabe de la ciudad durante toda la estancia. Está ubicada en la Medina de Marruecos, concretamente en el que fue el granero que abasteció a la familia real del Califa Yacoub El Mansour.
A diez minutos del hotel está la plaza Jemaa El Fna y también cerca de él están el Palacio El Badi y las tumbas Saadíes, visibles desde la azotea del hotel. Esta dinastía influenció la decoración del hotel a través de diseños de yeso blanco y también en los patrones de los azulejos, haciéndolos similares a los del patio saadí.
El edificio del hotel fue un obsequio de la dinastía alauita del siglo XVIII a su trabajador Caid Azzi Boujemaa, pero fue su hijo quien restauró algunos aspectos del edificio durante el periodo del protectorado francés. Como resultado, pasó a ser uno de los sitios frecuentados por la sociedad de entonces.
En 2001, el grupo La Sultana remodeló el edificio con el fin de ensalzar la belleza del mismo y con la máxima de respetar todos los elementos históricos. Lo primero que los visitantes pueden admirar al entrar al hotel es el riad, una casa tradicional marroquí con un patio interior con el ladrillo como material protagonista. Ya en ese momento se puede apreciar la estancia de lujo que ofrece el hotel, tanto por su interiorismo como por los servicios que ofrece.
Descanso con elegancia
Las habitaciones del hotel están hechas para todas las necesidades y con una decoración exquisita. Cuentan con colores usuales en la decoración árabe como el color teja, el beige o el azul claro. Algo que hace que se diferencien de otras habitaciones de hoteles son los marcos de las entradas, llenos de mosaicos y motivos vegetales clásicos de esta cultura y en colores como el blanco y el marrón. Y no solo en los marcos de las puertas, sino también decorando el techo y las ventanas.
Los suelos de las habitaciones complementan la estética con azulejos en colores cálidos, para poder dar el máximo protagonismo a los detalles ya nombrados. Los azulejos, pero esta vez formando mosaicos, también se utilizan como cenefas.
Para la cama, cojines y mantas se pueden encontrar textiles como el terciopelo, también usado para tapizar sillas y sillones. Otro elemento de gran importancia en esta cultura y que por tanto no falta en las habitaciones son las alfombras, diseñadas en motivos geométricos y en colores que complementan los de la habitación.
Las lámparas es otro elemento que forma parte de la decoración de cualquier habitación, por lo que la elección de cada una se ha cuidado. Tanto las lámparas de mesa como las de araña que cuelgan del techo son tienen motivos geométricos y vegetales, fabricadas en dorado o cristal. En cuanto a la luz natural, durante el día se cuela por las ventanas pero en un tono distinto al habitual, ya que varias de las ventanas están fabricadas con cristales de colores como el verde o el naranja.
Todas las facilidades para lograr el mejor descanso
El hotel es perfecto tanto para que sea un destino en sí como para utilizarlo de estancia en un viaje de turismo o negocios, ya que cuenta con muchos servicios que permiten relajarse al máximo. Puedes optar por disfrutar del gimnasio, de la piscina exterior climatizada con chorro de agua o del Spa La Sultana, que cuenta con dos hammans, sauras y jaccuzzi y asegura un momento de tranquilidad y relajación absoluta.
Un amplio servicio gastronómico
La gastronomía es uno de los grandes placeres de todo mundo, por ello en el hotel ofrecen hasta 3 espacios distintos donde disfrutar de él. La Table de La Sultana está situado en el patio de Almohad y en este restaurante podrás disfrutar de platos de la cocina marroquí y francesa, compuestos por productos locales de calidad. En ellos tampoco faltan especias tradicionales de marruecos como el azafrán de Taliouine, sal de Zerradoune, comino de Alnif o Argan de Souss. Es un restaurante exclusivo de cenas y también pueden disfrutar de él personas que no se alojen en el hotel.
La Table du Souk está situado en la azotea y mientras comes puedes disfrutar de unas vistas inmejorables de la mezquita Moulay El Yazid y otros monumentos históricos. Está abierto todos los días a la hora de la comida y ofrece dos menús con opciones de comida distinta: el menú From the Market y el menú Street Food. En el hotel también hay un espacio para disfrutar de cocktails y comida internacional y ese es The Odette Rooftop Bar & Mezzé.
Más datos de interés
Dónde: 403 Rue de La Kasbah, Kasbah, 40000 Marrakech, Marruecos.
Precio medio por noche: 370€.
Otros servicios: Traslado al aeropuerto, adaptado a personas de movilidad reducida, parking gratuito y wifi gratis.
Imágenes de La Sultana Marrakech.