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El Arte Posmoderno se caracteriza por la combinación de lo antiguo y lo nuevo, su culto a la cultura popular y la influencia de los medios de comunicación de masas. Los movimientos artísticos posmodernos son diferentes e incluso discordantes. El Apropiacionismo es un claro ejemplo de este arte y uno de los movimientos más polémicos que trae la posmodernidad.
El apropiacionismo surge a finales de la década de los setenta y finales de los ochenta en Nueva York. Nace como respuesta a otros movimientos como el Minimalismo y el Conceptualismo, que representaban el arte por el arte.
El contexto de las obras y su justificación quedan en un segundo plano frente al protagonismo de la imagen. Entonces, el Apropiacionismo aparece, no para representar la realidad mediante una imagen, sino para recontextualizar trabajos anteriores.
Busca el significado de la obra, no es el arte por el arte. Los artistas apropiacionistas no ofrecen una imagen, ni siquiera una imagen que represente la realidad, buscan el impacto por lo que expresan con sus obras. Prima el elemento de la narración.
El nombre de este movimiento proviene del concepto de «apropiación» porque sus artistas se apropian de elementos de otras obras para crear una última obra completamente nueva a la que se re-contextualizará dándole un nuevo significado.
El término fue acuñado por el crítico de arte Douglas Crimp, quien organizó la exposición «Pictures«, a la que invitó a artistas que no trabajaban con imágenes originales, sino de las que se apropiaban de otros autores para jugar con ellas y crear una nueva narración.
Algunos de los protagonistas del Apropiacionismo
Entre esos invitados estaban Jack Goldstein, Sherrie Levine, Robert Longo, Troy Brauntuch y Philip Smith, y todos ellos usaban elementos de medios de comunicación de masas, de la publicidad y de los clásicos del arte para crear algo nuevo, dotado de un significado distinto. Crimp era consciente de que esos artistas se salían del marco artístico del momento y que, por tanto, era necesario crear un término que los caracerizada. Había que poner un nombre a este movimiento artístico y ese es Apropiacionismo.
Aunque como movimiento artístico surge a finales del siglo veinte, a lo largo de la Historia son muchos los ejemplos de apropiación. Los estudiantes de arte siempre han aprendido copiándose, con la imitación. Toda obra tiene sus influencias, incluso en las ciencias. En la Edad Media la música se solía componer basándose en otras canciones ya existentes.
Hay obras de arte y creaciones de Leonardo Da Vinci creadas a partir de la apropiación de ideas y creaciones de distintas áreas del conocimiento, como el arte y la biología. George Braques también uso objetos no artísticos para crear sus trabajo, como recortes de periódicos.
El movimiento dadaísta destacaba por su apropiacionismo de revistas, periódicos e incluso otras obras de arte, como uno de su mayores exponentes, Marcel Duchamp, hizo con la Mona Lisa. Los artistas del Pop-art también se apropiaban de elementos que encontraban en ls medios de comunicación masivos. La apropiación siempre ha existido siempre.
El hecho de que este movimiento se base en tomar prestados elementos de otras obras de otros autores crea la polémica de plagio que deteriora su reconocimiento artístico. Es un debate que aún está abierto ya que hay mucha controversia con respecto a los derechos de autor y el copyright.
En la década de los sesenta Andy Warhol ya se había enfrentado a distintas demandas por su uso de fotografías en sus serigrafías. Mientras sus detractores critican que no se trata de ningún arte, sino de plagio sus defensores lo niegan ya que al haber una re-contextualización el significao cambia y, por tanto, la obra también: es una obra diferente. Se reivindica la imagen y su forma de interpretarla.
Robert Longo fue uno de los invitados a la exposición de Crimp, «Pictures». Su arte está influenciado por los medios de comunicación de masa, de hecho, llegó a dirigir varios vídeos musicales para grupo como R.E.M («The One I Love») y New Order («Bizarre Love Triangle») y la cinta de ciencia ficción «Johnny Mnemonic». El reconocimiento le llegó en la década de los ochenta gracias a Men in the cities.
Su originalidad estaba en que se apropió de algunos trozos de películas en las que un personaje estaba siendo asesinado. Entonces, se quedaba solo con el personaje en plena ejecución y lo en blanco y negro. De esa manera le da un sentido completamente contrario y parece que está bailando en vez de sufriendo una paliza de muerte.
Yasumasa Morimura es uno de los máximos exponentes del Apropiacionismo en la actualidad, además de uno de los artistas más reconocidos procedentes de Japón. Sus apropiaciones se convierten en autorretratos divertidos y teatrales, críticas de la dura imposición cultural y económica de parte de occidente a oriente.
De esa forma, la mayoría de sus trabajos están basados en obras occidentales de la cultura de Europa y Norteamérica: clásicos del arte europeo e iconos de la cultura popular estadounidense. Además, ridiculiza los aspectos predeterminados y estereotipados en la sociedad, analizando la identidad sexual, nacional y cultural.
Rechaza la globalización insana que se impone a los individuos haciéndoles perder la identidad, de la gran cultura occidental y su modelo económico y social que pasan por encima de las de oriente.